'Stranger Things': la recreación mítica de una época
Dentro del revival ochentero en el que llevamos años inmersos, Stranger Things es una de las obras más destacables... y más fallidas. Es evidente que el marketing de Netflix es muy bueno, pero la obra de los hermanos Duffer juega con un elemento que les ha ganado el favor del público hacia su obra: la nostalgia. No se trata de calificar a Stranger Things como una mala serie ni nada por el estilo, pero sí de reconocer los fallos que tiene y que parecen ocultos por el enorme hype que ha levantado la campaña publicitaria de Netflix en todo el mundo.
Los hermanos Duffer son los creadores de esta serie. Antes, dirigieron la fallida Hidden y varios capítulos de otra serie de televisión, Wayward Pines. Nacidos en 1984, lo suyo no es tanto un homenaje (que lo hay) a un cierto tipo de cine como una recreación mítica de ese cine. En Stranger Things agitan la coctelera con un poco del Stephen King espídico de los ochenta, el cine de Carpenter y Spielberg, la música de The Clash, Joy Division y otros... Lo importante en este caso es determinar si este homenaje/ recreación va más allá, se sustenta por sí mismo, o se trata de un bonito envoltorio pero vacío de contenido. O si es una mezcla de las dos cosas.
Stranger Things narra una historia de aventuras con toques fantásticos y de terror. Comienza con la desaparición de un niño de 12 años, Will Byers, y con sus amigos, madre y jefe de policía, cada uno por su cuenta, investigando su desaparición. Habrá tiempo para conocer una misteriosa agencia gubernamental dedicada a experimentar con niños, para una niña con superpoderes y para una amenazante presencia capaz de cruzar de su mundo al nuestro. Todo esto, que no es poco, pasado por el tamiz anteriormente descrito que recrea un tipo de cine muy concreto. Y es aquí cuando creo que falla. Es tal la saturación de homenajes y referencias a ese cine y a esa época que la historia a veces pasa a un segundo plano.
No la calificaría, como he llegado a leer, de «porno emocional», pero sí que bordea muchas veces ese precipicio. Lo que tendría que ser un relato de aventuras con cierto carácter iniciático, se convierte en algunos tramos en un ejercicio de estilo vacío. Tramas secundarias, como el triángulo amoroso adolescente, sobran. La evolución de algunos personajes es nula o poco creíble, y hay giros de guión poco creíbles. Y aún así, ¿queda algo tras el hype? Stranger Things es una serie sin pretensiones, con una estética y una factura técnica muy cuidada que cumpe su objetivo: entretener.
4 de septiembre de 2016, 15:53
Me pasó lo mismo con esta serie: pasé todo el verano escuchando en mi entorno sobre ella, incluso gente no demasiado aficionada al fantástico, por lo que también caí. Y mi opinión fue más bien la de encontrarme ante un ejercicio de nostalgia donde se han esforzado demasiado.
Visualmente, es tal cual: incluso en el casting han hecho un trabajo de completo mimetismo, y el aspecto de los actores es muy similar al que podría haberse encontrado en una producción de los ochenta. El resto, está específicamente destinado para apelar al imaginario que su público objetivo conserva, salvo unas cuantas novedades como las de darle la vuelta a determinados tópicos: así, el sheriff resulta ser un tío bastante competente y el novio chuleta de la chica acaba siendo un tipo bastante majo y cabal.
La impresión que me dio fue esa: que es un ejercicio de estilo, completamente mimético con la década a la que imita pero que falta algo que su material de referencia sí tenía. Y, bueno, en mi caso, puestos a darme en toda la nostalgia, Ash Vs Evil Dead sí acabó siendo mi Stranger Things particular.
(A todo esto, tanta estética ochentera, tanta bici...¡Y el monstruo y su dimensión paralela parece sacado de un survival horror de finales de los noventa! ¿a donde fueron a buscarlo? ¿A Racoon City? XD)
4 de septiembre de 2016, 19:00
Yo sigo bastante perplejo. Vi la serie antes de que la bola de nieve sobre ella se hiciera tan grande y la disfruté. Ahora puede pasar que haya gente que la vea con expectativas tan grandes que acabe decepcionada, y tampoco es eso. Es una serie entretenida, poco más. El demogorgon también me dejó descolocado xD.