'Piranesi' de Susanna Clarke: la casa de Asterión
Piranesi es la segunda novela de Susanna Clarke, publicada casi veinte años después de su exitosa Jonathan Strange y el señor Norrell, y como ésta, pertenece al género fantástico. Clarke es una autora que no se prodiga demasiado debido a sus problemas de salud, porque a parte de estas dos novelas, sólo existe otro libro suyo de relatos. Esta Piranesi, aunque esperada y publicitada, no ha tenido la misma repercusión que su primera novela novela. Quizás porque el contexto es distinto y coincidió con otro fenómeno, este sí masivo, del que fue a rebufo: Jonathan Strange y el señor Norrell se publicitaba como "el Harry Potter para adultos". Y no sé si fue por esto o porque la novela era un mamotreto de casi mil páginas, el libro se me acabó atragantando bastante. Motivo por el cual no estaba demasiado interesado en Piranesi hasta que oí hablar de ella en Todo tranquilo en Dunwich y leí una reseña por aquí en el Barrilete.
La novela narra la vida del protagonista, Piranesi, y de su casa. Que dicho así, no parece interesante, pero es que la casa tiene miga. Como el protagonista. La casa, de proporciones gigantescas (Lovecraft diría que "ciclópeas"), construida en un estilo clásico, está compuesta de salas enormes decoradas con estatuas colosales, también de estilo clásico, que representan diversos temas y seres mitológicos. Muchas de estas salas acaban inundadas por las mareas del océano que circunda la casa, que ya desde el comienzo del libro, percibimos más como un laberinto que como una casa al uso. Uno de sus habitantes es un hombre de mediana edad llamado Piranesi. Lo que conocemos de él y de la casa es gracias a sus diarios. Piranesi actúa explorador y científico. Documenta la casa y los fenómenos que ocurren en ella, aunque le faltan las herramientas. Muchas veces se asemeja más a un chamán que a un científico, buscando augurios en los vuelos de las aves.
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La otra persona viva que vive en esta casa, al menos según Piranesi, es un señor mayor y bien vestido al que siempre se refiere con el nombre de "el Otro". Juntos trabajan en la búsqueda del Gran Conocimiento Secreto, una especie de teoría del todo que permitiría trascender las barreras físicas del espacio y del tiempo. En los breves encuentros entre el Otro y Piranesi ya podemos entrever que el Otro, desde una actitud condescendiente y prepotente, está utilizando y ocultando algo a Piranesi. Son, junto a los trece cadáveres que encuentra Piranesi, los únicos habitantes humanos de ese mundo. O eso parece, porque la aparición de una misteriosa persona llamada 16, enemiga de el Otro, va a precipitar toda una serie de acontecimientos y será la antesala del descubrimiento de un gran misterio.
La idea de una casa-mundo, su origen y desarrollo, es uno de los puntos fuertes de la novela. La búsqueda de un conocimiento secreto y esquivo, antes conocido y ahora perdido, la mezcla de ciencia y magia, de fantasía con toques de ciencia ficción, le añade un punto fascinante. Como el tema de la identidad. Quiénes somos, qué sómos y por qué somos. Quizás en otro mundo sin nuestros recuerdos seríamos diferentes personas. O no del todo. Piranesi, en este viaje del ser, pasará por distintas etapas. Todas son él, o al menos una parte de él, aunque todas son diferentes. La casa-mundo, que funciona como eco imperfecto de nuestro mundo y de nuestras ideas, ejerce una influencia subyugante, que oprime, cautiva y seduce al mismo tiempo a Piranesi, y por ende también a nosotros. Si tuviéramos que buscar a Borges, al minotauro y/o a Jareth, el rey de los goblins, seguro que lo encontraríamos en esta casa.
Clarke, S. (2021). Piranesi. Salamandra.
5 de julio de 2022, 20:11
Jonathan Strange se me hizo muy denso hasta el punto que acabé disfrutando más la miniserie (donde salía el actor que hacía de Mr Teatime en una adaptacion de Terry Pratchett y el que interpretaba a Mr Norrell tenía una expresión de topito asustado que rozaba lo adorable).
No me pasó lo mismo con Piranesi, breve hasta rozar la novela corta y me encantó su visión de ese mundo un tanto confuso, capaz de absorber a quienes se adentran en él pero no eminentemente negativo: su protagonista es inocente, pero mucho más positivo, menos peligros y quizá más feliz que muchos otros que se adentran en la Casa. La idea de Clarke parece ser que esta, simplemente, no está hecha para ser habitada por humanos, de ahí el efecto que tiene sobre estos, pero que ni de lejos es un lugar como podría serlo el laberinto que se describe en La casa de hojas.
Además, punto extra por mencionar que los gatos pueden entrar y salir libremente de ese lugar. Ya decía yo que mis gatas a veces se esconden demasiado bien XD.
7 de julio de 2022, 21:42
Jonathan Strange se me hizo muy cuesta arriba. Además de esa etiqueta que le colgaron de fantasía para adultos, como si el resto fuera menor, haciendo de menos a la fantasía dirigida a un público infantil. Te iba a decir que a lo mejor le daba otra oportunidad a la novela, pero es que son casi mil páginas xD. No da la vida para releer semejante mamotreto.
Y Piranesi ha sido todo lo contrario. Después de un inicio que no sabes muy bien de qué va la novela, acabé enganchadísimo. Me gusta mucho el trasfondo psicológico y filosófico del libro. La discusión sobre la identidad, cómo a Piranesi le traiciona una media sonrisa. Cómo se convierte en una persona nueva y cómo esa persona nueva no es más que la adición de dos personalidades, quizás un poco extremas, anteriores: la de antes de la casa y la de la casa.
Espero que me caigan algunos royalties de Susanna Clarke, porque más que proselitismo, lo mío ya es apología de Piranesi xD.
Los gatos tienen ese sexto sentido para encontrar el Aleph, el punto exacto que contiene todos los universos. Yo ya no sé si está debajo de la cama o ha emigrado a un universo paralelo xD.