El maestro del juicio final de Leo Perutz: la Viena crepuscular
Leo Perutz fue un escritor austríaco nacido en Praga en 1882 y que usó la lengua germana como vehículo literario. Muerto en 1857, le tocó vivir el periodo de entreguerras y sus horrores, algo que marcaría profundamente su obra literaria. Gustav de Meyrink, Frank Kafka y Alexander Lernet-Holenia son otros escritores en lengua germana que comparten con Perutz el haber vivido el fin de siglo y el periodo de entreguerras europeo. Pero también, en esta tradición del fantástico europeo, se puede ampliar la nómina a Karol Capek, Stephan Grabinski, Aleksandr Beliáiev, Hanns Heinz Ewers, Karl Hans Strobl y un largo etcétera de autores.
El maestro del Juicio Final es una novela corta, publicada en 1923, donde Perutz mezcla el fantástico con el misterio. Aunque lo de las etiquetas siempre es algo problemático, más en el caso de Perutz, como se puede comprobar en este libro. La edición que yo tengo no deja lugar a dudas sobre el género en el que ubicar a la novela: policiaco. Y sí, hay misterio en la novela, pero toda ella está impregnada de la sensación que te deja un mal sueño, un gusto a irrealidad que no desaparece al despertar.
La acción está situada en Viena, en el año 1909. El barón von Yocsch es invitado a la casa del célebre actor Eugen Bischoff, con el que mantiene cierta relación de amistad. No en vano, la esposa de Bischoff, Dina, fue la amante del barón, y es la razón de sus visitas a la casa de los Bischoff. Junto al hermano de Dina, Félix, el doctor Gorski y el ingeriero Solgrub, pasarán la tarde con el matrimonio y Félix. Varios acontecimientos sobrevuelan el horizonte: el estreno de una obra de teatro que tiene como estrella a Eugen, la quiebra del banco donde tiene todo su dinero el actor, y los intentos del barón por recuperar a Dina. Eugen, que ignora por completo que ha perdido todos sus ahorros, cuenta a sus invitados una historia sobre misteriosos suicidios. Y al final de la tarde, se acaba suicidando. El maestro del Juicio Final formalmente es la investigación de este suceso: el suicidio de Eugen Bischoff.
Perutz construye su historia con un narrador no fiable, el barón von Yocsch, que da a conocer los hechos pasando de un realismo riguroso a lo fantástico más irreal. Si en un principio la cosa estaba clara, es el barón el que empujó a Eugen al suicidio para reconquistar a su antigua amante Dina, empiezan a aparecer elementos fantásticos en la trama, como la alquimia y un supuesto monstruo que controla la mente de los demás y los empuja al suicidio. La Viena crepuscular de comienzos del siglo se convierte en un escenario fantasmagórico y onírico donde nada es lo que parece, donde todo es posible y la caza del monstruo responsable de los suicidios es un deber.
El maestro del Juicio Final cuenta con numerosas traducciones al castellano. La primera, de 1956, llevada a cabo por Emecé en Argentina, y la más reciente de 2017 realizada por Libros el Asteroide, que ha publicado otras novelas de Perutz en su catálogo. Tanto de segunda mano como nuevo, es un libro fácil de conseguir y asequible. Si te gusta el fantástico europeo de entreguerras, El maestro del Juicio Final es una novela que no defrauda y que, después de leída, deja ese regusto amargo. Como el despertar de un mal sueño.
Perutz, Leo (1977). El maestro del Juicio Final. Alianza Emecé.
Perutz, Leo (2017). El maestro del Juicio Final. Libros el Asteroide.
Perutz, Leo (2017). El maestro del Juicio Final. Libros el Asteroide.
15 de marzo de 2022, 21:08
De las drogas se sale, del fantástico europeo de entreguerras, no xD.
Desde el golem, pasando por Grabinski y su mundo fantasmal ambientado en las líneas ferroviarias, o el grotesco de Strobl, en su mayoría son capaces de reflejar una atmósfera más irreal, quizás más perturbadora que la que podía ofrecer el fantástico anglosajón o el estilo más inocente del pulp estadounidense.
A Perutz lo tengo todavía en la pila, aunque con bastantes ganas de empezarlo y recordando la frase de uno de los personajes de Lernet Holenia en Marte en Aries: los mejores relatos son los que se mezcla lo real y lo imaginado porque la vida transcurre en ese interregno (dicho esto, aprovecho para manifestar mi profundo descontento con el interregno este de mascarillas y misiles nucleares. Un poco más de expresionismo no nos vendría mal).
16 de marzo de 2022, 2:13
A mí me queda camino por recorrer del fantástico europeo de entreguerras, así que no sé qué va a ser de mí xD.
El año pasado con las lecturas de Ewers y Grabinski y la relectura de Strobl, me han dejado claro que si hay una cosa que me gusta tanto o más que las escritoras del fantástico victoriano, son los señoros europeos de entreguerras, con predilección por los centroeuropeos, aunque sin hacer ascos a nadie. No se le puede decir que no a un francés o a un ruso, ni aunque invadan Ucrania.
De Perutz leí Mientras dan las nueve y algunos relatos sueltos de aquí y allá, y me flipa. De Lernet-Holenia leí algunas novelas que publicó Plaza & Janés en los setenta, pero me parece que en comparación con Marte en Aries, son novelas menores; no obstante, también me gustó mucho.
Si un misil nuclear no lo impide, mi jubilación va a consistir en aprender alemán para leer a sus autores/as del fantástico. Eso o me toca la lotería, que en vez de comprarme mansión y ferrari, me monto una editorial para traducir y publicar a fondo perdido a toda esta gente. De momento mañana voy a la librería a la caza de otro Perutz. Ya pueden subir el aceite y la gasolina, que mientras no me suban los libros, soy feliz. A tope con el expresionismo xD.