'Fonda sangrienta' (1987) de Jackie Kong: hermanos caníbales dirigiendo un gastrobar vegetariano

Fonda sangrienta, Blood Diner en inglés, es una comedia de terror de la directora Jackie Kong. Estrenada en 1987, es junto a El ser, también dirigida por Kong, una película de culto reivindicada en los últimos años. Jackie Kong, que sólo ha dirigido cuatro largometrajes, todos en los ochenta, con estas dos comedias de terror se ha convertido en una directora a reivindicar, dado el escaso peso de las mujeres en la dirección en general y en el género de terror en particular. No ha habido muchas directoras de cine de terror en el pasado, y de las que ha habido, su obra está inencontrable o en una calidad pésima, siempre de difícil acceso. Afortunadamente, es algo que está cambiando en los últimos años. En el caso de Jacckie Kong, tanto El ser como Fonda sangrienta tienen ediciones en Blu-ray más que decentes.


Fonda sangrienta empieza con una escena en la que una madre sale a comprar tampones al supermercado dejando a sus dos hijos pequeños solos en casa. A través de la radio, escuchamos un anuncio de las autoridades advirtiendo del peligro de un maníaco suelto. Este maníaco derriba la puerta de casa y se acerca a estos dos niños que lo llaman tío. Porque son sobrinos del loco homicida, que es líder de una secta que trata de devolver a la vida a la diosa egipcia Sheetar a través de un complicado ritual que incluye desmembramientos y sacrificios humanos. Pero fracasa y es asesinado por la policía antes de completar el ritual. Veinte años después sus dos sobrinos dirigen un establecimiento vegetariano de comida saludable que no es más que una tapadera para ocultar la verdad: su canibalismo. Fonda sangrienta es la historia de dos hermanos caníbales que quieren devolver a la vida a la terrible diosa Sheetar.


Save the cheerleader, save the world

La película tira de un humor bastante pasado de vueltas que no es apto para todos los públicos. Hay tetas. Pero muchas tetas. Completamente gratuitas. También una luchadora desnuda apalizando a uno de los protagonistas a golpe de kung-fu. Y un luchador de wrestling llamado Jimmy Hitler, con bigote y esvástica. Y un par de guitarristas disfrazados de Hitler. Y cuerpos desmembrados y amputados. Y zombis. Y un policía pecholobo luciendo cadenas de oro. Y un cerebro parlante con ojos en un frasco de cristal. Y una vagina dentada gigante... Todo esto y más en poco más de hora y media, porque Fonda sangrienta es una comedia y no juega a ser otra cosa.


El Hulk Hogan alemán

Fonda sangrienta forma parte de ese género tan en boga en los ochenta: la comedia de terror. Un pandilla alucinante y El terror llama a tu puerta de Fred Dekker, La noche del cometa de Thom Eberhardt, El regreso de los muertos vivientes de Dan O'Bannon... La lista es larga, y Fonda sangrienta merece una mención especial, no por estar dirigida por una mujer, sino por su calidad. Es una película divertida, con escenas muy locas y un guion absurdo, que nunca se toma en serio A veces se pasa de rosca e insiste con el mismo chiste varias veces, como la pelea de wrestling entre uno de los protagonistas y el luchador Jimmy Hitler, y otras es más visual que narrativo y entra mejor la gracia. No es la gran joya olvidada del género pero si te gustan este tipo de películas bien merece un visionado. A nivel de producción, está bastante por encima de su otra comedia de terror, El ser, lo que la hace más accesible. Si gustas de esta Fonda sangrienta, probablemente también te guste El ser.




'La semilla del diablo / El bebé de Rosemary' de Ira Levin: el terror que hay al doblar la esquina

El bebé de Rosemary es una novela de suspense y terror escrita por Ira Levin y publicada en 1967. Cuenta también con una adaptación cinematográfica, titulada en España como La semilla del diablo, dirigida por Roman Polanski y protagonizada por Mia Farrow y John Cassavetes, y estrenada un año después de la publicación de la novela, en 1968. Casi como precursor de Stephen King, Ira Levin cuenta con numerosas adaptaciones de sus obras a la gran pantalla, siendo esta novela y Los niños del Brasil las más conocidas.


Tanto la propia novela como su adaptación cinematográfica fueron las que abrieron camino a un tipo de terror sobrenatural que llegaría en los setenta y cuyos máximos exponentes son El exorcista y La profecía. También crearía el arquetipo tan popular en el cine de terror de finales de los noventa y principios de los dos mil de madre disfuncional. A pesar de todo esto, El bebé de Rosemary es una novela de cocción lenta, sin elementos sobrenaturales hasta prácticamente el final, más preocupada en crear una atmósfera malsana y opresiva envuelta en misterio que en mostrar el terror de cara. Y aún así tiene algún que otro pasaje terrorífico.


El bebé de Rosemary narra la historia de Rosemary, una mujer joven de provincias que escapó de su hogar tradicionalista para vivir en Nueva York, donde conoció a Guy, un actor sin mucho éxito que ahora es su marido. Pese a liberarse de algunas cadenas que la oprimían y querer convertirse en una mujer independiente, Rosemary cae en una nueva trampa: el matrimonio. Y su objetivo ahora es ser madre y buena esposa. Junto a Guy, la preja se muda a un viejo edificio con bastante mala fama, con historia de rituales satánicos y sectas incluida. Allí conocerán a un viejo matrimonio que ayudará a Guy a conseguir mejores trabajos de actor y que cuidará de Rosemary cuando se quede embarazada. Unos adorables viejecitos que poco a poco se van tornando más siniestros.


El verdadero terror en la novela está en la atmósfera enfermiza y nociva en la que vive Rosemary y en la opresión a la que es sometida. Básicamente se convierte en una muñeca de trapo, una niña pequeña de la que hay que cuidar y que siempre debe estar sometida a una autoridad paterna. La concepción de su hijo forma parte de un ritual satánico en el que es violada salvajemente. Tampoco tiene ni voz ni voto a la hora de llevar a término su embarazo: eligen el médico por ella y no le dejan tener opinión sobre su propio embarazo. Tampoco tiene una gran libertad de movimientos, estando siempre controlada y vigilada por sus vecinos y marido. Y eso es lo más terrorífico de la novela: cómo una mujer independiente o que aspira a serlo acaba convertida en un pelele sin voluntad. Su liberación al final del libro es un cierre en falso: se convierte en la madre de Satán. Ha pasado de hija y esposa a madre.


El éxito del autor y sobre todo de la película ayudaron a que la novela fuera traducida al español un año después de su publicación. Grijalbo tradujo El bebé de Rosemary en 1968. Eso sí, utilizando el título de la película en España, La semilla del diablo. Algo que sería una constante en la edición de la novel, que acabaría adoptando el título de la película. Una de las ediciones más recientes es la de B de Books en 2011. Yo leí la edición en inglés de Corsair que incluye una breve introducción de Chuck Palahniuk, bastante prescindible por otro lado. El bebé de Rosemary es una lectura ligera que se aleja bastante del terror al que estamos acostumbrados y que populariza un nuevo tropo: el del escenario urbano como telón de fondo. El terror no está en lejanos castillos de los Cárpatos, está doblando la esquina.


Levin, I. (2011). La semilla del diablo. B de Books. 
Levin, I. (2011). Rosemary's Baby. Corsair.




'La máscara del demonio' (1960) de Mario Bava: brujas vampiro con máscaras demoníacas

La máscara del demonio es una película de terror dirigida por Mario Bava y estrenada en 1960. Protagonizada por Barbara Steele y John Richardson, está basada en un relato de Nicolai Gogol, El viyi. Erróneamente se dice que esta es la primera película dirigida por Bava, cosa que el propio director desmentía, considerando Caltiki su primera experiencia en solitario. En cualquier caso, por su repercusión e influencia posteriores, La máscara del demonio es una película germinal, ya que los orígenes del cine moderno de terror italiano arrancan de ahí. Que sí, que Los vampiros dirigida por Freda y el propio Bava es anterior, pero no ha tenido la misma repercusión. Por cierto, Los vampiros está basado en un relato de la escritora victoriana Mary Elizabeth Braddon.


La dictadura de Mussolini y la II Guerra Mundial trajeron la censura al cine italiano. Nada extraordinario si tenemos en cuenta que siempre, siempre, los gobiernos y grupos de presión han intentado controlar el contenido de lo que se veía o leía. En el caso italiano, eso supuso desterrar el fantástico del cine durante décadas. Es Los vampiros la primera película de terror de la era sonora, en 1956. Llega antes que el Drácula de la Hammer, por ejemplo, pero en Reino Unido nunca se cortó de una manera tan radical esa tradición del cine fantástico. La máscara del demonio es toda una declaración de intenciones de Mario Bava, que quería recuperar la tradición del cine fantástico que se hacía antes de la II Guerra Mundial, con especial énfasis en el expresionismo alemán y las películas de la Universal. Y aunque no es la primera película de terror dirigida en Italia ni la primera película dirigida por Bava, sí tiene un carácter fundacional del género.


Coppola tomando notas para su Drácula

La máscara del demonio narra la historia de la princesa Asa Vajda, una bruja vampira que en el siglo XVII es condenada a muerte junto a su amante Javutich. Ambos son atados a una estaca y se les clava en el rostro una máscara con pinchos en el interior. Para completar esta condena, se procede a quemarlos en la hoguera, pero una tormenta impide esto último, salvando a Asa y Javutich de la muerte definitiva y permitiendo a Asa lanzar una maldición sobre su familia y la promesa de su retorno. Dos siglos después, los doctores Kruvajan y Gorobec atraviesan la zona, pero a su carruaje se le rompe una rueda. Mientras esperan a que el cochero solucione el problema para poder continuar su viaje, exploran la zona, hallando la capilla donde está enterrada la bruja Asa Vajda. De manera accidental, la acaban reviviendo. Gorobec, el joven doctor, conoce a la princesa Katja Vajda, que es la viva imagen de Asa. Ésta, buscará reencarnarse en Katja para completar su venganza y volver a la vida.


Domingo de barbacoa

En La máscara del demonio se dan de la mano las tradiciones del cine clásico de Hollywood y del expresionismo alemán, pero también están presentes el erotismo y la violencia que marcarían el género a partir de entonces. Aquí no hay besos de juntar los labios como en el cine de Hollywood, aquí los personajes se comen la boca. Y si no se enseña pechuga es por poco. Lo mismo sucede con la violencia. Para acabar con esta bruja vampira y sus secuaces, hay que clavarles algo afilado en el ojo izquierdo. Y si hay que quemar a un personaje, se le quema. Bava no rehúye de mostrar estas escenas, como tampoco rehúye de mostrar el momento en el que el verdugo, al principio de la película, le clava la máscara con pinchos a Asa usando un mazo gigante.


La máscara del demonio es una película con una atmósfera gótica muy bien recreada y que cuenta con unos efectos especiales muy buenos para la época, sobre todo si tenemos en cuenta el presupuesto. Mario Bava, que ya por familia conocía el oficio, demuestra saber lo que hace: decorados monocromos para realzar el blanco y negro de la película, una iluminación y fotografía que exagera las sombras, decorados góticos de tumbas, castillos y cementerios, efectos especiales sencillos pero resultones, una buena historia... No es su mejor película pero ya están todos los elementos que caracterizarían a su cine. Si se te han acabado las películas de la Hammer y Amicus, La máscara del demonio es una buena manera de acercarse a la versión italiana de este género, muy en la línea de lo que se hacía en otros países como Francia, que por aquellos años estrenaban Las diabólicas de Clouzot y Los ojos sin rostro de Franju. 







'Evil': Mulder y Scully persiguiendo al demonio en una 'rave'

 

Evil es una serie de televisión de temática sobrenatural producida por la CBS y estrenada en 2019. Pandemia mediante, cambió de casa después de la primera temporada y ahora pertenece a Paramount+, que en 2021 estrenó la segunda temporada de la serie. Este 2022 será el año del estreno de su tercera temporada. Evil es una serie creada por Michelle y Robert King y protagonizada por Mike Colter, Katja Herbers, Aasif Mandvi y Michael Emerson. El dato importante aquí es el de los creadores, Michelle y Robert, que vienen de producir y dirigir series para la CBS, siendo las más importantes The Good Wife y una rara avis, BrainDead. Esta última, BrainDead, de la que ya hablé por aquí cuando se estrenó en 2016, es importante para entender el tono y ajustar las expectativas de lo que nos podemos encontrar en Evil. BrainDead era una satira política de ciencia ficción en la que unos insectos alienígenas, como en La invasión de los ultracuerpos, se apoderan de los políticos más poderosos e influyentes de EEUU como plan para conquistar el mundo. Una cosa muy loca que abrazaba abiertamente la comedia y jugaba con los códigos del género de invasiones alienígenas para reírse un poco de él. Evil es lo mismo pero sin el cartelito que avise de que no te la tomes en serio. De hecho es todo lo contrario, ya que se vende como drama sobrenatural. Y puede que sea uno de los errores al adentrarse en esta serie, tomársela en serio. 


La nueva terapia cognitivo-conductual del maligno


Evil narra la historia de un equipo de investigación de la Iglesia católica que se dedica a investigar sucesos paranormales o con apariencia de serlo, para determinar si el Mal está influyendo en estos acontecimientos. El equipo está formado por tres personas, David, seminarista a punto de ordenarse sacerdote, el creyente del grupo, Ben, el experto en informática y tecnología, ateo pero de origen musulmán, y Kristen, psicóloga forense, también atea y madre de familia numerosa. Como villano tenemos a Leland, personaje interpretado por Michael Emerson, uno de esos actores que como Ron Perlman, tienen cara de malos, que se parece al Linus de Perdidos pero pasado de vueltas. Como si fuera un procedimental de hace quince años, el equipo dirigido por David investiga un nuevo caso en cada capítulo, para descubrir que hay una trama que los acaba conectando. De una manera o de otra, todo parece parte del mismo plan demoníaco. Un poco como en Expediente X, con el personaje creyente, la escéptica, los monstruos de la semana y la gran conspiración detrás.


¿Que si quiero o que si tengo?


Evil es una serie que de manera consciente no se toma muy en serio. Juega con los códigos y la imaginería del terror, especialmente con los que vienen de El exorcista, para subvertirlos y reírse un poco de ellos. David, uno de los protagonistas, es un ex adicto a las drogas y al sexo que después de perder a su pareja y de tener una visión, se mete a cura. Y que siendo seminarista como es, se prepara infusiones de setas alucinógenas para perseguir esa visión de dios que tuvo hace años. O Kristen, que es una psicóloga forense y madre de cuatro hijas que dejó lo que le gustaba, la escalada y el montañismo, negocio que ahora lleva su marido Andy, para criar a sus hijas, que se siente atraída por David y que padece de terrores nocturnos y alucinaciones. Por no hablar de la gran trama que está detrás de todos los misterios de la serie, que es una de las cosas más locas que se pueden ver en televisión, o de la multitud de homenajes y escenas copiadas a Alien. El ácido derritiendo el suelo, los huevos, los laberintos en los que te persigue un monstruo, el mismo monstruo saliendo de dentro de un cuerpo humano... Otra cosa no, pero a los King les gusta mucho esa película.


James Joyce podría haber escrito esta escena


Evil no es una serie perfecta y seguramente no es apta para todos los públicos. Tiene fallos estrepitosos pero lo compensa con sus aciertos, que suelen ser muy divertidos. Buen ejemplo de esto es S Is for Silence, dirigido por Robert King, es uno de los mejores capítulos de la serie y de las cosas más divertidas que se han hecho en los últimos tiempos. El equipo de David acude a un monasterio para investigar un posible milagro: el cuerpo incorrupto de uno de los monjes y los estigmas de una de las monjas. La peculiaridad de este monasterio es que todos han hecho voto de silencio. Y el voto de silencio viene porque hay un demonio que quiere destruir el mundo atrapado en un armario, y el sonido de las voces humanas puede liberarlo, así que la Iglesia construyó en torno a esta prisión del demonio un monasterio para vigilarlo, y ahora David y su equipo tienen que investigar unos supuestos milagros utilizando unas pizarras colgadas al cuello para comunicarse. Podemos leer los pensamientos de los personajes que se muestran como subtítulos en la pantalla, o verlos directamente a través de pequeñas imágenes que sustituyen a los subtítulos. Como ya he dicho antes, todo muy loco. Y muy divertido.





'El hombre vacío' de Dan Simmons: besando el mundo con los labios secos

Dan Simmons es uno de los escritores vivos más importantes, sobresaliendo más allá de los géneros con un estilo único que es muy del gusto de los prescriptores literarios. Porque lo que se les niega a unos, el estatus literario, se le concede a Simmons. Los dos primeros libros de la cuatrilogía Los cantos de Hyperion, Hyperion y La caída de Hyperion, a parte de dos buenos mamotretos, son dos de las mejores novelas del siglo pasado. Ciencia ficción muy bien escrita que rinde tributo a Chaucer y a Keats. Y lo de Keats es fácil, porque fue un gran poeta, pero lo de Chaucer sí que tiene mérito. Aunque Dan Simmons a veces no esté muy atinado, como es el caso de esta novela, El hombre vacío, hay una cosa que no se puede negar: escribe muy bien. Las mejores historias no tienen por qué estar bien escritas, igual que las historias bien escritas no tienen por qué ser las mejores. En el caso de Simmons, se disfruta del viaje, aunque este no sea del todo satisfactorio.

El hombre vacío es la historia de Jeremy, un telépata que ha perdido a su mujer Gail, también telépata, por culpa de un cáncer, y de su viaje a ninguna parte después de este acontecimiento. Viaje que empieza incendiando la casa en la que vivían juntos. El hombre vacío está inspirado en el poema de T. S. Elliot El hombre vano. De hecho la estructura narrativa del libro intercala los capítulos con la historia de Jeremy en el presente con otros titulados Ojos, que cuentan con un distinto narrados, y que se adentran en su pasado. La novela narra el vacío que deja la muerte de un ser amado, pero también, pese a lo perfecta y complementaria que esa relación pudiera parecer, habla de los roces y desavenencias, algunos muy profundos. Es un relato realista de una relación amorosa que se aleja de los clichés e ideales románticos para escarbar en las partes más oscuras de esa relación. La sorpresa, si es que se la puede llamar así, está al descubrir cómo convergen estas dos líneas narrativas.

También, como sucede en otras de sus obras, El hombre vacío tiene un poso de amargura y desesperanza. Con una sólida base científica, que confieso que a mí a veces se me escapa cuando habla de mecánica cuántica, en El Hombre vacío nuestros anhelos y esperanzas sólo pueden encontrarse más allá del mundo físico. Tal vez la felicidad se halle en un universo paralelo. Porque en este libro hay muchas matemáticas, pero también metafísica: el sentido último de la vida, la muerte, el amor, el duelo... Las partes más ásperas de la novela son las científicas. Dan Simmons utiliza el recurso de un personaje, en este caso Jeremy, matemático, explicándole sus teorías a otro personaje, su mujer Gail. Pero sigue siendo difícil seguir el hilo narrativo si, como yo, no tienes formación científica. No es algo farragoso, pero puede suponer un escollo para algunos lectores.

Existen otras novelas de ciencia ficción sobre telepatía, como la que cita Simmons en su libro, El hombre demolido de Alfred Bester. U otra que traje hace no mucho por el blog, Muero por dentro, de Robert Silverberg. De las clásicas está la saga Fundación, de Asimov, donde la telepatía juega un papel fundamental. También a Philip K. Dick le dio por el tema en muchos de sus relatos y novelas. Aunque en su parte final esta telepatía tiene más peso, la novela de Simmons trasciende la ciencia ficción. Pasa en todas sus obras y es por ello que decía que merece la pena el viaje, aunque no sea del todo satisfactorio. Además, como todo lo escrito por el autor, es una historia dura, que se adentra en los segmentos más oscuros del ser humano. Así que si piensas en una lectura ligera y entretenida, Dan Simmons te da lo segundo pero no lo primero.

Ya son unos cuantos libros leídos de Dan Simmons, y este seguro que no va a ser el último. Tengo pendientes el Prayers to Broken Stones, un libro de cuentos que recomendaba Mariana Enríquez en una de sus entrevistas, y la novela Los vampiros de la mente. El hombre vacío fue publicada por primera vez en 1992, aunque hubo que esperar a 2007 para leerla en castellano. Esta versión en nuestro idioma ha sido publicada por Ediciones B en su colección Nova dedicada a la ciencia ficción. El hombre vacío bien podría describirse con este verso que canta Anari: ezpain lehorrez musukatzen mundua.




El despertar del Leviatán (The Expanse 1) de James S. A. Corey: sube a la Rocinante

The Expanse es una serie de ciencia ficción compuesta por nueve novelas y escrita por James S. A. Corey, pseudónimo de Daniel Abraham y Ty Franck. El despertar del Leviatán es la primera novela de la serie, publicado en 2011, y rápidamente atrajo la atención del público aficionado al género. Cuenta con varias nominaciones a premios importantes, lo que también le valió la atención de los estudios y productores de series de televisión, que en 2015 estrenarían la primera temporada de la serie. 

A lo mejor este tipo de procesos se ven un poco lejanos desde fuera de EEUU, pero es algo bastante normal: a veces incluso antes de publicar un libro ya se han vendido sus derechos televisivos. Esto también afecta al estilo. Casi un par de siglos antes, con el folletín, los relatos y ese tipo de literatura popular, se crea una industria en torno a ello y también una serie de autores profesionales dedicados a la tarea de escribir esa clase de historias. Franck y Abraham son escritores profesionales que son conscientes y tienen siempre en mente lo que quieren y lo que están escribiendo. Y no es algo malo, pero sabiendo esto podremos reconocer algunos de los trucos que utilizan en su narrativa. Trucos, por otra parte, que no son nuevos. Lo de los capítulos cortos repletos de acción que siempre terminan cuando algo importante va a pasar para saltar a otro capítulo con otro personaje distinto donde ocurre exactamente lo mismo se ha visto mil veces en literatura. Igual que ahora es una de las razones de que nos traguemos capítulos y más capítulos de series sin saber por qué. Cuando Franck y Abraham publican El despertar del Leviatán lo hacen sabiendo lo que quieren: crear una serie o saga exitosa de ciencia ficción. Y lo han conseguido.


El despertar del Leviatán está ambientada en un universo donde la humanidad se ha expandido por el sistema solar y donde existe un precario equilibrio entre varias potencias planetarias que compiten por los escasos recursos existentes. Estas potencias, la Tierra y Marte, explotan los recursos del cinturón de asteroides y otras colonias existentes en los planetas exteriores, dependientes del envío de recursos de primera necesidad pero también dueños de otro tipo de recursos necesarios para estas dos potencias. En una nueva versión de imperialismo capitalista, el cinturón y las bases espaciales de los planetas exteriores son colonias de las que se extraen los recursos necesarios para las metrópolis y donde sus habitantes son tratados como colonos casi reducidos a la esclavitud y sin derechos civiles. Todo este negocio está controlado por grandes megacorporaciones con tentáculos en el mundo político. El despertar del Leviatán es la historia de cómo este débil equilibrio salta por los aires cuando un carguero que se dedica a recoger y a transportar hielo, el Canterbury, responde a una señal de auxilio de una nave abandonada y es destruido por una nave desconocida. La tripulación superviviente del Canterbury, con James Holden a la cabeza como capitán, denuncia este hecho en una transmisión radiada a todo el sistema solar, desatando con ello una serie de acontecimientos que llevarán a la guerra entre el Cinturón y Marte, con la Tierra detrás buscando recoger las migajas. Pero todo es más complicado y complejo de lo que parece. En Ceres, un detective investiga el paradero de Julie Mao, una rica heredera de los dueños de una megacorporación con base en la Tierra. Este detective, Miller, descubre que Julie estaba en la nave abandonada que emitió el SOS que la Canterbury respondió. No sólo eso, también descubre toda una conspiración detrás de todo esto que conecta a Julie con el inicio de la guerra y con el descubrimiento de un nuevo arma: una protomolécula de origen alienígena.  

Mezclando la aventura espacial con el género negro, con ese detective Miller sacado casi de los años cuarenta, El despertar del Leviatán es un libro trepidante y con mucha acción, que salta de Miller a Holden hasta que reúne a todos los personajes en un tramo final vibrante y vertiginoso. Lo difícil, como bien nos enseñó la serie Perdidos, no es crear expectativas, es no defraudarlas. Y en este apartado Franck y Abraham salen airosos. Su universo ciberpunk que tanto recuerda al de Blade Runner, con grandes corporaciones dominando un futuro de la humanidad en el que la humanidad a punto del colapso se ha expandido por el sistema solar, resulta lo bastante interesante como para querer seguir leyendo más sobre las aventuras de la Rocinante y su tripulación. Al menos por mi parte acabaré el segundo libro que cierra el arco argumental abierto en esta primera novela.


El despertar del Leviatán llegó traducido a España por Ediciones B en 2016, que en su colección dedicada a la ciencia ficción Nova, está publicando la serie completa. De momento creo que son siete los libros traducidos, a la espera de los dos últimos. En inglés los libros los publica Orbit, el último de los cuales vio la luz a finales del año pasado. Como nota curiosa, en Alemania se publican bajo el nombre de James Corey, por si algún despistado veía en las iniciales S. A. algo nazi.

Corey, J. S. A. (2011). Leviathan Wakes. Orbit.
Corey, J. S. A. (2016). El despertar del Leviatán. Ediciones B.







 

'Suspiria' (1977) de Dario Argento: el material del que están hechos los sueños

Suspiria es una película de terror dirigida por Dario Argento y estrenada en 1977. Protagonizada por Jessica Harper, que venía de colaborar con Brian De Palma y Woody Allen, rechazó un papel en Annie Hall para poder rodar esta película. También aparecen en la película la italiana Stefania Casidi, Udo Kier y Miguel Bosé. Como gran parte del cine italiano y parte del europeo, en este tipo de producciones se reunían actores y actrices de diferentes países y nacionalidades interpretando sus papeles en sus idiomas, para luego pasar a ser doblados en postproducción. Lo que podía resultar confuso para el reparto y lucir extraño para los espectadores. Que Udo Kier interpretara sus líneas en alemán desconcertaba a Jessica Harper, que no sabía exactamente cuando empezaba su diálogo al no entender alemán, pero también es desconcertante, sobre todo para el público que no está acostumbrado a ver cine doblado, ver las bocas moverse y que no correspondan con lo que se está diciendo. O que unas correspondan y otras no. En cualquier caso, Suspiria es la película más conocida no sólo de su director, Argento, sino del terror italiano, y que daría paso a una trilogía de películas ambientadas en ese universo.

Suspiria narra la historia de Suzy Bannion, una joven estudiante de ballet estadounidense que deja su país para perfeccionar su arte en la prestigiosa escuela Tanz de Friburgo, Alemania. Al llegar allí, en medio de una tormenta, es testigo de como Pat Hingle, alumna recientemente expulsada, abandona la academia. Y esto resultará ser algo importante, porque poco después será asesinada, siendo Suzy la última persona en verla con vida. A partir de ahí y de su incorporación a la academia, se sucederán una serie de muertes entre el profesorado y el alumnado, que Suzy investigará, para acabar descubriendo que la academia es en realidad un aquelarre de brujas al servicio de Helena Markos, la Mater Suspiriorum. Esta es una historia inspirada ligeramente en libro de Thomas de Quincey Suspiria de Profundis. De ahí sacan Argento y Daria Nicolodi el material para esta película y para las otras dos, Inferno y The Mother of Tears, que componen la trilogía de Las tres madres, un triunvirato de poderosas brujas que dirigen el mundo desde Roma, New York y Friburgo. Suspiria se centra en la Madre de los Suspiros o Mater Suspiriorum, también conocida como la reina negra, la más poderosa y antigua de las brujas.


Pero si por algo destaca Suspiria es por ser una experiencia cinematográfica bella y cautivadora. Y lo es precisamente por algunos apartados de su realización, como la fotografía. Luciano Tovoli fue el responsable de este apartado y persona clave, utilizando la técnica de procesado de tres tiras de Technicolor, siendo Suspiria una de las últimas películas en utilizar esta tecnología. El rojo, azul y verde son en Suspiria unos colores vibrantes, vívidos, brillantes, que inducen un estado de ánimo en el espectador, que predisponen a unas emociones y sensaciones determinadas. Pero la fotografía forma parte de un todo, que en conjunto, funciona muy bien para crear ese mundo onírico de sensaciones y emociones. Otra pata importante para conseguir esto es la banda sonora de Cherry Five, o Goblins, como se llaman aquí, un grupo de rock progresivo italiano que ya habían colaborado con Argento anteriormente. Suele ser la banda sonora uno de los aspectos más flojos del cine de Argento, siendo Suspiria una de las pocas excepciones. Lo cual es llamativo por este motivo y también por otro: fue creada antes del rodaje la película. Sin embargo en Suspiria funciona muy bien, convirtiéndose en una banda sonora imitada, cuando no copiada descaradamente, en multitud de ocasiones. Tampoco puede faltar el arte. La propia arquitectura, el diseño de arte y las localizaciones escogidas y recreadas son otra parte fundamental de Suspiria. La propia academia de ballet es un personaje. La fachada utilizada es la del edificio de La casa de la ballena en Frigurgo, ya parte icónica del cine de terror. Pero también lo son los interiores. Todo está cuidado al milímetro, como las manillas de las puertas, mucho más altas para resaltar esa indefensión de la protagonista y hacerla parecer más pequeña de lo que realmente es. Todo el conjunto, fotografía, arte, música, está dirigido para transformar la realidad distorsionándola, resaltando las cualidades no naturales de las cosas y sumergiéndonos en un mundo con las cualidades del sueño. Los personajes no parecen darse cuenta del color, porque en Suspiria refleja cualidades no naturales, óniricas. De ahí el contraste entre el día y la noche. La noche es el territorio del sueño. Por eso las actuaciones también tienen un punto teatral, como las propias muertes, que están perfectamente coreografiadas.


Suspiria es la película de la extrañeza. Argento quería que las alumnas de la escuela fueran interpretadas por niñas pequeñas, pero tanto su padre como el estudio lo disuadieron. Sin embargo, el guion no se cambió. Esto hizo que las actrices, incluyendo a la protagonista, estén infantilizadas, que su comportamiento genere extrañeza por no corresponderse con su edad, pero también genera que las veamos como las portadoras de la inocencia y la pureza. La academia es un espacio donde se desarrolla la magia negra y donde tienen lugar algunos de los asesinatos de la película, desde donde se extiende la corrupción al resto del mundo. La protagonista es la inocencia que combate esa corrupción. La historia de Suspiria no está contada desde una narrativa tradicional, por eso hay muchos misterios sin resolver y la película tiene un contenido altamente simbólico: la lluvia, el agua, la noche, la luz... Camino del medio siglo, Suspiria sigue siendo lo que: una porción del Gran Guiñol del mundo. ¡Que continue la función!






'Los pájaros y otras historias' de Daphne du Maurier: cuando todos los caminos conducen a Monte Veritá

Los pájaros y otros relatos es un libro de la escritora británica Daphne du Maurier publicado por primera vez en 1952 bajo el título de The Apple Tree / El manzano. Tras el estreno de Los pájaros en 1963, la película de Hitchock que adaptaba el relato de Daphne du Maurier contenido en El manzano, este se reeditó bajo el nombre de Los pájaros y otros relatos. Un buen ejemplo de lo que ha sido y es el cine en la cultura de masas y su imbricación con otras artes como la literatura. Daphne du Maurier fue una escritora exitosa, y gran parte de ese éxito y popularidad que llega hasta nuestros días se debe a las adaptaciones de su obra a la gran pantalla, especialmente las llevadas a cabo por Alfred Hitchcock, siendo las más representativas Rebeca y Los pájaros.

Los pájaros y otros relatos lo integran seis relatos, cinco de los cuales tienen una extensión larga, incluso uno de ellos, Monte Verità, está considerado una novela corta. Este, junto a Los pájaros y El manzano, sobresalen por encima del resto, que también mantiene un buen nivel. Los pájaros poco tiene que ver con la película de Hitchcock. Ambientada en Inglaterra, parece más una historia precursora de los relatos postapocalípticos de supervivencia tan moda en la ficción de la pasada década. En El manzano du Maurier da rienda suelta a las obsesiones que vertebran estos relatos y casi diría que la mayoría de su obra: el matrimonio y el papel de la mujer en la sociedad. Tras la muerte de su esposa, el protagonista se da cuenta de que en su jardín uno de los manzanos empieza a tomar la forma de su mujer de una manera sutil. Y así, a través de este manzano, va rememorando la historia de su matrimonio y del maltrato al que sometía a su mujer. El manzano a su vez ejerce como una especie de espíritu vengador: la leña huele mal, sus manzanas saben mal... Todo lo relacionado con ese manzano va cobrando un cariz siniestro para el protagonista. Además cuenta con un final que no deja resquicio a la esperanza. Pero Monte Verità es la joya de la corona. Una misteriosa secta en una montaña perdida que practica la magia, secuestra mujeres del valle y cuyos miembros son inmortales, donde lo sobrenatural juega un papel secundario, imponiéndose el misterio y las reflexiones filosóficas. 


Una de las características de la obra de du Maurier son la melancolía y el desencanto. Existe una especia de nostalgia por lo que no se ha hecho o podido hacer, donde los personajes femeninos siempre están sometidos a algún tipo de opresión por el mundo que les rodea y cuya salida es la muerte, la locura o el exilio. En Bésame otra vez, desconocido, du Maurier pone en boca de uno de los personajes la que parecía ser una opinión popular en la época. La II Guerra Mundial, con los hombres movilizados en el frente y la incorporación de la mujer al mundo del trabajo ocupando los puestos dejados por los hombres, trajo la consecuencia de cierta liberalización de las costumbres. Los hombres de este relato prefieren las mujeres a la antigua usanza: sin derecho a voz ni a voto. La mujer de este relato, cita del protagonista, encuentra refugio en la locura, convirtiéndose en una asesina de hombres. 

Gracias al éxito de la película de Hitchcock el libro fue publicado en España en 1963 por Plaza y Janés. Ha conocido otras reediciones, como la de Orbis en los ochenta o la más reciente de 2017 de El Paseo editorial, que cuenta con nueva traducción. La copia que he leído es una edición de bolsillo de los noventa publicada por Arrow Books. Los pájaros y otras historias es una buena manera de adentrarse en la obra de esta autora. Los relatos de este libro me han interesado lo suficiente como para seguir leyendo más cosas suyas. Tiene un universo que en nada se corresponde con la imagen de autora de novelas románticas, sino más bien todo lo contrario: un mundo de opresión donde el misterio y/o lo sobrenatural tienen un papel preponderante y donde el amor, de haberlo, es algo enfermizo y retorcido. Como un viejo y enclenque manzano. 

du Maurier, Daphne. (1952). The Apple Tree: A Short Novel and Several Long Stories. Gollancz.
du Maurier, Daphne (1963). The Birds and Other Stories. Penguin
du Maurier, Daphne (1963). Los pájaros y otras historias. Plaza y Janés.
du Maurier, Daphne (2017). Los pájaros y otros relatos. El Paseo editorial.




'El más allá' (1981) de Lucio Fulci: el Airbnb está muy mal en New Orleans

El más allá es una película de terror italiana dirigida por Lucio Fulci. Estrenada en 1981, escrita por el propio Fulci, Giorgio Mariuzzo y Dardano Sacchetti, este último colaborador habitual de Fulci y Bava entre otros, está protagonizada por Catriona MacColl y David Warbeck. Como con otras películas similares de género, especialmente italianas, su distribución internacional hizo que tuviera títulos muy distintos, no siendo hasta mediados de los noventa cuando se reestrenó y comercializó sin cortes con el título The Beyond / El más allá. Forma parte de una trilogía de películas conocida como Las puertas del infierno, que aunque no tengan una relación directa entre sí, comparten algunos puntos en común. Los más importantes son el equipo, con Fulci a la cabeza y Catriona MacColl como protagonista, el toque lovecraftiano, sobre todo en El más allá, el uso de una violencia explícita y descarnada, una atmósfera malsana con toques oníricos y simbólicos, y finalmente, ojos que explotan, son devorados o se salen de sus órbitas.

El más allá narra la historia de Liza, una neoyorkina que ha heredado una vieja casa en Luisiana que hacía las veces de hotel. Pero esta casa viene con sorpresa. En su sótano se ubica una de las siete puertas del infierno, que cuando se abra, provocará que los muertos vuelvan a la vida. Casi sesenta años antes, en 1927, los lugareños, cual masa enfurecida, secuestraron, torturaron, mataron y emparedaron al brujo que vivía en el hotel y que tenía una de las llaves que daba acceso al infierno. En el presente 1981, ahora algo lejano para nosotros en este 2022, Liza hereda esa casa y la está arreglando para volver a abrirla como hotel, pero suceden una serie de muertes y episodios extraños relacionados con la casa. Uno de los albañiles se cae del andamio después de ver algo en una ventana, el fontanero contratado para solucionar la inundación del sótano acaba siendo asesinado por el zombi del brujo emparedado décadas atrás, el arquitecto que lleva la reforma cae de unas escaleras y es devorado por tarántulas...

Se me van los ojos cada vez que veo un nuevo libro de La Biblioteca de Carfax

Incluso hoy en día se suele criticar el guion de la película, sin entender que la película de Fulci no sigue una narrativa lineal, de las que estamos habituados a ver en el cine. En El más allá Fulci opta por una narrativa más fragmentada, compuesta de escenas de pesadillas, lo que le da ese carácter onírico y surreal, creando una atmósfera malsana que se va enrareciendo aún más conforme avanza la trama. Por eso no hay que buscarle demasiado la lógica a ciertas cosas que pasan o a los diálogos, simplemente son recursos que se utilizan para crear esa atmósfera. Si los asumes como tal y entras en la película, te aseguras una buena experiencia, porque esta película es de las de dejarse llevar y disfrutar. Además cuenta con banda sonora de Fabbio Frizzi, que colaboró en varias ocasiones con Fulci y que Tarantino rescató del olvido en Kill Bill: vol. 1. Uno de los temas principales a piano, con acordes disonantes y que se interpreta varias veces en la película, es difícil de olvidar.

Inglés después de una semana en Benidorn

Pese a empezar con un flashback al pasado en el que usa una fotografía en tonos sepia, el resto de la película se mueve por territorios más convencionales en ese aspecto. Hay juego de luces y sombras, especialmente iluminando rostros en primer plano a los que hace zoom, pero no es tan exagerado como en el caso de Bava o Argento. Sergio Salvati, el director de fotografía de esta y otras películas de Fulci, es el responsable de lo bien que luce este apartado. No diría que la fotografía e iluminación luce natural, pero no es tan art house como sí lo son Bava y Argento en sus películas. Y eso pese a que su estilo narrativo está más cerca de estos, pero en cuanto a realización se distancia. 

Aunque El más allá es una película de poco más de hora y media de duración, a Fulci le da tiempo a realizar varios homenajes, como la escena del perro lazarillo destrozando la garganta de la ciega, que recuerda a Suspiria, o el libro de Eibon, sacado de la ficción de Clark Ashton Smith y que emulaba el Necronomicón de Lovecraft. No es sólo el libro con un contenido oscuro y maldito lo que nos lleva al horror cósmico, es el ambiente de pesadilla y un final muy lovecraftiano y sin esperanza. Porque si algo tiene de icónica esta película, más allá del gore y las muertes, es su final. A nivel de realización tiene cosas chulas, como ciertos planos contrapicados, pero lo mejor sigue siendo el final. Carpenter lo logra en La cosa y se acerca en El príncipe de las tinieblas y En la boca del miedo, pero el mejor sigue siendo El más allá de Fulci. Redondo, rotundo, a tono con la película y profundamente desesperanzador.

Bienvenidos a Silent Hill

Lucio Fulci ha sido defenestrado por unos y elevado a los altares por otros, parece no haber término medio. Siempre me ha parecido que no es ni una cosa ni la otra. No tiene el talento de Bava y Argento, pero sabe rodar. Básicamente porque es lo que hizo toda su vida. Western, giallo, terror, comedia... Fue un artesano que para comer dirigió decenas de películas, unas malas, otras peores y alguna buena, siempre sometido al capricho de productores y estudios. En esta El más allá, los alemanes que ponían pasta exigieron más zombis en la película, de ahí las escenas del final en el hospital. Y con todo y con eso, El más allá es una de las mejores películas de Fulci. Además, si en Asalto a la comisaria del distrito 13 Carpenter daba  vía libre a disparar a niños en el cine, aquí Fulci eleva la apuesta, recordándonos que si alguien hubiera hecho lo mismo en Parque Jurásico, la película de Spielberg hubiese ganado muchos enteros. A ver si aprendes, Steve.








'Operación miedo' (1966) de Mario Bava: el pueblo maldito de los Cárpatos

Operación miedo es una película italiana dirigida por Mario Bava y estrenada en 1966. Protagonizada por Giacomo Rossi-Stuart y Erika Blanc, en una de las primeras escenas observamos al personaje interpretado por Rossi-Stuart llegando al pueblo y contemplando en el horizonte cómo unos campesinos transportan un ataúd. Operación miedo toma elementos prestados de otras producciones de terror, como las clásicas de la Universal y sus adaptaciones de Sherlosck Holmes, o las que estaban realizando en esos momentos estudios como la Hammer y Amicus o productores como Corman, pero también incorpora elementos propios, especialmente en la realización, muy típicos del cine de terror italiano de la época.

La película comienza con la llegada de un doctor a un pueblo perdido de los Cárpatos. Este doctor ha sido requerido por un inspector de policía, que está investigando la última muerte misteriosa acaecida en este pequeño pueblo, para llevar a cabo la autopsia de la última víctima. Es esta víctima la que abre la película, una mujer que es perseguida por alguien o por algo y que acaba saltando al vacío para empalarse con las rejas de una verja, no estando nada claro si se ha suicidado o si ese alguien o algo que la perseguía le ha obligado a hacerlo. Y no es lo más desconcertante que sucede en la película, que en su primer tramo, nos tiene bastante despistados. No sabemos más que los protagonistas que están investigando esta muerte, y será muy poco a poco, gradualmente, cuando iremos descubriendo el misterio que se oculta en el pueblo y que tiene a todos sus habitantes aterrorizados. Aunque es una película de 1966, creo que es relativamente poco conocida y que merece la pena adentrarse en ella sin conocer mucho más, por eso no voy a revelar mucho más de la trama.

Tim Burton ha visto esta peli

La acción transcurre en 1907, pero bien podría ser cien años antes debido a su ambientación bastante atemporal: el personaje del doctor llega en un carruaje, no hay luz eléctrica ni aparatos electrónicos... Todo remite a un mundo que nos recuerda a los relatos de Poe, Stoker, Conan Doyle y otros clásicos del género de terror literario. Es una película que como suele ser habitual en la obra del Bava bueno, cuida mucho la atmósfera. Para ello las localizaciones escogidas son muy importantes. Tenemos por un lado el pueblo imaginario de Karmingam, para el que se escogen Calcata y Faleria, dos pueblecitos medievales italianos, la Villa Grasp, para la que se recurre a la Villa Lancellotti en Frascati, y algunos exteriores como los del cementerio que se rodaron en los míticos estudios de Titanus. Estos tres espacios, pueblo, villa y cementerio, sirven de telón de fondo de una historia bastante trillada: la del enfrentamiento entre la ciencia y la superstición. Pero también sirven para reforzar el carácter onírico y a veces surreal de algunos tramos de la película, como uno de los protagonistas persiguiendo a su doble o las pesadillas que persiguen a la protagonista.

A Mario Bava también le gustaba Hitchcock

La atmósfera de la película es uno de sus puntos fuertes, reforzada por la elección de las localizaciones, con ese pueblo de calles estrechas, con una iglesia semiderruida, pero también influye mucho la realización de Mario Bava. El juego de luces y sombras, los claroscuros, la iluminación, juegan un papel fundamental. Se la puede comparar superficialmente con algunas películas de la Hammer por esos escenarios góticos, pero no tiene nada que ver. El uso de colores brillantes, que inspiraría/homenajearía Argento en Suspiria, una iluminación muy particular, sobre todo si tenemos en cuenta que la mayoría de la acción transcurre de noche o en interiores iluminados por velas y faroles. Hay mucho movimiento de cámara, con planos abiertos y la cámara siguiendo a los personajes, hay mucho zoom, como no podría ser menos en una producción italiana de la época, y también hay un uso de ángulos de cámara que remiten al expresionismo alemán, con homenaje a M de Fritz Lang incluido. Y la escalera de caracol que remite a las escaleras de Vértigo. En Operación miedo Mario Bava consigue mezclar muchas influencias y referencias para crear una obra muy personal y hasta cierto sentido única para la época. No sólo es copiar, es copiar bien, integrando todos esos elementos que coge de aquí y de allá dotándolos de una personalidad y un estilo propios.

¿Quieres jugar conmigo?

Sobre la producción de la película no hay mucha información contrastada al respecto. En unos sitios se dice que su rodaje duró 12 días, en otros cuatro semanas... Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que durante el rodaje se quedaron sin dinero y hubo que trabajar gratis para terminar la película. Lo que nos da una idea de lo pequeña que es esta película y lo bien aprovechado que está todo. Buena muestra de esto es la banda sonora de la película, para la que se recurrió a una librería musical genérica. O la elección de un reparto pequeño y en algunos casos no profesional, lo que confiere a la película un carácter a veces demasiado teatral. Sobre el guion de Bava, Migliorini y Natale tampoco hay mucha información, más allá de que debido a su brevedad se improvisó bastante para rellenar minutos. Por lo precario de la producción parece que hay ideas que no se pudieron desarrollar, ya que se habla de que los muertos luego regresan, pero no vemos a ninguno.

De los directores clásicos de terror italiano Mario Bava es mi preferido, modernizando los códigos del terror existentes en la época con un estilo muy personal. Como buen pionero abrió camino para que llegaran otros como Fulci y Argento, y forma parte de la nómina de clásicos junto a Carpenter y Romero. Yo lo único que pido es que si alguna vez Ari Aster o Robert Eggers se quedan sin ideas, se lancen a la piscina con un remake de Operación miedo. En 4:3 y blanco y negro. ¡Cosas más raras se han visto! 










'Muero por dentro' de Robert Silverberg: el silencio

Muero por dentro es una novela del escritor estadounidense de ciencia ficción Robert Silverberg. Con Silverberg uno siempre tiene la sensación de que le falta algo. El canon clásico de la ciencia ficción, por otra parte bastante discutible, siempre relega a Silverberg a un segundo plano. En general, los escritores de género fantástico, para ganarse las habichuelas, tienen que escribir mucho. Eso conlleva que dentro de sus obras siempre haya libros menores cuando no directamente mediocres, junto a un par de obras maestras. Y es lo que le falta a Silverberg, un autor que todavía está vivo y que ha escrito mucho. Cuando comenté su novela El libro de los cráneos dije algo parecido. Entre tanto libro y a falta de referentes, es difícil saber elegir qué leer de Silverberg para introducirse en su obra.


Muero por dentro narra la historia de David Selig, un señor de mediana edad que tiene un don especial: es telépata. La novela es una especia de diario en la que Selig relata su vida y sus problemas derivados de su capacidad de leer mentes. Ser telépata, tener la capacidad de leer los pensamientos de los demás, de tener acceso a sus fantasías y deseos más profundos, sólo le ha traído sinsabores. O no. David reflexiona sobre su vida, su familia, su educación y su don especial, y se acaba preguntando, cuando conoce a otro telépata cuya vida es feliz, si su amargura no se deberá más su forma de ser que a la telepatía. Una decepción para sus padres, una muy difícil relación con su hermana pequeña, sin amigos, sin carrera profesional, sin pareja, David se ve a sí mismo como un desdichado, pero lejos de actuar para cambiar su situación, se regodea en esa tristreza. Además ahora tiene otro problema, y es que ese don que siempre ha calificado de maldición, se está desvaneciendo. Lo único que le hacía especial era ser telépata, y si pierde eso, sólo será un fracasado más.


La novela, publicada en 1972, justo después de El libro de los cráneos, es un buen reflejo de su tiempo. Silverberg, nacido en los treinta, que vivió la década de los sesenta de una manera esperanzadora, da buena cuenta de la frustración, la desesperanza y el cinismo con el que acabaron los sesenta. Los sesenta comenzaron con Kennedy, con los movimientos por los derechos civiles, con el amor libre y las drogas, con una nueva cultura de masas, y acabaron con el asesinato de Kennedy, la intervención de EEUU en Vietnam y el fin de las utopías, y culminaron con la presidencia de Nixon: el sueño roto de los hippies. Como viene siendo habitual a los escritores de género fantástico casi nunca se los tiene en cuenta a la hora de hablar de Literatura, esa cosa seria y de señoros. Porque si quitamos el elemento fantástico en esta novela, el hecho de que el personaje sea telépata, estaríamos ante una novela como las que podía escribir Philip Roth, muy del gusto de los que establecen los cánones literarios. Y que podría ser el guión de una película de Woody Allen. El señor judío de mediana edad, neoyorkino, con sus neurosis y sus problemas con las mujeres.


La obra de Silverberg ha sido traducida al español. No toda, porque su obra es muy extensa, pero sí una cantidad significativa de ella. Muero por dentro no es una excepción, y ha sido publicada en España primero por Martínez Roca en los ochenta y luego por La Factoría de ideas en los dos mil, que tantas alegrías y disgustos nos dio. Si te apetece leerla en su idioma original, tampoco es difícil hacerse con una copia en inglés del libro. Muero por dentro es más que una novela de ciencia ficción o, mejor dicho, es una novela que utiliza un elemento de ciencia ficción como la telepatía para hablar de otras cosas. Y aunque esté muy bien escrita y sea relativamente corta, quizás no es tan interesante como otros libros suyos, porque la crónica de la época está muy bien, pero la crisis de mediana edad de un señor de los setenta no es tan interesante.


Silverberg, R. (2001). Muero por dentro. La Factoría de Ideas.
Silverberg, R. (2003). El libro de los cráneos. la Factoría de Ideas.




'La guarida del gusano blanco' (1988) de Ken Russell: el culto a la serpiente en la Inglaterra profunda

La guarida del gusano blanco, estrenada en 1988, es una película escrita y dirigida por el británico Ken Russell. También es probablemente una de sus mejores películas, si no la mejor. También fue un fracaso en taquilla. Adapta la novela de título homónimo de Bram Stoker, que está ambientada en el agro inglés, concretamente en el Peak District. Con esos mimbres parece otra de las películas de Roger Corman, adaptando a Lovecraft o Poe en los cincuenta y sesenta. Protagonizada por Hugh Grant y Peter Capaldi, estos dos no tienen nada que ver con Peter Cushing y Christopher Lee, una de las duplas preferidas y pareja protagonista habitual en muchas películas de Corman. Pero es que la película tampoco guarda semejanza con ninguno de sus clásicos.


En La guarida del gusano blanco Ken Russell da rienda suelta a los elementos que caracterizan a su cine: un humor británico muy bestia y nada sutil, surrealismo y mucho erotismo. Además, a mi modo de ver, es en esta película donde esos elementos están combinados en su justa medida, convirtiendo a La guarida del gusano blanco en una película muy gamberra pero también tremendamente divertida. Quizás una de las más divertidas de la década. Porque el problema con Russell y su cine es que muchas veces no sabe cuando parar. Aquí todo encaja a la perfección.

Definición gráfica de folk horror


En poco más de hora y media de película a Russell le da tiempo de hablar de sacrificios de vírgenes, romanos, cultos paganos, un dios serpiente y vampiros-serpiente que lo mismo te enseñan las tetas que te convierten en uno de ellos. Porque hay tetas y felpudos, que son los ochenta. Pero si algo tiene esta película en abundancia son símbolos fálicos. Basada en una novela bastante mediocre de Stoker, Russell le da una vuelta y convierte el argumento en una historia interesante. En un pequeño pueblo inglés, el arqueólogo Angus Flint haya un cráneo misterioso en las ruinas de un antiguo convento cristiano del tiempo de los romanos. Estas ruinas a su vez se erigen sobre un viejo templo pagano que profesaba su fe a un dios serpiente. Flint se hospeda en un Bed & Breakfast regido por dos hermanas, que sobrellevan el duelo de sus padres desaparecidos en misteriosas circunstancias. Una de ellas, Eve, es la amiga especial de Lord James D'Ampton, el personaje interpretado por Hugh Grant, cuyo linaje es responsable de acabar con la maldición del dios serpiente que pesaba sobre esa tierra. Un argumento que daría, como decía antes, para película de la Hammer, en manos de Russell se convierte en otra cosa.
Russell y la sutilidad

Porque La guarida del gusano blanco, lejos de la aventura de terror clásica, opta por la comedia surreal con un humor bastante cafre. Algunas de sus escenas oníricas, eliminando las partes eróticas, recuerdan a lo que después sería Twin Peaks. Hay muchos puntos que unen estas dos ficciones, pero las separa el hecho de que Russell nunca se toma muy en serio a sí mismo. Quizás de ahí el fracaso en taquilla, porque ese no tomarse muy en serio, si no algo único en la época, sí tiene dosis de autoconsciencia que no se harían populares en la ficción hasta unos años más tarde.

Categoría nueva en Xvideos

Uno de los puntos fuertes de La guarida del gusano blanco son sus dos protagonistas, Peter Capaldi y Hugh Grant. Capaldi haciendo de Capaldi, esto es, de escocés un poco tontorrón pero de noble corazón, como ya le vimos hacer en Local Hero. Y Hugh Grant. ¿Qué decir de él? Alejado de la imagen de galán romántico que sería tan popular en los noventa, Grant interpreta el papel de un antihéroe muy ochentero y se complementa muy bien con el personaje de Capaldi. Tampoco puede faltar la mención a Amanda Donohoe, que interpreta a Lady Sylvia, y que además de enseñar las tetas casi en cada escena, da vida a la villana de esta película, una criatura seductora pero con un gran sentido del humor, porque las mejores líneas de diálogo son suyas.

El arma final

A medio camino entre una película de art house y una película de terror de serie B, La guarida del gusano blanco se aleja de las producciones típicas de terror de la época y del slashers dominante. Además hace gala de un humor británico muy suyo, y tiene ideas locas como encantar serpiertes tocando la gaita. También es buen ejemplo de folk horror, con un rito pagano enfrentado al mundo cristiano. Los efectos especiales digitales, como sucedía con los videojuegos en 3D de los noventa, no han envejecido nada bien. Pero quitando ese detalle y teniendo en cuenta que no es una película apta para todos los públicos, si logras entrar en ella y no tomártela muy en serio es muy divertida. ¿La mejor comedia romántica de Hugh Grant?



'The Witch: Part 1. The Subversion' (2018) de Park Hoon-jung: el giallo surcoreano

A los surcoreanos hay que reconocerles que se lo han montado muy bien. Parasite ha sido la culminación de un proceso y el premio a todo ese trabajo, pero la cosa ya viene de antes. Desde Japón nos llegaba la mejor animación, que junto a las películas de artes marciales producidas en Hong Kong, era todo lo que estaba a nuestro alcance en ese momento. Esto empieza a cambiar a finales de los noventa con el fenómeno J-horror, fundamentalmente japonés pero del que se aprovechan otras industrias cinematográficas como la tailandesa y la indonesia. Pero ya no es raro ver una película vietnamita o taiwanesa, eso sí de género. Y entre todo ese cine de explotación, que ha dejado un profundo poso e influencia en lo que se hace hoy día, se colaban de cuando en cuando alguna película surcoreana. Y ese de cuando en cuando se ha ido convirtiendo en un goteo constante. Además, el género preferido es el thriller, no el terror, aunque a veces estén conectados. Lo que está claro es que ver más películas surcoreanas que portuguesas es el signo de nuestros tiempos. Y los test laterales. No nos podemos olvidar de los test laterales.

Por si alguien todavía es nuevo en esto del cine surcoreano, algunos apuntes de lo que puede esperar: películas largas, es raro que bajen de las dos horas, se fuma mucho, la gente habla con la boca llena, se mezclan los géneros, con cambios de tono muy acusados, y hay giros muy locos. Todo esto, casi sin excepción, con sus buenas dosis de clasismo y machismo. Estos elementos son los que están presentes en The Witch: Part 1. The Subversion. Escrita y dirigida por Park Hoon-jung, sobre todo conocido por ser el guionista de I Saw the Devil, se estrenó en 2018, y forma parte de una trilogía que todavía está por venir. De momento, lo único que se sabe es que Park Hoon-jung está trabajando en la segunda parte, sin fecha de estreno. Pero aunque eso nunca ocurra, The Witch: Part 1. The Subversion se puede ver como película independiente, con su principio y su final. Sólo es el breve epílogo de la película lo que nos sugiere lo que está por venir, abriendo una nueva trama. 

The Witch: Part 1. The Subversion narra la historia de una joven y de su traumático pasado, del que no recuerda nada. Diez años antes, y mediante el flashback con el que comienza la película, deducimos que se ha escapado de una especie de complejo científico, llegando a una granja donde una pareja, tras el trauma de perder a su hijo en un accidente de tráfico, busca superar el duelo. Se hacen cargo de la niña y la crían como si fuera su propia hija. Así, muy resumida, es la trama del primer tercio de la película. Lo cual, no es de extrañar que supere las dos horas. Y tampoco extraña el ritmo. Siempre están pasando cosas. Esta joven adolescente, Koo Ja Yoon, debido a los problemas financieros de la granja familiar, decide participar en un concurso de talentos televisivo para ganar algo de dinero. Será esta aparición en televisión la que desate unas fuerzas que han estado ocultas durante diez años, y que amenazarán tanto a su familia y entorno como a ella misma. El segundo tercio de la película narra el juego del gato y el ratón entre Koo y varias organizaciones que quieren secuestrarla, culminando con media hora de revelaciones que dan un giro loco, loquísimo, a lo que estábamos viendo hasta ahora. Que es algo habitual en el cine de este país. La película empieza como un drama con tintes de misterio, sigue como thriller y acaba como película de acción y ciencia ficción, regado todo ello de comedia. Y dos huevos duros. Porque tampoco podía faltar la escena de personajes comiendo. Las escenas en tren en las que Koo y su amiga Myung-Hee, la del rulo en la cabeza, van y vienen de Seúl, me recuerdan a los largos viajes en Talgo que me comí desde mi infancia hasta prácticamente los veinticinco, con la gente hablando, comiendo y en algunas ocasiones hasta fumando. ¡Cómo hemos cambiado!

Siempre he pensado que todos estos directores surcoreanos, al menos los que nos llegan a occidente, han visto mucho giallo italiano. También influye que el género que más nos ha llegado de Corea haya sido el thriller. Que sí, mezclan mucho y lo retuercen, pero fundamentalmente las películas no dejan de ser thrillers. Como le pasa a James Wan con su última película Malignant, que creo que ha sido bastante incomprendida; no hay que tomársela mucho en serio, sólo disfrutarla. Lo mismo hay que hacer con The Witch: Part 1. The Subversion. Por eso quiero mandarle un mensaje a Park Hoon-jung: ya estás tardando en sacar la segunda parte. Y si metes dinosaurios, nazis y algún viaje en el tiempo, mejor.



'Desaparición en la Roca del Diablo' de Paul Tremblay: ausencia fantasma

Paul Tremblay es uno de los autores más conocidos dentro de lo que se ha venido a llamar New Weird. Quizás su nombre no suene tanto como el de China Miéville o el de Caitlín R. Kiernan, pero sus libros están entre los más populares del género. Yo todavía sigo sin explicarme como Laird Barron no termina de romperlo con alguna novela, y mira que lo ha intentado, pero no hay manera. No le acompaña la suerte como a John Langan, Victor LaValle y Stephen Graham Jones.


Desaparición en la Roca del Diablo trata sobre precisamente eso, una desaparición. En este caso, la de Tommy, un niño de doce años que desaparece al internarse en un bosque. La novela reconstruye los hechos que han llevado a esa desaparición, y lo hace  partir del personaje protagonista, Elyzabeth, la madre de Tommy, y Kate, la hermana pequeña de Tommy. Así nos adentraremos en la vida de este adolescente, de su grupo de amigos y de su familia. Y no todo es lo que parece.

El misterio de la desaparición de Tommy, su investigación y su esclarecimiento son el leitmotiv de la novela. Precisamente uno de los fallos de ésta es querer jugar la carta sobrenatural. Se presentan unos hechos que apuntan en esa dirección y a los que luego se les da una explicación racional. Paul Tremblay lo hace varias veces, de manera gratuita, porque no era necesario y ralentiza la trama más de lo necesario. Como en algunas de las películas de Shyamalan, repite conceptos en aras de que el lector no se pierda el mensaje que quiere transmitir, pero es que este no es ni tan crucial ni tan interesante como para justificar estas repeticiones.

Shyamalan repasando conceptos en Señales

La popularidad de la obra de Tremblay en parte viene justificada por un estilo directo sin muchas florituras, pero también hace mucho una de las características de la ficción de nuestra época: las referencias a la cultura popular. Referencias que más parecen algo que el autor arroja a la cara del lector joven para dejarle claro que él es uno de los suyos que un recurso literario necesario para hacer avanzar la trama. Snapchat, Instagram, el Minecraft... todos hacen acto de aparición en la novela, junto a The Walkind Dead, las películas de zombis de Romero y un largo etcétera de gratuitas alusiones a obras de ficción que no aportan nada a la historia. Es el lugar común de nuestros días.

Paul Tremblay camelando a la chavalada

Desaparición en la Roca del Diablo no es la mejor opción para adentrarse en la obra de Tremblay. Tampoco hay que perder la vista que Tremblay escribe con el ojo puesto en un público que los anglosajones llaman Young Adult. Nada malo en ello, pero hay que tenerlo en cuenta para no llevarse sorpresas. Por lo demás, y aunque no es una novela perfecta, sí que está bien escrita, es entretenida y no es demasiado larga. Quitando de aquí y de allá creo que le hubiera quedado una novela más redonda, pero debido a su tono ligero tampoco se hace muy larga. En España Nocturna Ediciones ha publicado tres de sus novelas, La cabaña del fin del mundo, Una cabeza llena de fantasmas y esta Desaparición en la Roca del Diablo

Tremblay, P. (2017). Una cabeza llena de fantasmas. Nocturna Ediciones.
Tremblay, P. (2018). Desaparición en la Roca del Diablo. Nocturna Ediciones.
Tremblay, P. (2021). Una cabeza llena de fantasmas. Nocturna Ediciones.