Tanith Lee es una autora por la que siento un gran amor. Autora de decenas de novelas y cientos de cuentos, el grueso de su obra se enmarca dentro de la fantasía, entendida como un paraguas que aguanta todo (lo no realista) que le eches. Además, escribía indistintamente para un público adulto y juvenil, incluso a veces infantil. Claro, autora de fantasía, encima dirigida buena parte a un público no adulto... pues no ayuda demasiado a recuperar demasiado una obra que, una vez muerta la autora, está olvidada en un cajón. 


Días de hierba (1985) es una novela distópica de ciencia ficción. En poco más de doscientas páginas Tanith Lee desarrolla una trama en la que hay bastante chicha: Esther, la protagonista, comienza la historia siendo una adolescente de una pequeña comunidad subterránea. El último refugio de la humanidad después de la invasión que llegó del espacio. Tanith Lee mezcla esta idea, la de una sociedad sobreviviendo a una invasión alienígena en un refugio subterráneo, con la historia de Esther, la protagonista, joven adolescente que entabla una relación con el líder de la comunidad. Esther es la única que se atreve a desafiar las reglas y subir a la superficie.  


La prosa de Lee tiene esa característica tan suya de lo sensorial, hasta cierto punto orientalizante. En otras obras esto es llevado al extremo, pero en Días de hierba está presente en su justa medida: una prosa rica que apela a los sentidos, a ver olores y oler colores. También la sensualidad y la sexualidad están presentes. En Días de hierba la protagonista, Esther, explora su identidad y la de su comunidad. Extrañamente inteligente y curiosa, lo que la separa del resto del rebaño, es gracias a la relación que establece con el líder de la colonia la que le permite acceder a su biblioteca. Es a través de la lectura como accede al conocimiento y al liderazgo. Es en los libros donde encuentra respuestas y nuevas preguntas.


Si en Días de hierba Tanith Lee opta por la ciencia ficción, en Hijos de lobos se decanta por la fantasía y el terror. Esto de las etiquetas es un poco engañoso en el caso de Lee, ya que no mostraba reparo en usarlos y mezclarlos a su antojo, aunque sirven para hacernos una idea sobre lo que podemos esperar.

¿Dónde se puede ubicar, en qué territorio, una historia sobre licántropos? Pues tenemos varias opciones, pero sin duda una de las primeras es Francia. Christian, el protagonista de Hijos de lobos, hereda un castillo, que perteneció a su familia y que perdió, en una remota región de Francia. Christian, enfermo termina, decide ir a morir a este castillo, a vivir entre supersticiosos habitantes, con sus propias costumbres y su dialecto ininteligible. Una vez instalado en el castillo empezará a conocer la historia de la región y de la diosa Licantia, que también tiene relación con su familia y la rama bastarda de ésta.

Hijos de lobos es Tanith Lee a volumen 11: un romance gótico, incesto, sexo, sensualidad, rituales paganos, hombres y mujeres lobo... Todo lo que en otros autores descarrila o acaba llevando a la chick literature, Tanith Lee lo moldea a su antojo. Es una romántica en pleno siglo XX. Hasta el protagonista de la novela está enfermo de tuberculosis, una de las enfermedades del Romanticismo por excelencia. Está esa prosa poética, la sensualidad, la atmósfera decadente, los monstruos, el gusto por el folclore popular...

Como vuelvas a decir "bro" te reviento, payaso


Aunque se ha reeditado alguna cosa en inglés y en castellano en los últimos años, Tanith Lee sigue siendo una autora relativamente oscura y poco conocida. Desconozco como estará el tema derechos, porque murió en 2015 y publicó mucho y abundante en un montón de editoriales. Ojalá podamos ver pronto su obra recuperada y reeditada, porque merece mucho la pena leer a una de las grandes autoras de fantasía de las últimas décadas. La Biblioteca de Carfax sería el lugar perfecto.

Lee, Tanith (1988). Hijos de lobos. Martínez Roca.
Lee, Tanith (1990). Días de hierba. Edaf.