'La juguetería mágica' / 'The Magic Toyshop' de Angela Carter: el arte de perder
La figura y la obra de Angela Carter siempre han ocupado un lugar importante dentro de la literatura, junto a compañeras de generación como Margarte Atwood y Joyce Carol Oates, o escritoras un poco anteriores como Ursula K. Le Guin. Y como estas escritoras, los temas sobre los que trata su obra son parecidos: la identidad, el género, el feminismo, el deseo sexual...
La juguetería mágica es la segunda novela de Angela Carter, publicada en 1967. En ella se narra la historia de Melanie, una adolescente de quince años. Tras la muerte de sus padres, Melanie y sus hermanos pequeños, Jonathon y Victoria, se verán obligados a abandonar la casa familiar y mudarse a Londres para vivir junto a su tío Phillip, su tía Margaret y los hermanos de ésta, Finn y Francie. El lugar donde vive el tío Phillip es una juguetería, y en nada se parecerá a su antiguo hogar: la casa es fría, oscura y sin las comodidades de las que disfrutaban antes.
La juguetería mágica que, por argumento, podría parecerse más a una novela decimonónica realista, con un dramón detrás, acaba convertida en una novela donde la fantasía, lo extraño y sobre todo el terror es lo más importante. Tomando las formas de ese realismo, mezclándolo con una visión muy particular del folclore tradicional, Angela Carter acaba dando forma esta novela que tiene bastante más chicha de lo que parece. No es un drama sobre huérfanos, al estilo Dickens, aunque también hay algo de eso. Es sobre todo, la historia de Melanie, esa adolescente de quince años, y su despertar a la vida adulta. Para ello, Carter a veces prefiere el relato más alegórico, como la primera parte del libro, ese primer capítulo que relata la aventura de Melanie y el vestido de boda de su madre, en esa suerte de rito iniciático que la lleva de niña a mujer adulta. O la violación simulada que recibe de la marioneta del ganso gigante que controla su tío. O ese final que acaba con un fuego purificador y con los personajes de Melanie y Finn mirando al futuro. Todo envuelto en un ambiente de opresión y asfixia en el que se ve inmersa Melanie, al más estilo gótico tradicional. La cuestión sobre la identidad, qué nos hace ser quienes somos y lo que perdemos en el camino, también sobrevuela el relato.
Afortunadamente casi toda la obra de Angela Carter, tampoco muy extensa todo sea dicho, está disponible en castellano. En concreto de esta La juguetería mágica hay dos ediciones, una de Minotauro de los años noventa y otra más reciente de Sexto Piso. En su idioma original tampoco hay problema en conseguir su obra.
Carter, A. (1996). La juguetería mágica. Minotauro Ediciones.
Carter, A. (2019). La juguetería mágica. Editorial Sexto Piso.
Carter, A. (1996). La juguetería mágica. Minotauro Ediciones.
Carter, A. (2019). La juguetería mágica. Editorial Sexto Piso.
Carter, A. (2006). The Magic Toyshop. Virago Press.
21 de noviembre de 2021, 23:03
Con esa novela Carter demostró que es posible hacer una novela gótica en un barrio obrero de Londres entre calentadores averiados y latas de judías, y que está funcione.
Y que en un entorno más propio de novela realista sea capaz de incluir escenarios tan fantasmagórico como el teatro donde se mueve el cisne mecánico.
Aunque hubo un par de años desde que leí antes, no estaría mal para hacer un doblete con Nada de Carmen Laforet xD
22 de noviembre de 2021, 0:27
Parece un relato sencillo, pero si entras a analizar mezcla tantas cosas que parece increíble que de ese popurrí salga algo bueno. Tremenda macedonia de géneros xD El final también te deja de aquella manera, que Carter no hace concesiones. Pobre osito Edward...
La de 'Nada' la metí en el kindle cuando leí tu reseña. Hace más de una década que la leí por última vez y tengo ganas de una relectura. Ya te comenté que ni por asomo la hubiera relacionado con autoras como Shirley Jackson y la propia Carter, y con esas referencias me dan aún más ganas de releerla. Pero antes de hacer ese doblete tengo que acabar 'El pescador' de Langan, que de momento me tiene enganchado.