'Muero por dentro' de Robert Silverberg: el silencio
Muero por dentro es una novela del escritor estadounidense de ciencia ficción Robert Silverberg. Con Silverberg uno siempre tiene la sensación de que le falta algo. El canon clásico de la ciencia ficción, por otra parte bastante discutible, siempre relega a Silverberg a un segundo plano. En general, los escritores de género fantástico, para ganarse las habichuelas, tienen que escribir mucho. Eso conlleva que dentro de sus obras siempre haya libros menores cuando no directamente mediocres, junto a un par de obras maestras. Y es lo que le falta a Silverberg, un autor que todavía está vivo y que ha escrito mucho. Cuando comenté su novela El libro de los cráneos dije algo parecido. Entre tanto libro y a falta de referentes, es difícil saber elegir qué leer de Silverberg para introducirse en su obra.
Muero por dentro narra la historia de David Selig, un señor de mediana edad que tiene un don especial: es telépata. La novela es una especia de diario en la que Selig relata su vida y sus problemas derivados de su capacidad de leer mentes. Ser telépata, tener la capacidad de leer los pensamientos de los demás, de tener acceso a sus fantasías y deseos más profundos, sólo le ha traído sinsabores. O no. David reflexiona sobre su vida, su familia, su educación y su don especial, y se acaba preguntando, cuando conoce a otro telépata cuya vida es feliz, si su amargura no se deberá más su forma de ser que a la telepatía. Una decepción para sus padres, una muy difícil relación con su hermana pequeña, sin amigos, sin carrera profesional, sin pareja, David se ve a sí mismo como un desdichado, pero lejos de actuar para cambiar su situación, se regodea en esa tristreza. Además ahora tiene otro problema, y es que ese don que siempre ha calificado de maldición, se está desvaneciendo. Lo único que le hacía especial era ser telépata, y si pierde eso, sólo será un fracasado más.
La novela, publicada en 1972, justo después de El libro de los cráneos, es un buen reflejo de su tiempo. Silverberg, nacido en los treinta, que vivió la década de los sesenta de una manera esperanzadora, da buena cuenta de la frustración, la desesperanza y el cinismo con el que acabaron los sesenta. Los sesenta comenzaron con Kennedy, con los movimientos por los derechos civiles, con el amor libre y las drogas, con una nueva cultura de masas, y acabaron con el asesinato de Kennedy, la intervención de EEUU en Vietnam y el fin de las utopías, y culminaron con la presidencia de Nixon: el sueño roto de los hippies. Como viene siendo habitual a los escritores de género fantástico casi nunca se los tiene en cuenta a la hora de hablar de Literatura, esa cosa seria y de señoros. Porque si quitamos el elemento fantástico en esta novela, el hecho de que el personaje sea telépata, estaríamos ante una novela como las que podía escribir Philip Roth, muy del gusto de los que establecen los cánones literarios. Y que podría ser el guión de una película de Woody Allen. El señor judío de mediana edad, neoyorkino, con sus neurosis y sus problemas con las mujeres.
La obra de Silverberg ha sido traducida al español. No toda, porque su obra es muy extensa, pero sí una cantidad significativa de ella. Muero por dentro no es una excepción, y ha sido publicada en España primero por Martínez Roca en los ochenta y luego por La Factoría de ideas en los dos mil, que tantas alegrías y disgustos nos dio. Si te apetece leerla en su idioma original, tampoco es difícil hacerse con una copia en inglés del libro. Muero por dentro es más que una novela de ciencia ficción o, mejor dicho, es una novela que utiliza un elemento de ciencia ficción como la telepatía para hablar de otras cosas. Y aunque esté muy bien escrita y sea relativamente corta, quizás no es tan interesante como otros libros suyos, porque la crónica de la época está muy bien, pero la crisis de mediana edad de un señor de los setenta no es tan interesante.
Silverberg, R. (2001). Muero por dentro. La Factoría de Ideas.
Silverberg, R. (2003). El libro de los cráneos. la Factoría de Ideas.
11 de febrero de 2022, 11:02
La portada de La factoría de Ideas me ha recordado esa época en la que casi recogieron el testigo de Timun Mas con el fantástico...y bueno, sacar sacaban, pero tampoco es que lo hicieran precisamente bien (la cantidad de editoriales pequeñas que hay ahora, y trabajando con mucho más mimo y cuidado, hacen que una vez más, morriña cero).
De Silverberg había leido entero Tiempo de mutantes, que era una colaboración (creo que la otra autora continuó la serie a posteriori), y algún relato suelto en antologías de ciencia ficción. De nuevo, sigue sin ser mi género de elección, y lo de hablar de la crisis de los cuarenta de un señor igual no es el más adecuado para empezar con el autor. Es más, miedo me da la crisis que le toque a la generación Tik Tok XD.
11 de febrero de 2022, 19:26
Entiendo la nostalgia por los ochenta, pero nunca entenderé la nostalgia por La Factoría de Ideas xD. Como dices, ahora es mil veces mejor. Hay una cantidad ingente de editorial, y la mayoría mima los libros que da gusto.
Llevo unos cuantos libros de Silverberg y este definitivamente no es el más interesante de ellos, aunque está muy bien escrito. Es simplemente que el tema no me interesa demasiado. Dan ganas de cogerle de la solapa y gritarle "¡Cuéntame movidas de la telepatía y no me sueltes rollos, Robert!". Porque es un poco turritas el amigo Silverberg. Para quitarme ese regusto ahora estoy leyendo 'El hombre vacío', de Dan Simmons. Este sí va sobre telepatía xD.
Para cuando les llegue la crisis de los cuarenta a la Generación tiktoker yo ya seré un señor mayor que no se entera de lo que hacen los jóvenes. Sólo me preocuparé de verdad cuando alguien me pregunte si he leído a Sutter Kane.