Summerfield es una película de terror y misterio australiana dirigida por Ken Hannam y escrita por Cliff Green. Hannam es un director que procede de la televisión, en la que desarrolló toda su carrera desde los años sesenta hasta los dos mil, y que entre el 75 y el 79 dirigió tres películas de cine, siendo la más destacada esta Summerfield. Lo mismo sucede con Green, que además de escribir esta película es responsable del guion de un clásico como Picnic en Hanging Rock (1975). Más de lo mismo sucede con el reparto encabezado por Nick Tate, John Waters y Elizabeth Alexander, procedentes del ecosistema televisivo australiano donde han desarrollado casi toda su carrera.

Simon Robinson, interpretado por Nick Tate, es el nuevo profesor de escuela de un pequeño pueblo australiano, Bannings Beach. Llega en sustitución de Peter Flynn, anterior profesor que ha desaparecido sin dejar rastro. Esta desaparición y el aparente desinterés de los habitantes del pueblo por esclarecer lo ocurrido con Peter hacen sospechar a Simon sobre lo que se oculta detrás de esta desaparición. Simon, que vive en la pensión del pueblo, se acuesta con la dueña, casada. Y a la vez, se enamora de Jenny, la madre de una de sus alumnas, Sally, a la que atropella con el coche de manera accidental. Aprovechando su convalecencia y para que no pierda muchas clases, Simon la visita en su casa, que está en la misteriosa isla de Summerfield, a la que se accede a través de un puente. En la isla viven con David, el hermano de Jenny y tío de Sally.

Aunque con muchos menos medios y recursos que Picnic en Hanging Rock, Summerfield está bien dirigida, cuenta con una muy buena fotografía, especialmente de los cielos y las playas, y tiene una más que interesante banda sonora. Además, su reparto es más que correcto, donde destacan Nick Tate y Alizabeth Alexander. Por si fuera poco, también está muy bien escrita: funciona estupendamente el mecanismo que pone en marcha el personaje de Simon al investigar la desaparición de Peter y que desembocará en la epifanía final. También está muy bien llevada la conexión entre esta desaparición y Summerfield, una isla que es un mundo en el que llevan viviendo los Abbott cinco generaciones.

Además de jabalíes asesinos, cazadores de cocodrilos y guerreros del desierto, el cine australiano también nos ha dado nuestra buena dosis de misterio y terror. En un país que es un continente, donde la naturaleza todavía es una amenaza y el clima hostil, desaparecer es fácil; y ser profesor, añado, difícil. Como en Wake in Fright (1971), puedes acabar dando clase, literalmente, en el culo del mundo; o puedes desvanecerte en una excursión como en Picnic en Hanging Rock (1975). En cualquier caso, lo más importante es tener en cuenta esto: desaparecer no es un crimen.