Venimos de aquí. Josef Allen Hynek fue astrónomo y ufólogo (sí, es una profesión) que a mediados de los setenta describió y categorizó tres tipos posibles de contacto con alienígenas: el primero sería el avistamiento, el segundo la evidencia física de su presencia y la tercera ver directamente a los extraterrestres. Posteriormente se añadiría una cuarta fase o contacto, la abducción, y hasta una quita fase, la comunicación. En el cine y la ficción en general, este tipo de encuentros quedó codificado en Encuentros en la tercera fase (1977) de Spielberg, que no inventa nada pero sí recoge una tradición. Luego hay varias variantes, pero el qué y el cómo se representan encuentros de este tipo es algo ya muy codificado.


Communion (1989) es una película dirigida por Philippe Mora, protagonizada por Christopher Walken y basada en la novela de Whitley Streiber, un señor que estaba bastante cucú. Lo de protagonizada por Walken es un decir, porque en esta película está desatado. Histriónico, excesivo hasta decir basta, la película es él. Unos cuantos años más tarde y esta actuación hubiese sido carne de meme, como el bueno de Nicholas Cage. Es exagerado lo de Walken en la película.

Communion narra la historia del escritor Whitley Streiber, el propio guionista y autor de la novela en la que está basada la película, que se va de retiro a la montaña con su mujer, su hijo pequeño y una pareja de amigos. Allí sufren un encuentro de primer tipo, que primero confunden con una pesadilla. A partir de ahí el comportamiento de Streiber se vuelve errático, comienzan los dolores de cabeza y decide someterse a hipnosis.

En Communion se dan varias ideas en esto de las abducciones: la hipnosis es una; otra muy importante es la idea de herencia. Streiber gracias a la hipnosis recuerda haber sido abducido cuando tenía la edad de su hijo. Además no es sólo que vuelvan a por él, es que vienen a por su hijo, como si fuera un linaje escogido.

Han recorrido la galaxia para perrear

La película tiene cosas de no creer, como a Walken bailando en la nave espacial bossa nova con los alienígenas. ¡Qué gran historia tiene que haber de este rodaje! Porque Walken parece que está en otra película diferente. Incluso su interpretación llega a tener un punto bastante siniestro en algunas ocasiones. Y más allá de la curiosidad sobre el tema, es una película de ritmo raro pero entretenida.


Fire in the Sky (1993) es una película dirigida por Robert Lieberman y protagonizada por el T-1000 Robert Patrick. También está basado en un libro, en este caso basado en hechos reales, escrito por Tracy Tormé. Communion era la experiencia del escritor, Fire in the Sky narra la historia de unos trabajadores, leñadores encargados de limpiar una parte del bosque, acusado de asesinato por la desaparición de uno de sus compañeros.

Patrick interpreta a Mike Rogers, que junto a su mejor amigo Travis Walton y otros tres trabajadores asiste a la abducción de Travis. Cuando cuentan su historia nadie les cree, ni siquiera sus familias, y en el pueblo la policía y sus habitantes empiezan a sospechar que Travis ha sido asesinado por sus compañeros. La historia, como en Terror en Amitville (1979), se centra en Mike y en su familia, cómo la abducción de Travis va degradando sus relaciones. Un día recibe una llamada nocturna de alguien que dice ser Travis. Y efectivamente, es Travis y está de vuelta. El último tercio de la película es de no creérselo, como Communion: asistimos al despertar de Travis en la nave alienígena, a su contacto con los extraterrestres y a las pruebas médicas/torturas a las que se ve sometido por estos. Para desgracia de Travis, en Fire in the Sky los alienígenas no bailan bossa nova.

 
Empaste de muelas en la cuarta fase

Algunas de las cosas que aparecen en Fire in the Sky y que ya forman parte de lo que entendemos por una abducción son: la pérdida de memoria del abducido tras su regreso, la propia abducción en unos bosques (por lo que sea los hombrecillos grises no secuestran gente en Benidorn) y las pruebas experimentales a las que son sometidos los sujetos abducidos. Faltaría un tropo importante como el del implante localizador. Aún así, Fire in the Sky es una película muy recomendable, con aire añejo a los setenta. Eso siempre es bien.

The Arrival (1996) es una película escrita y dirigida por David Twohy y protagonizada por Charlie Sheen. Si Walken estaba excesivo en Communion, Sheen no se queda corto en esta película. Su interpretación en The Arrival puede calificarse de mala e histriónica. Película, por otra parte, centrada en un tipo de contacto con los extraterrestres diferente: la sustitución. Como ya nos mostró Don Siegel en La invasión de los ladrones de cuerpos (1956) y la infinidad de remakes posteriores, los extraterrestres vienen con malas intenciones. Ya no se conforman con abducir a algún despistado en un descampado; ahora vienen a conquistar el planeta, pero de manera subrepticia, a lo jíbiri. 

Sheen interpreta el papel de un científico del SETI, Zane Zaminsky, que capta una extraña señal alienígena. En vez de la gloria científica y una cascada de fondos para su programa de detección de vida inteligente, es despedido y el programa clausurado. Cuando empiezan a morir personas relacionadas con el programa, Sheen comienza a desentrañar el misterio de estas sospechosas muertes.

The Arrival, al contrario de las dos películas anteriores, no está basada en ningún libro. La fuente principal de la que bebe es Expediente X: una trama de la conspiración alienígena ocultada por el gobierno. I want to believe.