La máscara del demonio es una película de terror dirigida por Mario Bava y estrenada en 1960. Protagonizada por Barbara Steele y John Richardson, está basada en un relato de Nicolai Gogol, El viyi. Erróneamente se dice que esta es la primera película dirigida por Bava, cosa que el propio director desmentía, considerando Caltiki su primera experiencia en solitario. En cualquier caso, por su repercusión e influencia posteriores, La máscara del demonio es una película germinal, ya que los orígenes del cine moderno de terror italiano arrancan de ahí. Que sí, que Los vampiros dirigida por Freda y el propio Bava es anterior, pero no ha tenido la misma repercusión. Por cierto, Los vampiros está basado en un relato de la escritora victoriana Mary Elizabeth Braddon.


La dictadura de Mussolini y la II Guerra Mundial trajeron la censura al cine italiano. Nada extraordinario si tenemos en cuenta que siempre, siempre, los gobiernos y grupos de presión han intentado controlar el contenido de lo que se veía o leía. En el caso italiano, eso supuso desterrar el fantástico del cine durante décadas. Es Los vampiros la primera película de terror de la era sonora, en 1956. Llega antes que el Drácula de la Hammer, por ejemplo, pero en Reino Unido nunca se cortó de una manera tan radical esa tradición del cine fantástico. La máscara del demonio es toda una declaración de intenciones de Mario Bava, que quería recuperar la tradición del cine fantástico que se hacía antes de la II Guerra Mundial, con especial énfasis en el expresionismo alemán y las películas de la Universal. Y aunque no es la primera película de terror dirigida en Italia ni la primera película dirigida por Bava, sí tiene un carácter fundacional del género.


Coppola tomando notas para su Drácula

La máscara del demonio narra la historia de la princesa Asa Vajda, una bruja vampira que en el siglo XVII es condenada a muerte junto a su amante Javutich. Ambos son atados a una estaca y se les clava en el rostro una máscara con pinchos en el interior. Para completar esta condena, se procede a quemarlos en la hoguera, pero una tormenta impide esto último, salvando a Asa y Javutich de la muerte definitiva y permitiendo a Asa lanzar una maldición sobre su familia y la promesa de su retorno. Dos siglos después, los doctores Kruvajan y Gorobec atraviesan la zona, pero a su carruaje se le rompe una rueda. Mientras esperan a que el cochero solucione el problema para poder continuar su viaje, exploran la zona, hallando la capilla donde está enterrada la bruja Asa Vajda. De manera accidental, la acaban reviviendo. Gorobec, el joven doctor, conoce a la princesa Katja Vajda, que es la viva imagen de Asa. Ésta, buscará reencarnarse en Katja para completar su venganza y volver a la vida.


Domingo de barbacoa

En La máscara del demonio se dan de la mano las tradiciones del cine clásico de Hollywood y del expresionismo alemán, pero también están presentes el erotismo y la violencia que marcarían el género a partir de entonces. Aquí no hay besos de juntar los labios como en el cine de Hollywood, aquí los personajes se comen la boca. Y si no se enseña pechuga es por poco. Lo mismo sucede con la violencia. Para acabar con esta bruja vampira y sus secuaces, hay que clavarles algo afilado en el ojo izquierdo. Y si hay que quemar a un personaje, se le quema. Bava no rehúye de mostrar estas escenas, como tampoco rehúye de mostrar el momento en el que el verdugo, al principio de la película, le clava la máscara con pinchos a Asa usando un mazo gigante.


La máscara del demonio es una película con una atmósfera gótica muy bien recreada y que cuenta con unos efectos especiales muy buenos para la época, sobre todo si tenemos en cuenta el presupuesto. Mario Bava, que ya por familia conocía el oficio, demuestra saber lo que hace: decorados monocromos para realzar el blanco y negro de la película, una iluminación y fotografía que exagera las sombras, decorados góticos de tumbas, castillos y cementerios, efectos especiales sencillos pero resultones, una buena historia... No es su mejor película pero ya están todos los elementos que caracterizarían a su cine. Si se te han acabado las películas de la Hammer y Amicus, La máscara del demonio es una buena manera de acercarse a la versión italiana de este género, muy en la línea de lo que se hacía en otros países como Francia, que por aquellos años estrenaban Las diabólicas de Clouzot y Los ojos sin rostro de Franju.