'El año de Drácula' de Kim Newman: entre caníbales

Kim Newman es un periodista y escritor inglés autor de varias series fantásticas, entre las cuales está la de Año Drácula, a la que pertenece esta novela, El año de Drácula. Tambiés es autor de la serie El Club Diógenes y de Las aventuras de Genieveve, esta última basada en el mundo de Warhammer, cuyos personajes también aparecen en El año de Drácula. Porque con Kim Newman todo, absolutamente todo, es susceptible de ser usado o reutilizado en una historia de ficción.

El año de Drácula es una mezcla de varias: es una novela de historia alternativa que mezcla ficción y realidad. Partiendo del libro de Stoker Drácula, Kim Newman se pregunta qué es lo que hubiera pasado si Van Helsing hubiese fracasado en su misión de acabar con el conde. El año de Drácula tiene lugar unos años después, con Drácula convertido en príncipe consorte de la reina Victoria gobernando el Imperio Británico y con los vampiros saliendo a la luz. Ahora la sociedad se divide entre cálidos y vampiros, pero sigue habiendo clases sociales. Ser vampiro, si eres pobre, no significa nada. Los verdaderos vampiros, los más poderosos, son los conocidos como antiguos, que llevan viviendo cientos de años. O los neonatos ricos, personajes influyentes que se han convertido.

El año de Drácula está ambientado en un mundo alternativo de fantasía donde el conde Drácula gobierna el Imperio Británico. Con las cabezas de sus enemigos en picas y su guardia de vampiros cárpatos protegiéndole, los crímenes de cuchillo de plata, luego conocido como Jack el destripador por la prensa, amenazan con acabar con este nuevo régimen. Charles de Beauregard será el encargado del Club Diógenes de investigar estos crímenes. Hará equipo junto a la antigua Genieveve de Dieudonné. Cuchillo de plata, cuya identidad en todo momento conocemos como lectores, se dedica a asesinar a vampiras prostitutas. Por la novela desfilan toda clase de personajes, instituciones y lugares reales y ficticcios. Se nombra a Bram Stoker, que está en el campo de concentración conocido como La acequia del Diablo junto a Sherlock Holmes, aparecen por ahí el doctor Hyde y el doctor Moreau, el inspector Lestrade dirige Scotland Yard, se nombra a Oscar Wilde, Lewis Carroll y George Bernard Shaw... 

También muy interesante es cómo Newman reconstruye Drácula en su novela más allá del fracaso final de Van Helsing. Lucy pasa de mujer virtuosa a joven frívola y algo casquivana, Lord Godalming acaba convertido en neonato arribista, Jack Seward es un enfermo y psicópata asesino, Mina es una de las concubinas del conde en la corte real... Otra cosa que está muy lograda en la novela es el mundo vampírico y su folclore. Hay distintas ramas, distintos linajes. Depende de quién sea el que te dé el llmado "beso oscuro", desarrollas unas características u otras. Por ejemplo, los descendientes de Drácula pueden transformarse en animales. Tampoco está del todo claro el proceso de convertirse en vampiro. No es para todos igual ni termina de la misma manera. Convertirse entraña riesgos, como desarrollar enfermedades y mutaciones. Además se afilan los rostros, crecen los colmillos y las uñas. Y luego está el misterio de por qué no se ven reflejados en superficies ni aparecen en fotos. A veces se ve una mancha, otras un vestido o un traje aparentemente vacío, y otras veces no se ve nada. Por supuesto el folclore está equivocado. El ajo no les hace nada, ni el agua bendita y las cruces, ni tan si quiera el sol. Los más antiguos pueden caminar de día. Algunos vampiros como Drácula y sus descendientes desarollan aversión a algunas de estas cosas, pero es puramente psicológica. Lo único que acaba con ellos es la plata.

El año de Drácula es una novela llena de personajes fascinantes y cuyo universo es sugerente y atractivo. Creo que hay pocos mundos de fantasía tan atrayentes. Además, todas las referencias y personajes que desfilan por sus páginas están introducidos en la historia de una manera muy natural, como que se juntes Fu Manchú, Mycroft, el hombre insivible y otra serie de villanos para acabar con cuchillo de plata. Para mí la parte floja de la novela es la propia trama. Y lo es porque creo que no importa demasiado. Lo importante son los personajes y el mundo en el que se mueven, conocerlos y conocer un poco más de ese universo alternativo, a medio camino entre la realidad y la ficción. También conviene no acercarse a la novela esperando un nuevo Drácula o una obra de vampiros al uso. Aunque hay algo de terror, se mueve más por los márgenes de la aventura. Me ha gustado tanto que seguiré con la siguiente novela de la serie, El sanguinario Barón Rojo. También tengo las novelas de Gieneveve de Warhammer esperándome. ¡Qué peligro!

Newman, K. (1994). El año de Drácula. Timun Mas.
Newman, K. (1997). El sanguinario Barón Rojo. Timun Mas.





'Monster, She Wrote': las pioneras del terror y la ciencia ficción

Monster, She Wrote: The Women Who Pioneered Horror and Speculative Fiction es un libro escrito por Lisa Kroger y Melanie R. Anderson y publicado por Quirk Books en 2019. El libro es una suerte de guía de lectura/ manual de literatura sobre la ficción fantástica escrita por mujeres, especialmente terror y algo de ciencia ficción. Tanto Anderson como Kroger son profesoras universitarias y comparten despacho. Además de eso, también comparten podcast. Como apuntan en alguna entrevista, comparten gustos en cuanto a la ficción literaria de género, aunque cada una apunta a ramas distintas del género: Anderson está más enfocada a la ficción escrita por estadounidenses y Kroger a la escrita por británicas. También estudian distintos periodos históricos. Por decirlo de alguna manera, se complementan, y por eso son capaces de ofrecer este libro, Monster, She Wrote, que abarca desde los orígenes primigenios de la ficción sobrenatural escrita por mujeres de Margaret Cavendish en el siglo XVII hasta la más reciente weird fiction de nuestros días.


Monster, She Wrote es un libro que como todo manual, de lo que sea, tiene el problema de la categorización y la jerarquización de lo que estudia. Partiendo de criterios más o menos establecidos, es fácil estar de acuerdo con los primeros capítulos del libro, los dedicados al origen del gótico escrito por mujeres, su proliferación y fama como género a finales del siglo XVIII, su incorporación a la ficción escrita en época victoriana y su influencia, más allá, en época eduardiana. Puedes echar de menos a alguna autora, pero no pretende ser un manual exhaustivo. Y en cuanto a los periodos históricos señalados tampoco hay muchas pegas que ponerle. Para mí los problemas comienzan al pasar del pulp escrito por mujeres. El libro dedica capítulos no sólo a épocas históricas, sino también temáticas. Elizabeth Engstrom forma parte del capítulo dedicado a las casas encantadas, junto a Shirley Jackson y Daphne du Maurier, pero bien podría estar incluida en el capítulo dedicado a las escritoras de paperbacks de los ochenta. Categoría de la que forma parte Tanith Lee, pero que quizás estaría mejor incluida en The New Goths junto a Angela Carter. 

Dividido en ocho capítulos o partes, cada una estudia distintos periodos históricos y/o temáticas de la literatura sobrenatural, incluyendo la biografía de una serie de autoras en cada capítulo, la mención de algunas de sus obras y lecturas recomendadas relacionadas con dichas autoras. Por ejemplo, en la sección de lecturas recomendadas con la obra de Lisa Tuttle, nos encontramos con Mariana Enríquez. Por otro lado, creo que único ejemplo de escritora no angloparlante incluida en el libro. Un libro que se preocupa por la cuestión de la raza, o más concretamente por la inclusión de autoras afroamericanas, pero que se olvida de otras razas y otros idiomas. También entendible por las escasas trescientas páginas del libro. Al final te quedas con la sensación de que han intentado abarcar mucho, y eso ha significado dejar muchas cosas fueras.

En conjunto es un libro cuya primera mitad funciona como manual de literatura y guía de lectura con una segunda parte no tan redonda que arroja un montón de autoras y obras a la cara del lector; más de gustos de subjetivos de las autoras por determinadas escritoras que de un intento de categorización y jerarquización para un manual de literatura. Y el libro se queda en eso, que no es poco: una historia de la literatura sobrenatural y fantástica escrita por mujeres, con un montón de autoras y obras. No conviene olvidar que hasta hace poco era casi imposible encontrar información sobre muchas de estas autoras en internet. Que aún hoy en día, sigue siendo difícil acceder a esa información y que muchas obras siguen sin ser reeditadas desde hace años. Así que sólo por eso y por la cantidad de lecturas proporcionadas, el libro merece mucho la pena. Es entretenido de leer y además funciona como manual de consulta. También hay que agradecer la colección de libros a la que ha dado lugar, con la editorial Valancourt estrenando la colección Monster, She Wrote. Qué pena que los bancos ya no concedan créditos para comprar libros, porque con algunas personas, y no miro a nadie, se iban a forrar. En fin, que mucho mejor invertir en bitcoins que en libros. O eso dicen.

Kroger, L. & Anderson M. R. (2019). Monster, She Wrote: The Women Who Pioneered Horror and Speculative Fiction. Quirk Books.



'La maldición de los zombies' (1966): vudú en la Inglaterra rural

La maldición de los zombies es una película de terror del británico John Giling producida por la también británica Hammer. Cuenta con guion de Peter Bryan, que aunque no muy prolífico, sí escribió algunos de los mejores guiones de la Hammer, en concreto los de El sabueso de los Baskerville y Las novias de Drácula. Además cuenta con un reparto muy solvente, que si bien no aparecen ni Christopher Lee ni Peter Cushing, también tienen su carisma, como son Adre Morell, Diane Clare y una estupenda Jacqueline Pearce.

John Giling cuenta con una larga trayectoria como director y guionista que se remonta a finales de los cuarenta, aunque su etapa más recordada es precisamente esta última, la de sus películas para la Hammer. Del mismo año, y prácticamente con los mismos decorados, dirigió El reptil. Otra del año siguiente con Andre Morell de protagonista es El sudario de la momia. También suya es The Shadow Cat y una de esas rarezas españolas del fantaterror que a la postre sería su última película, La cruz del diablo, protagonizada por Carmen Sevilla.

La maldición de los zombies trata sobre una epidemia en un pequeño pueblo inglés que afecta a los jóvenes de la localidad. El doctor del pueblo, Peter Tompson, decide pedir ayuda a su mentor y amigo Sir James Forbes, que junto a su hija Sylvia, se encaminarán hacia dicho pueblo para ayudar a Peter. Cuando llegan a su casa descubren que algo anda mal con Alice, amiga de Sylvia y esposa de Peter. También tendrán su primer encuentro con Clive Hamilton, el villano interpretado por John Carson. Hamilton es el heredero de la familia terrateniente del pueblo, una familia venida a menos desde que tuvieron que cerrar una de las minas que les proporcionaba su riqueza. Y con este planteamiento, la muerte de la joven Alice y los cuerpos desaparecidos de los recientes fallecidos por esta inexplicable plaga, comienza la investigación. Casi la mitad de la película es un toma y daca de la pareja protagonista, Andre Morell y Diane Clare, que aquí interpretan el papel de padre e hija. Es una pareja muy divertida, casi parecen los protagonistas de un buddy film de los ochenta.


El tercer acto de la película es el más loco, con peleas, escenas oníricas y deus ex machina gratuitos a un ritmo frenético. Es la parte protagonizada por Sir James, que rompe la magia y el buen rollo que tenía con su hija Sylvia. En La maldición de los zombies hay una lectura social y sobre todo, como el título indica, hay zombis. Zombis antes de los zombis tal y como los conocemos, que estarían por llegar dos años después con Romero. Hay también ladrones de cuerpos, ritos vudús, minas supuestamente abandonadas y mucha comedia. Igual no es la mejor de las películas de la Hammer, pero sí es una de las más entretenidas. ¿Qué es un zombi para un terrateniente inglés? La respuesta en la película; o en la canción de La polla.






 

'Randalls Round: Nine Nightmares': el folk horror de Eleanor Scott

Eleanor Scott es el psudónimo de la escritora británica Helen Madeline Leys (1892-1965). Profesora educada en Oxford, también se dedicó a la escritura y a la investigación del folclore, especialmente el victoriano. Como tantas otras autoras de la época, su obra no es muy conocida y no toda ella se puede inscribir dentro del fantástico. De hecho, aunque consiguió hacer ruido con su novela War Amongs Ladies sobre el sistema educativo femenino, su obra pasó bastante desapercibida. Tampoco llegó a publicar mucho: cinco novelas, ninguna de temática sobrenatural, y una serie de biografías dirigidas a un público infantil. También se cree que publicó un par de novelas de misterio con otro psudónimo, pero no hay nada en claro todavía. Randalls Round es un libro de relatos de terror que se pueden incluir en ese subgénero tan en boga últimamente llamado folk horror, que muchas veces, como otras etiquetas, acaba convertido en cajón de sastre.

Randalls Round, publicado en 1929, fue un libro que no funcionó nada bien. Comparada con otros autores, se puede observar muy claramente la influencia de M. R. James, E. F. Benson y Walter de la Mare. Especialmente la del primero, del que toma un modelo que acaba llevando a su terreno. También se deja notal la influencia de Arthur Machen. Si definimos folk horror como aquellas historias en las que un mal primigenio de origen pagano o una forma de vida pagana se enfrenta a la civilización moderna cristiana, las historias de Randalls Round encajarían muy bien en esa etiqueta. No se trata de la lucha del bien contra el mal, de una dicotomía cristiana entre dios y el diablo, sino de personajes enfrentados a horrores que nada tienen que ver con el cristianismo y que se enfrentan, o bien a este, o bien a nuestro estilo de vida moderno. 

Randalls Round fue recupera y publicada en los años noventa por Ash Tree Press gracias Richard Dalby, que ya incluyó alguno de los relatos de Eleanor Scott en su antología para Virago The Virago Book of Ghost Stories. Hay que recordar que Eleanor Scott no fue una autora conocida en su época y luego olvidada, sino que ni siquiera en su época su obra mereció mucha atención, y este Randalls Round es de lo poco que escribió de temática sobrenatural. Al menos que se sepa. Ya la edición de Dalby incluía dos relatos más, The Unburied Bane y The Menhir, escritos por un tal N. Bennett, que tanto por estilo, temática y otras cuestiones, como el editor y la editorial, apuntan a la autoría de Eleanor Scott. Esta nueva edición de la British Library también los incluye, y sólo decir que ya con el primero, The Unburied Bane, ya merecería la pena el libro.

Según Eleanor Scott el origen de estos relatos son sus propios sueños y pesadillas. Y hay que decir que es algo que se nota, a veces más, a veces menos, en estas historias. Muchas tienen cualidades oníricas, con personajes viviendo un mal sueño, en estado febril.  Hay que admirar la capacidad de Scott para ligar el frágil argumento de un sueño. En el primer relato, Randalls Round, describe un ritual pagano en un pueblo de la campiña inglesa. Cultos perdidos y folk horror donde sólo falta un hombre de mimbre para el protagonista. Máscaras de animales, danzas, música de flautas, gente quemada en la hoguera y una antigua caza de brujas se convierten en la pesadilla de su protagonista. En el siguiente, Twelve Apostles, un americano bastante descreído comprará casa encantada con un oscuro secreto. Hay alquimia, una maldición y un tesoro que perseguirán a este descreído americano. Buscar el tesoro de un viejo brujo y alquimista en mitad de la noche, como el personaje de un slasher que baja solo a un sótano sin luz, no parece la mejor de las ideas. El protagonista de Celui-la, mientras pasea por la playa, descubre a un ser enterrando un objeto. El objeto, cómo no, está maldito. Así que entre latinajos, seres demoníacos, runas de la primigenia Britania pagana, invocaciones involuntarias y mucho terror, el protagonista tendrá que hacer todo lo posible para sobrevivir a esa pesadilla. Es uno de los relatos más claramente inspirados en M. R. James, y cuya invocación involuntaria de un ser terrorífico recuerda también a Evil Dead. Y es que en Randalls Round no hay relato malo. Maldiciones cada siete años en la noche de Lammas, folclore nórdico, folclore británico, viejos templos, ruinas precristianas, objetos malditos, calaveras aullantes, bustos romanos, antiguos ritos, magia pagana, el árbol de la bruja...  Si te gustan M. R. James y Arthur Machen y te lo pasaste bien viendo The Wicker Man y Midsommar, definitivamente Randalls Round te va a gustar.

Scott, E (2021). Randalls Round: Nine Nightmares. British Library.






 

'Weird Women': quemando el corset

Weird Women: Classic Supernatural Fiction by Groundbreaking Female Writers, 1852-1923 es el largo título del libro editado por Leslie S. Klinger y Lisa Morton dedicado a las escritoras clásicas de terror. Publicado en 2020 por la editorial Pegasus, es otro de esos libros que han visto la luz los últimos años interesados por rescatar la obra de autoras injustamente olvidadas: el Queens of the Abyss: Lost Stories from the Women of the Weird (2020), Unforgottable Ghost Stories by Women Writers (2008) The Dreaming Sex, Eraly Tales of Scientific Imagination by Women (2010) y The Darker Sex, Tales of the Supernatural an Macabre by Victorian Women Writers (2009) editados por Mike Ashley, Avenging Angels: Ghost Stories by Victorian Women Writers (2018), Women's Weird: Strange Stories by Women, 1890-1940 (2019) y Women´s Weird 2: More Strange Stories by Women, 1891-1937 (2020) de Melissa Edmundson, la serie Monster, She Wrote cuyo primer libro dio lugar al interés de Valancourt y donde se han publicado autoras como Marjorie Bowen, Everil Worrell y Greye La Spina, los libros de la irlandesa The Swan River Press dando a conocer a autores y sobre todo a autoras del país, otras pequeñas editoriales como Victorian Secrets o la labor de la British Library. En definitiva, este libro se puede enmarcar en este interés reciente en recuperar la obra de autoras del fantántico anglosajón injustamente olvidadas o menospreciadas durante años. Y ese interés reciente es tal que existe un Weird Women 2.

Como todas las antologías de relatos, Weird Women tiene sus altos y sus bajos, especialmente si tenemos en cuenta el tamaño del libro. Sin llegar a ser un mamotreto de los de calzar mesas, sus trescientas cincuenta páginas y su selección de relatos consiguen que a veces se pueda hacer un poco cuesta arriba su lectura. También hay que tener en cuenta cuántos de estos relatos conozcas y cuántos libros similares hayas leído. En mi caso, después de una temporada más o menos larga dedicada a leer autoras del fantástico, casi siempre victorianas, muchos de los relatos ya los conozco. Y de las autoras más o menos desconocidas ya tengo formado un criterio. Así que sólo me queda la capacidad de sorpresa que los editores sean capaces de proporcionarme. Y aunque hay un montón de autoras olvidadas, tantas que casi parece un pozo sin fondo, no es tan sencillo dar con algo interesante. Hay dos libros editados por el británico J. A. Mains que dedica a esto, a rescatar relatos de autoras desconocidas, a veces anónimas, buceando en los periódicos y las revistas británicos, australianos, irlandeses y estadounidenses de la época: A Suggestion of Ghosts: Supernatural Fiction by Women 1854-1900 y An Obscurity of Ghosts: Further Tales of the Supernatural by Women 1876-1903. Por eso si llegas a este Weird Women después de haber leído lo que se ha publicado últimamente sobre la ficción fantástica escrita por mujeres, no te sorprenderá tanto. Encontramos historias conocidas, como The Old Nurse's Story de Elizabeth Gaskell, Lost in a Pyramid, or the Mummy's Curse de Louisa May Alcott, Nut Bush Farm de Charlotte Ridell, The Third Drug de Edit Nesbit o The Giant Westeria de Charlotte Perkins Gilman, junta a otras menos conocidas. El problema de estas últimas es que no siempre son tan interesantes.

Algunos relatos que no había leído y que me parecen entretenidos: What Was the Matter? de Elizabeth Stuart Phelps  es un relato sobre clarividencia, recuperación y pérdida. En An Itinerant House de Emma Frances Dawson hace presencia uno de los temas estrella de la época: el mesmerismo. The Were-Wolf de Clemence Housman es uno de los relatos largos del libro. Erotismo, mujeres lobo, celos entre hermanos, tragedia y el beso fatal. In the Closed Room de la británica Frances Hodgson Burnett, nacida en Mánchester pero que acabaría viviendo en Tennesse, contrapone campo y ciudad en un relato sobre casas encantadas, donde uno de los cuartos de la casa permanece cerrado para todos menos para la pequeña de la casa, que juega allí con una misteriosa niña. The Dream-baby de Olivia Howard Dumbar es una historia sobre una relación de dependencia, donde la protagonista sueña con un bebé hasta que su presencia se vuelve presencia espectral. Basta con desear algo muy fuerte para conseguirlo. Relatos interesantes y entretenidos pero que tampoco llegan a ser brillantes, salvo en el caso de In the Closed Room. Weird Women ofrece una mezcla de relatos más o menos conocidos, con los que ha sido fácil cruzarse en los últimos años en alguna antología del género, y otros menos conocidos, interesantes también, pero que no llegan a entusiasmar.

Quizás es por saturación de lecturas sobre el mismo tema, pero Weird Women, aun siendo interesante, no me parece tan cautivador y atrayente como otras colecciones de relatos dedicadas a autoras. Le sobran algunas páginas y la selección de relatos no acaba de ser tan redonda y llena de sorpresas. Aún así, creo que merece la pena, y si no se cruzan muchas lecturas por el camino (hola, señores de entreguerras), acabaré leyendo el segundo tomo, Weird Women 2, más pronto que tarde. Pocas cosas hay mejores que disfrutar del verano inglés con una cerveza fría y un libro de señoras victorianas. Bueno, un dinosaurio. Un dinosaurio es mejor.

Anderson, M. R. (2021). Women´s Weird 2: More Strange Stories by Women, 1891-1937. Valancourt.
Ashley, M. (2009).  The Darker Sex, Tales of the Supernatural an Macabre by Victorian Women Writers. Peter Owen.
Ashley, M. (2010). The Dreaming Sex, Eraly Tales of Scientific Imagination by Women. Peter Owen.
Ashley, M. (2008). Unforgottable Ghost Stories by Women Writers. Dover Publications.
Ashley, M. (2020). Queens of the Abyss: Lost Stories from the Women of the Weird. British Library.
Edmundson, M. (2018). Avenging Angels: Ghost Stories by Victorian Women Writers. Victorian Secrets.
Edmundson, M. (2019). Women's Weird: Strange Stories by Women, 1890-1940. Handheld Press.
Edmundson, M. (2020). Women´s Weird 2: More Strange Stories by Women, 1891-1937. Handheld Press.



'El carnaval de las almas' (1962): Pedro Páramo en la feria

El carnaval de las almas es una película de terror dirigida por Herk Harvey y protagonizada por Candace Hilligoss. Estrenada en 1962, es una película bastante atípica para la época, donde el terror iba por otros derroteros. Por su duración de poco más de ochenta minutos, y por cómo se desarrolla y se resuelve la trama, se asemeja más a un capítulo largo de Twilight Zone que a una película de terror de la época. 

El carnaval de las almas fue, tanto para su director como la estrella protagonista, su única incursión en el cine. Harvey dirigió muchos cortos, pero nunca más rodó una película, y Hilligois, que todavía sigue vive, apenas participó en tres o cuatro proyectos más, nunca como protagonista. La propia película, una serie B de la época, más que título de culto, ha sido durante muchas décadas una gran desconocida. Sus reediciones en DVD y Blu-ray, su inclusión en varios catálogos de streaming y su difusión en programas como la versión moderna de Creature Features han aupado a El carnaval de las almas a Título de culto en los últimos años. Afortunadamente, uno bastante accesible.

En un cruce, mientras esperan a que el semáforo se ponga en verde, dos coches se ponen de acuerdo para iniciar una carrera. En una escena ya vista en otras películas y series, que documenta un hecho real, las competiciones entre adolescentes conduciendo, los dos coches atraviesan un puente de madera, cuando uno de ellos se cae al río sin dejar ninguna pista de dónde está el coche y sus ocupantes. Mary, una de las ocupantes de este coche, aparece horas después, completamente empapada, sin recordar qué ha pasado, junto a la orilla del río. El coche y el resto de ocupantes siguen sin aparecer. Mary, que es organista profesional, se muda a un nuevo pueblo donde empezará su nuevo trabajo de organista en una iglesia. La música de órgano será la principal banda sonora de la película.

Mike Oldfield preparando el Tubular Bells


Como le recuerdan a Mary, para tocar música no sólo hacen falta conocimientos técnicos, también necesitas alma. En un doble sentido que alude, precisamente, a esa falta de alma de Mary, mujer independiente y descreída que acepta el trabajo de organista de iglesia como lo que es, un trabajo asalariado. Esta supuesta falta de alma dará bastante juego durante la película. Mary se muda a este nuevo pueblo, donde vivirá en una pequeña casa junto a su casera y otro inquilino más, que acosará a Mary hasta conseguir de ella una cita. Y hablando de acosos, ya en el viaje de ida a su nuevo destino, Mary se verá acosada por la figura de un hombre muerto, que la perseguirá allá donde vaya. Se contrapone la luz del día y la oscuridad de la noche, pero también la vigilia y el sueño. Cada vez más, se suceden episodios en los que Mary, además de ser perseguida por este hombre, es atraída por una vieja feria abandonada a orillas de un lago. Durante estos episodios, Mary sufrirá sordera y será incapaz de ser vista o de comunicarse con nadie; o con ningún alma viva. A la vez que estos trances de Mary se vuelven cada vez más frecuentes, también se incrementa la atmósfera surrealista y onírica de la película, donde las cosas no son lo que parecen. 

Después de cuatro años en Reino Unido coges color blanco nucelar


A pesar de ser una cinta de bajo presupuesto tiene cosas a nivel de realización que están bastante bien, como los zooms locos, un recurso barato y efectivo, algunos planos subjetivos de Mary conduciendo, cierta cualidad expresionista en algunos planos, especialmente en las escenas rodadas en la feria abandonada, algún plano cenital, contrapicados... Harvey hace gala de recursos en una producción con pocos medios, y le acompaña Hilligoss con una muy buena interpretación. Además de la historia, el cómo está rodada y la interpretación de la actriz principal es lo que elevan esta cinta de mera serie B olvidable a título de culto.

La cara de la gente los lunes por la mañana en el transporte público


También es interesante observar el papel del automóvil en la cultura estadounidense. Es lo que otorga libertad, no sólo de movimiento, a los individuos. Mary es una mujer con estudios, independiente, soltera y sin ningún interés en los hombres. El coche no sólo es su medio de transporte, es lo que le permite aceptar un trabajo en otro pueblo y ganarse la vida. También puede decidir libremente y sin depender de un hombre su destino, literal y figurado. Cuando Mary va perdiendo gradualmente esa libertad, al perder su trabajo, su alojamiento y su coche, se va adentrando cada vez más en ese otro mundo que la acecha.

El carnaval de las almas es una película muy entretenida y a la vez diferente a lo que se estaba haciendo en el Hollywood en esos años. Más que del cine clásico de la Universal bebe y se inspira en el nuevo cine europeo de la época. Y aunque de manera lejana y remota, no es difícil imaginarse El carnaval de las almas como inspiración para otras películas, desde La noche de los muertos vivientes (1968), Sole Survivor (1984) y Survivor (1987) hasta El sexto sentido (1999), Destino Final (2000) e It Follows (2014). Incluso juegos como Silent Hill tienen cosas de El carnaval de las almas. No está nada mal para un título que pasó desapercibido en su momento y que décadas después se ha convertido en cinta de culto. Una película que tiene la cualidad de unir tristeza y soledad en un mundo onírico, como La invención de Morel o Pedro Páramo en literatura.







'The Darker Sex': más señoras victorianas

Mike Ashley editó un par de antologías a finales de los dos mil para la editorial Peter Owen que recogían, por un lado, la contribución de las mujeres en los inicios de la ciencia ficción, y por otro su contribución al género del terror. Este último dio como resultado este libro, The Darker Sex, Tales of the Supernatural and Macabre by Victorian Women Writers. Porque Mike Ashley, además de editar y publicar libros sobre el rey Arturo, barcos, magia y detectives, es un experto del fantástico anglosajón del siglo XIX y principios del XX. Y desde hace ya bastantes años es uno de los herederos de Richard Dalby y su The Virago Book of Ghost Stories publicado a principios de los noventa del siglo pasado.

En la muy breve introducción del libro, de apenas dos páginas, Mike Ashley establece su tesis: las mujeres, que estuvieron presentes y fueron protagonistas del nacimiento del gótico en el siglo XVIII, en la época victoriana contribuyeron en cantidad y calidad al género del terror. Y da cuenta de ello en  The Darker Sex, una antología que recoge once relatos escritos por mujeres, con nombres más o menos obvios, como los de Elizabeth Gaskell, Mary E. Braddon y Charlotte Riddell, y otros más sorprendentes y/o desconocidos como Mary E. Penn, Violet Quirk y Louisa Baldwin. Como suele pasar en casi todas sus antologías, este libro de Mike Ashley es un conjunto bastante equilibrado. Recoge la contribución, dentro del mundo anglosajón, de mujeres británicas (en su concepción más amplia, imperial) y estadouninses al terror. 

En The Darker Sex nos encontramos con narraciones bastante conocidas como The Old Nurse's Story de Elizabeth Gaskell, The Lifted Veil de George Eliot y The Shadow in the Corner de Mary Elizabeth Braddon. También hay relatos menos conocidos de autoras conocidas en otros géneros, como puede ser el caso de Edith Nesbit, cuyas obras infantiles siguen publicándose hoy en día, y cuyo relato incluido en esta antología, The Third Drug, puede llegar a sorprender a más de uno. Luego está la labor de rescate de autoras como Mary E. Wilkins Freeman; Arkham House reeditó uno de sus libros a mediados de los setenta, que pasó un poco sin pena ni gloria. Incluso uno de los más recientes libros que tratan de rescatar autoras y crear un nuevo canon literario, como Monster, She Wrote, sólo la mencionan de pasada. Y finalmente está la labor de arqueología que tanto parece disfrutar Mike Ashley, que nos trae textos y autoras completamente desconocidos. Y añadiría que generalmente buenos. Porque si algo queda claro después de este tipo de antologías es que no se trata de un ejercicio de memoria, sino de poner en valor la obra de unas autoras que está a la misma altura que su contraparte masculina, pero que nunca ha disfrutado de su visibilidad y difusión.

La cara de Mary E. Wilkins Freeman cada vez que escribís hayga


Algunos de los relatos que destacaría y que no había leído antes son The Tenant of the Cedars de Mary E. Penn, sobre una casa encantada en un pueblo, un asesinato, un fantasma que busca venganza y una canción, The Song of Love and Death, que se repite más que Los 40 Principales. Louisa Baldwin escribió Sir Nigel Otterburne's Case, un relato realmente extraño sobre una oscura maldición familiar, que consiste en que los muertos te van a buscar, se reúnen debajo de tu ventana sin decir nada, sin hacer nada, salvo indicarte que ha llegado la hora de reunirse con ellos. En The Three Kisses Violet Quirk nos cuenta la historia de una mujer cuyo fantasma vuelve para reclamar a su hijo, no por amor, sino por venganza. Y de los relatos ya leídos, además muy recientemente, volvería a hablar de Mary E. Wilkins Freeman y Luella Miller, una historia sobre vampirismo bastante atípica. Luella Miller parece alimentarse de la fuerza vital de los que la rodean, matándolos en el proceso, pero todo sucede de una forma tan natural que la propia Luella parece no darse cuenta de su naturaleza. Que la gente haga lo que ella quiere parece lo normal, y que se mueran después de un tiempo parece la consecuencia lógica.

Tanto The Darker Sex como su hermano gemelo The Dreaming Sex son un buen compendio y resumen de la contribución de las escritoras anglosajonas al género fantástico en su concepción más amplia. No llega al nivel de Queens of the Abyss: Lost Stories from the Women of the Weird del propio Mike Ashley o de las antologías de Melissa Edmundson pero The Darker Sex es una lectura interesante y bastante entretenida, y si ya tienes leídos a M. R. James, H. P. Lovecraft y demás clásicos del género, es una buena fuente de nuevas lecturas. Por mi parte, voy a empezar a llenar la casa de gatas y a ponerles nombres de señoras victorianas.

Ashley, M. (2009).  The Darker Sex, Tales of the Supernatural an Macabre by Victorian Women Writers. Peter Owen.
Ashley, M. (2010). The Dreaming Sex, Early Tales of Scientific Imagination by Women. Peter Owen.
Ashley, M. (2008). Unforgottable Ghost Stories by Women Writers. Dover Publications.
Ashley, M. (2020). Queens of the Abyss: Lost Stories from the Women of the Weird. British Library.





'Los cuclillos de Midwich' de John Wyndham: invasiones con ojos dorados y pelucones rubios

Los cuclillos de Midwich o como durante muchos años conocí a esta novela, Los cuchillos de Midwich (hola dislexia), es una novela de ciencia ficción del británico John Wyndham. Un Wyndham que nacido en 1903 disfrutó de lo lindo del siglo XX: se comió las dos guerras mundiales, la Guerra Fría y la descolonización. Y también al que le costó conseguir el reconocimiento de su obra. Las primeras novelas publicadas bajo pseudónimo entre finales de los veinte y mediados de los cuarenta bajo pseudónimo no recibieron demasiada atención. No fue hasta 1951 con la publicación de El día de los trífidos, que John Wyndham obtuvo el éxito y descubrió una fórmula que, con distintas variantes, explotaría en sus próximas novelas.

Los cuclillos de Midwich es la historia de una invasión alienígena a la que se enfrentan un grupo de merry men ingleses. Como en El kraken despierta, el libro abre con la historia de un hecho misterioso: se desconoce la razón, pero una cúpula invisible cubre un pequeño pueblo de la campiña inglesa, Midwich, y todo aquel que se adentra en ella acaba perdiendo el conocimiento. Volando a una altura prudencial, algunos aviones de reconocimiento fotografían un objeto que parece ser el centro donde se origina esta misteriosa cúpula. Aquí ya se apunta al origen extraterrestre de la invasión. En su primera parte Wydham narra este hecho aparentemente inexplicable para la mayoría y sus consecuencias, además de un inesperado efecto secundario. Las consecuencias es que algunas personas, sobre todo ancianas, mueren. Unas por exposición al frío y otras por accidentes como incendios, ya que al perder el conocimiento, murieron abrasadas. Y el efecto secundario es que todas las mujeres en edad fértil que se encontraban en el pueblo cuando ocurrió ese hecho, están embarazadas. Eso le da pie a Wyndham a narrar una historia paralelea, la de cómo las mujeres se organizan para tratar estos embarazos, porque las casadas, ni tan mal, pero las solteras, a ver cómo lo explican. Pueblo pequeño, Inglaterra de los cincuenta... ser madre soltera no está bien visto. La segunda parte de la novela narra la historia de los Niños, como son conocidos, y de sus aviesas intenciones. Quizás las adaptaciones cinematográficas siempre han tirado más por el lado terrorífico antes que por el de la ciencia ficción. En la novela Wyndham plantea un problema: qué puede hacer la humanidad cuando, aunque superior en número, se enfrenta a una especie más inteligente. Porque los Niños forman una especie de mente colmena, lo que sabe uno, lo saben todos. Y gracias a esa conexión, ejercen un control mental que, sólo en unos años, ya es aterrador. Por otra parte, descubrimos que el caso de Midwich no es un caso aislado. Como en El kraken despierta, en el que misteriosos meteoritos caían al agua en distintos puntos del globo, en Los cuclillos de Midwich el mismo suceso paranormal tiene lugar en diferentes partes. También descubrimos que los Niños, todos, están conectados entre sí. Ahora de lo que se trata es de intentar parar la invasión.

Wyndham divaga sobre política, políticos y filosofía en exceso. Como le sucedía a Robert A. Heinlein, aquí Wyndham opta por introducir un personaje, el de un señor mayor, que ejerce de álter ego suyo y que nos da lecciones de esto y de aquello. No es un problema que un autor exprese ideas diferentes a las mías, pero lo es cuando te mete parrafadas y parrafadas que, estando o no de acuerdo, acaban lastrando la narración. Y es algo que está presente en El kraken despierta y El día de los trífidos. La principal diferencia sería el final. En las dos primeras hay tres actos bien diferenciados: un hecho que marca el comienzo de la invasión, la invasión y destrucción de la civilización, y la posterior reconstrucción. En Los cuclillos de Midwich sólo asistimos a la primera, el comienzo de la invasión. Tiene un final que, a diferencia de sus adaptaciones cinematográficas, sobre todo la de Carpenter, es muy anticlimático. Faltarían las dos últimas partes, saber cómo se desarrolla esa invasión, el colapso civilizatorio que vendría después y la esperanza de un nuevo comienzo como final. 

Los cuclillos de Midwich es una novela muy entretenida con algunos fallos. También hay que tener claras las expectativas: si te acercas a la novela no busques terror. Es ciencia ficción, que utiliza un acontecimiento fantástico para hablar y divagar de otros temas. Uno muy presente en Wyndham es el de la incredulidad. Ni siquiera los protagonistas son capaces de llegarse a creer que unos extraterrestres les estén invadiendo. Parafraseando lo que decía ese señor mayor, ¿dónde están que yo los vea? Pues eso, que si para los testigos directos es difícil de creer, imagínate para el resto de la población. Otro tema presenta es la incapacidad de las instituciones para dar respuesta a este problema. Al menos las instituciones democráticas. Porque en el libro descubrimos que en la Unión Soviética ya no hay Niños. Y cómo no, está presente la vida idílica de la campiña inglesa y sus habitantes.

Wyndham, J. (1986). Los cuclillos de Midwich. Gaviota.



'Asfixia' (1973): cazafantasmas steampunk

Asfixia es una película de terror británica de 1973 dirigida por Peter Newbrook. El guion es de Brian Comport sobre la base de una historia escrita por Laurance Beers y Christina Beers. Está protagonizada por Robert Stephens, que todos recordamos en su papel de Sherlock Holmes en La vida privada de Sherlock Holmes, Robert Powell y Jane Lapotaire. Fue la primera y la última película dirigida por su director, con una larga trayectoria como operador de cámara que se remonta a principios de los cuarenta, siendo su participación más destacada en Lawrence de Arabia.

Ambientada en época victoriana, tiene el regusto de las producciones clásicas de la Hammer. La película está producida por Glendale Films, una pequeña compañía que intentó hacerse un hueco a primeros de los setenta y que sólo sobrevivió para producir tres películas, siendo Asfixia la última producida por dicho estudio. Glendale Films no llegó en una buena época para el terror clásico, con la Hammer intentando adaptarse a los nuevos tiempos y Amicus encontrando su nicho en las películas de episodios.

Asfixia es la historia de Sir Hugo Cunningham, un científico y un reformista social miembro de la Sociedad de Parapsicología. Con su cámara fotográfica capta lo que parece ser una sombra en varias fotos realizadas a personas a punto de fallecer. Esto le lleva a investigar qué son esas sombras, llegando a teorizar que son las almas de esos difuntos momentos antes de partir. En una excursión al campo con su familia, decide probar su nuevo invento, un cinematógrafo que captura imágenes en movimiento. Sí, Sir Hugo ha inventado el cine. Para ello decide rodar unas escenas con su familia navegando el río en canoas. Primero su hija Christina y su prometido Giles, y luego su nueva esposa Anna y su hijo Clive. Pero distraídos por Sir Hugo, acaban cayendo al río y ahogándose. Un accidente, que al menos por cómo está rodado, es muy tonto. Pero oye, si ha muerto gente por hacerse un selfie, aceptamos pulpo como animal de compañía.

Los Javis victorianos camelando en las redes


Sir Hugo, tras la muerte de su esposa y su hijo, se verá sumido en la depresión. Uno de sus compañeros de la Sociedad de Parapsicología y reformista social, le lleva a grabar una ejecución para protestar contra ella. Allí, y debido al foco de luz que utiliza, materializará a una criatura junto al condenado a muerte. Su nueva teoría no es que sea el alma del futuro difunto, sino que es la muerte, a la que llama con el nombre griego de asphyx. Lo que viene siendo la parca de toda la vida. Cada persona tenemos asignada una. Y es cuando, obsesionado por la reciente pérdida, y tras varios experimentos con animales, traza un plan para atrapar a los asphyx: los atrapará con el foco y los encerrará en una caja con otro potente foco. Haciendo esto logrará uno de los sueños del ser humano, la inmortalidad. Pide ayuda a Giles, el enamorado de su hija, para que le ayude a atrapar a su Asphyx y así volverse inmortal. Apunto de acabar en tragedia, interviene su hija y logra salvar a su padre. Sir Hugo insistirá en que tanto Giles como Christina también se vuelvan inmortales como él, pero sus planes no saldrán como él espera.

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La película tiene una estructura circular, que comienza y acaba en la época actual. Toda la historia sirve para explicar esa primera escena, donde en un accidente de tráfico, la policía encuentra a un superviviente. Una de las cosas que están muy chulas de la película es el rollito steampunk. Y es que parece que por momentos estamos viendo una versión de Cazafantasmas ambientada en la Inglaterra Victoriana. O si avanzamos unos años más, Sir Hugo bien podría ser un remedo de Thomas Carnacki cazando fantasmas con sus aparatos inventados por él mismo. En 2009 se anunció un remake que fue cancelado en 2011, dejándonos con las ganas de ver una película como Asfixia con una producción actual y algo de dinero. Habrá que seguir esperando. Siempre nos quedará la primera temporada de The Nevers.







'El Golem' de Gustav Meyrink: esoterismo, cábala, alquimia y muerte en Praga

El Golem, publicado por primera vez en 1915, es la obra más conocida del austríaco Gustav Meyrink y uno de los libros más importantes de la tradición del fantástico europeo.  Nacido en 1868 en Viena, le tocó vivir uno de los periodos históricos más convulsos de la historia europea, una época de grandes cambios que se ve reflejada en su obra. Comparte su gusto por el fantástico con otros autores austríacos de la época como Leo Perutz, Alexander Lernet-Holenia y Hans Karl Strobl, el alemán Hanns Heinz Ewers, el checo Karel Capek y el polaco Stefan Grabinski. Cada uno con su estilo particular, pero compartiendo ese gusto por el género fantástico que fue tan importante en Europa durante esos años.

Si Hanns Heinz Ewers tiene espíritu de viejo roquero, Gustav Meyrink sería el equivalente beatnik de la escuela austríaca. Un hippie antes de los hippies que a principios del siglo XX ya le daba a las drogas, hacía yoga, practicaba espiritismo y predicaba a los cuatro vientos sus dotes como clarividente. Una atribulada vida que le llevó a visitar la cárcel y los bajos fondos de esa sociedad centroeuropea que se despertaría del sueño de la Belle Époque de una manera abrupta.

El Golem recoge las obsesiones del autor sobre la cábala, la alquimia, el esoterismo y el simbolismo en una reformulación de los mitos clásicos judíos. El sueño y el inconsciente son otras formas de acceder al conocimiento y a la verdad, que como esa casa que sólo aparece a una hora determinada en mitad de la niebla del gueto de Praga, amenazan con acabar con nuestra realidad. Casi de manera fragmentaria, vamos conociendo más sobre el maestro Pernath, un tallador de gemas judío que ha perdido su memoria sobre el pasado. Poco a poco, vamos conociendo más sobre este personaje, a la vez que la realidad se torna más borrosa y lo onírico va tomando presencia en el relato. Si conocimiento y recuerdo son lo mismo, Pernath, que sometido a hipnosis olvidó una parte de su pasado, sólo es un fragmento de sí mismo, le faltan piezas para llegar a ser un individuo completo. Al igual que el gólem, una figura de barro animada por una palabra mágica introducida en su boca, Pernath y los habitantes del gueto judío de Praga están animados por deseos y pasiones que, una vez muertas, les conducen a su destrucción.

En El Golem existe una confusión de identidades y un olvido del pasado histórico y personal que confieren a la novela ese tono etéreo y espectral. El gólem no es la criatura de la tradición judía, sino un símbolo que vuelve recurrentemente a hacer su aparición en la vida de la comunidad. El sueño dentro de otro sueño, algo que gustaba mucho a Borges, gran admirador de esta obra, dota a esta obra de un carácter onírico, donde lo irracional acaba siendo la norma. Algo que comparten otras obras como Marte en Aries de Lernet-Holenia, con ese escenario de guerra espectral, El maestro del Juicio Final de Perutz, donde se confunden realidad y ficción o El hombre que fue Jueves de Chesterton, donde ya no se sabe quién es el enemigo, y que anticipa un movimiento artístico de gran importancia que ha llegado hasta nuestros días como el Expresionismo alemán. Pintura, literatura, cine, música, arquitectura... contamina todas las artes.

En castellano no nos podemos quejar de traducciones y ediciones de El Golem. La mejor de todas, de largo, es la de Valdemar, que también tiene en su catálogo otras obras del autor. Algo que para los que no hablamos alemán, es de agradecer. A mí, después de releer El Golem, me han entrado ganas de leer más cosas de este autor, del que apenas conozco uno o dos relatos.

Meyrink, G. (2011). El Golem. Valdemar.
Lernet-Holenia, A. (2010). Marte en Aries. Minúscula.
Perutz, Leo (2017). El maestro del Juicio Final. Libros el Asteroide.
Capek, K. (2010). La krakatita. El Olivo Azul.
Capek, K. (2019).  La guerra de las salamandras. Libros el Zorro Rojo.
Grabinski, S. (2017). El demonio del movimiento y otros relatos de la zona oscura. Valdemar.
Strobl, H. K. (2016). Lemuria: Cuentos extraños y malditos. Valdemar.
Ewers, H. H. (2014). La araña y otros cuentos macabros y siniestros. Valdemar.



'Amenaza en la sombra' (1972): pesadilla en Venecia

Amenaza en la sombra, como fue conocida en España, es una película de terror británica estrenada en 1973 y dirigida por Nicolas Roeg. Un director hasta ese momento bastante desconocido y cuyos hitos en su carrera incluyen El hombre que cayó a la Tierra con David Bowie y La maldición de las brujas, la adaptación de la novela de Roald Dahl, que junto con esta Amenaza en la sombra, son sus películas más conocidas. La película cuenta con dos rostros conocidos de la época y muy populares, Julie Christie y Donald Sutherland, siendo especialmente la británica la que da empaque a la producción. Basada en un relato de Daphne du Maurier, el guion correría a cargo de Chris Bryant y Allan Scott, este último repetiría con Roeg en La maldición de las brujas. Siendo una coproducción italo-británica y estando ambientada en Venecia, Amenaza en la sombra tiene el dudoso honor de ser la primera banda sonora para una película del compositor italiano nacido en Burano Pino Donnagio. Para tirarlo a un pozo.

La película adapta muy bien el relato, destacando ese mundo de opresión y misterio donde lo sobrenatural se abre camino. John y Laura son un joven matrimonio que viven con sus dos hijos pequeños en Inglaterra. Un sábado por la tarde, su hija está jugando junto al río pero se acaba cayendo a él, ahogándose. John, restaurador de arte, que está en casa revisando unas diapositivas, descubre en una de ellas una figura parecida a la de su hija, con un chubasquero rojo, sentada en un banco de una iglesia y de la que empieza sangre. Es un acto de clarividencia, que tendrá su importancia en la trama, y que al principio parece conectado con su hija. El matrimonio Baxter, después de la muerte de su hija Christine, deciden dejar Inglaterra. Parten a Italia, más concretamente a Venecia, donde John tiene el encargo de restaurar una vieja iglesia. Es una manera de empezar de nuevo y de olvidar la tragedia, especialmente para Laura, que sigue medicada y con depresión. Allí conocerá a dos ancianas, una de ellas una médium ciega que puede hablar con los muertos. Esta médium le contará que ha visto a su hija, y le advierte que su marido está en peligro si se quedan en Venecia.

La película juega con el simbolismo del agua: su hija Christine se ahoga en un río, dejan Inglaterra en plena tormenta y se van a vivir a Venecia, la ciudad de los canales. La escena en la que John saca en brazos a su hija ahogada del agua será recurrente a lo largo de la película. Algo de ese simbolismo lo utilizaría más adelante Dario Argento en sus películas. También en este cruce de influencias la realización de Roeg está muy influenciada por el cine italiano. Los zooms que hacen unos primerísimos planos de los ojos de los personajes, o la escena en la que John casi se cae de un andamio en la iglesia que está restaurando, donde Roeg utiliza planos subjetivos que llegan a girar 360º.

Venecia se convertirá, poco a poco, en un escerario laberíntico y de pesadilla. Durante su estancia en la ciudad, la policía investiga varios asesinatos. Laura, tras su contacto con las dos ancianas, parece recuperar la alegría otra vez, aunque John parece contrariado, sobre todo cuando le cuenta la advertencia de que su vida corre peligro y de que deben abandonar Italia. A su vez, John parece estar desarrollando poderes de clarividencia, como los de la anciana ciega, pero para su desgracia, no sabe interpretarlos. Reciben una llamada en mitad de la noche del internado de su hijo Johnny, que ha sufrido un accidente. Acuerdan que Laura coja el primer avión disponible por la mañana. Sin embargo, John esa mañana ve a su mujer en una barca junto a las dos ancianas. ¿Tiene eso algo que ver con la visión que tuvo cuando murió su hija? ¿Es su hija la persona con chubasquero rojo que ve algunas veces por la ciudad?

Lo de gente mirando a la pared no lo inventó El proyecto de la bruja de Blair


Una de las cosas que más me han gustado de la película es lo bien escrita que está la relación entre John y Laura. Hay una escena, con ella en la bañera y él saliendo de la ducha, donde están desnudos, pero no hay nada sexual, sólo bromean, que me parece una de las mejores recreaciones de vida en pareja que he visto en cine. Luego lo estropea la escena de cama, con una música de Pino Donnaggio más propia de película porno de la RFA. También están muy bien los detalles que perfilan la relación de John y Laura con su otro hijo después de la muerte de Christine. Es Laura, la madre, la que le escribe cartas, la que viaja cuando sufre un accidente. John mantiene las distancias con su hijo. Pero también en cierta parte Laura, que cuando le ofrecen despedirse de su hijo, después de que se recupere de su accidente, declina la oferta diciendo que ya se han despedido antes, que no hace falta.  

Amenaza en la sombra es una buena adaptación de Daphne du Maurier, además de una película entretenida y quizás no tan conocida. También es buena muestra de la inteligencia de Donald Sutherland escogiendo papeles, que en los setenta participó en películas como Johnny cogió su fusilLa invasión de los ultracuerpos, CasanovaNovecento o esta Amenaza en la sombra. Igual que vuelvan los setenta no es tan mala idea.



'The Dreaming Sex': protociencia-ficción escrita por mujeres

Mike Ashley, editor y antologista de este The Dreaming Sex, Eraly Tales of Scientific Imagination by Women, es un poco como Troy McClure de Los Simpson: lo podéis recordar de otras antologías. Editor jefe de Classic Science Fiction de la British Library y editor de numerosos libros de la colección Tales of the Weird, fue el responsable de las antologías The Darker Sex, Tales of the Supernatural an Macabre by Victorian Women Writers y este The Dreaming Sex, Eraly Tales of Scientific Imagination by Women, publicados por Peter Owen Publishers.

Ya en el prólogo de este The Dreaming Sex, Ashley nos advierte de lo que nos podemos encontrar dentro, para no llevarnos sorpresas ni chascos. No son relatos de ciencia ficción al uso, más bien contienen algún elemento científico que hace avanzar la trama. Ashley habla en su introducción de scientific romance, entendiendo "romántico" como algo excitante, de aventuras. Es un término que amplía mucho más el campo de acción y que permite la inclusión de algunos relatos que según los cánones actuales del género no tendrían cabida en esta colección.

El libro recoge relatos más o menos conocidos, como The Blue Laboratory, de la irlandesa L. T. Meade y The Five Senses, de Edith Nesbit, que ya aparecían en la colección de protociencia-ficción Promethean Horrors de la British Library. Otro de los habituales en este tipo de antologías es The Mortal Inmortal, de Mary B. Shelley, sobre las aventuras y desventuras de un inmortal. También en esta línea está Good Lady Ducayne, de la popular Mary Elizabeth Braddon, que recoge un tema que aparece varias veces en esta antología, el de las transfusiones de sangre. Una especie de moderno vampirismo que, sin el componente erótico y sexual, se acerca más a la temática de científicos locos. Menos conocidos son los relatos The Hall Bedroom de Mary E. Wilkins Freeman, Lady Clanbevan's Baby de Clotilde Graves y The Ultimate Ingredient de Greye La Spina, y con tonos y temáticas diferentes. Mientras The Hall Bedroom es un relato sobre otras dimensiones y casas encantadas, Lady Clanbevan's Baby tira de humor con bebés con bigote y The Ultimate Ingredient es un relato puramente pulp sobre un científico loco y la invisibilidad. Ya en la categoría de relatos desconocidos se encuentran The Moonstone Mass es escrito por Harriet Prescott Spofford, que trata sobre expedición polar que no sale bien y A Wife Manufactured to Order, de Alice W. Fuller, que tiene el honor de ser el primer relato sobre androides sintéticos de la historia. Al menos en lengua inglesa. No se trata de robots o autómatas, sino de un androide hecho de cera. Una historia en clave de ciencia ficción que habla sobre los derechos de las mujeres y la necesidad de aceptar las diferencias en una relación de pareja. 

The Dreaming Sex no acaba de ser una antología tan redonda como su hermano gemelo, The Darker Sex, pero esto es debido a la intención del editor de incluir relatos que ofrezcan una panorámica más amplia del género. No falta casi ninguno de los relatos importantes, pero sí que sobran algunos bastante menores, que más allá de la curiosidad histórica, están de más. También cumple con la labor de rescatar del olvido a algunas autoras como G. M. Barrows, Muriel Pollexfen y Alice W. Fuller, además de recuperar a otras cuya obra estaba muy descuidada y que no ha sido hasta tiempos recientes que se han recuperado para el gran público con nuevas ediciones.

Ashley, M. (2009).  The Darker Sex, Tales of the Supernatural an Macabre by Victorian Women Writers. Peter Owen.
Ashley, M. (2010). The Dreaming Sex, Eraly Tales of Scientific Imagination by Women. Peter Owen.
Ashley, M. (2008). Unforgottable Ghost Stories by Women Writers. Dover Publications.
Ashley, M. (2020). Queens of the Abyss: Lost Stories from the Women of the Weird. British Library.




'La centinela' (1977): el alquiler está fatal

La centinela es una película de terror estrenada en 1977 y dirigida por el británico Michael Winner. Conocido sobre todo por sus películas con los actores Oliver Reed y Charles Bronson, aquí se ocupa de dirigir y coescribir el guion de esta adaptación de la novela del mismo nombre junto a su autor, Jeffrey Konvitz. La centinela tiene uno de esos repartos llamativos. Protagonizada por Cristina Raines y Chris Sarandon, en la película desfilan rostros muy conocidos interpretando pequeños papeles como Ava Gardner, Burgess Meredith, John Carradine, Eli Wallach o los jovencísimos Christopher Walken y Jeff Goldblum. Incluso aparece por ahí un jovencísimo Tom Berenguer en uno de sus primeros papeles.

La centinela es la historia de Alison, una joven modelo con un pasado problemático que alquila un viejo apartamento para poner algo de espacio en su relación con su novio Michael. Esta relación, lo iremos descubriendo a lo largo de la película, se inició cuando Michael todavía estaba casado. No pueden vivir abiertamente su relación hasta que la mujer de Michael, aparentemente, se suicida, recayendo las sospechas de un posible asesinato sobre Michael. La propia Alison tiene varios intentos de suicidio a su espalda, como cuando siendo adolescente descubrió a su padre con dos mujeres. Es también por eso, que Alison quiere su propio espacio, no quiere acabar con su madre, teniendo que convivir con alguien que desprecia porque no tiene medios económicos para permitirse otra cosa. Alison acaba alquilando un viejo apartamento, propiedad de la Iglesia, con unos extraños vecinos: una pareja de lesbianas muy rara, un señor mayor con un periquito en el hombro y un gato... Y no sólo son unos vecinos raros, también suceden una serie de hechos inexplicables, y Alison comienza a tener sueños extraños, a desmayarse y a sentir una especie de presencia a su alrededor. Esto culminará cuando asesine a su padre, muerto tres semanas antes de cáncer. 

David Lynch, chúpate esa


La centinela está influenciada por el terror setentero de la época, el temor a las sectas satánicas y al demonio que tan bien se refleja en películas como El Exorcista o La profecía, que se inicia a finales de la época anterior con La semilla del diablo. Son los tres grandes títulos del género, y que tienen en común tratar la figura infantil como algo problemático y negativo. En la centinela no hay nada de eso, pero sí crucifijos, iglesias y demonios. Y escenas bastante rarunas y a veces incluso confusas, más propias del Polanski de la época. El flashback en el que Alison recuerda cómo descubrió de adolescente a su padre con otras dos mujeres en la cama, comiendo y follando, es bastante confusa. Al volver a casa por el funeral de su padre se ve a sí misma llegando de la escuela y acudiendo al cuarto de sus padres para descubrir a este en una orgía. O cuando llega de la compra y se pasa a conocer a las vecinas del primero, que mientras se está tomando el café que le ofrecen, una de ellas se empieza a masturbar delante de Alison. O el cumpleaños del gato. O el gato zampándose al canario.

Tus vecinos los raritos


El único vecino al que no llega a conocer Alison es al sacerdote del quinto, un señor ciego que siempre está sentado mirando por la ventana. Y que tiene mucha importancia en la trama. Michael, el novio de Alison, descubrirá lo que oculta la Iglesia cuando Alison empiece a ver todos lo libros de la biblioteca en latín con las mismas palabras escritas una y otra vez. No nos podemos olvidar de que es la Iglesia la propietaria de ese bloque de edificios. ¿Qué hace el padre Halliran, ciego como está, mirando todo el día por la ventana? ¿Quién es realmente? ¿Qué le pasa a Alison? ¿Qué oculta la Iglesia? Para hallar las respuestas, hay que ver la película. Lucio Fulci y su guionista Dardano Sacchetti lo hicieron y saquearon algunas de sus ideas. Y Joss Whedon.




'The Villa and The Vortex' de Elinor Mordaunt: premoniciones y fuentes de agua

Elinor Mordaunt (1872-1942) fue una escritora británica de novelas, relatos, libros de viajes e infantiles y, por su puesto, del fantástico. En The Villa and The Vortex se recogen nueve relatos de esta temática publicados entre 1916 y 1924. El libro cuenta con una magnífica introducción de Melissa Edmunson, a la postre también editora del libro, y que ya se ha paseado por este blog como experta en Literatura Victoriana con sus antologías sobre señoras victorianas Avenging Angels: Ghost Stories by Victorian Women WritersWomen's Weird: Strange Stories by Women, 1890-1940Women´s Weird 2: More Strange Stories by Women, 1891-1937 A Vanished Hand and Others, una recopilación de relatos sobrenaturales de la irlandesa Clotilde Graves. Y Edmunson no para: este mes se publican The Outcast and The Rite: Stories of Landscape and Fear, 1925-1939, que recupera el trabajo de la australiana Helen de Guerry Simpson, y The Uninhabited House, de la irlandesa Charlotte Riddell. Y en verano llegará su libro sobre D. K. Brooster, From the Abyss: Weird Fiction, 1907-1940.

Elinor Murdaunt tuvo una vida bastante aventurera, llegando a vivir en Sudamérica, Australia, África y Asia. También le tocó vivir muy pronto una serie de tragedias, como la pérdida de su prometido, su posterior matrimonio que acabó en divorcio, sus abortos, ser madre soltera...  Unas vivencias que plasmaría en su obra. Comenzó a escribir en Mauricio, cuando se casó con su primer marido, un plantador de azúcar. Y fue precisamente a su carrera literaria que pudo conseguir una independencia económica, como otras muchas mujeres que encontraron en la literatura su medio de subsistencia. Pese a no dedicarse en exclusiva al género fantástico, en casi todos sus libros de relatos se cuela alguno de temática sobrenatural. Este The Villa and The Vortex recupera algunos de ellos, que colocan a Mordaunt en un lugar destacado dentro del género. En su época comparada con Algernon Blackwood y H. G. Wells, una vez leídos los relatos, no resulta difícil averiguar el porqué de esas comparaciones.

El libro se abre con el relato The Weakening Point, una historia sobre un sueño premonitorio que como una especie de profecía autocumplida fatal persigue al protagonista desde su nacimiento. Como casi todos los relatos del libro, tiene una larga extensión. Mordaunt, que no creía en la vida más allá de la muerte, sí experimentó algunas experiencias sobrenaturales, entre ellas varias premoniciones cuando era niña. The Weakening Point, que alude a un término de ingeniería, está basado en esas experiencias. Cada cumpleaños, el protagonista tiene un sueño que no recuerda y que lo deja en un estado de nerviosismo e indisposición totales. En su sueño, algo se acerca. Como una casa a la que cada vez le van quedando menos habitaciones. Con ese punto de inevitavilidad de algo que te persigue, como en la película It Follows, es uno de los relatos más perturbadores de la colección. The Country-side podría ser catalogado de folk horror. Margaret Wister, la perfecta esposa de un reverendo, acaba concertida en bruja. Un matrimonio fracasado, infidelidades, falsa moral, incluso la figura del devorador de pecados tiene un cameo en este relato. También ofrece un buen contraste entre la vida en la ciudad y la vida en el campo. The Vortex bien podría haber inspirado El fin del mundo en 35mm de John Carpenter. Un obseso escritor acaba escribiendo una obra de teatro que acaba poseyendo a los actores y actrices que la protagonizan y que ejerce una fascinación repulsiva en el espectador que la contempla. The Fountain vuelve otra vez a la temática pagana, en este caso emparentada con la mitología griega, las transfiguraciones y el agua. Una joven esposa, recluida en una casa de campo mientras su marido le es infiel, se acaba transformando en una figura de agua que le atormenta hasta la muerte. Mordaunt es capaz de hablar de las expectativas defraudadas de una joven respecto a su matrimonio de una manera única y muy entretenida.

The Villa and The Vortex es uno de esos libros que no se olvidan y cuyos relatos se recuerdan pasados los años. Además de la magnífica introducción de Melissa Edmundson que ya he mencionado al principio, recupera la obra de una autora injustamente olvidada y que merece un pequeño hueco en nuestras estanterías. En la cuenta de Twitter de Melissa Edmindson también se pueden sacar recomendaciones chulas de libros, aunque en esto no soy muy objetivo: si veo una anuncio suyo de Vendo Opel Corsa, yo se lo compro.

Edmundson, M. (2018). Avenging Angels: Ghost Stories by Victorian Women Writers. Victorian Secrets.
Edmundson, M. (2019). Women's Weird: Strange Stories by Women, 1890-1940. Handheld Press.
Edmundson, M. (2020). Women´s Weird 2: More Strange Stories by Women, 1891-1937. Handheld Press.
Mordaunt, E., & Edmundson, M. (2021). The Villa and The Vortex: Supernatural Stories, 1916-1924, Handheld Press.
Graves, C. & Edmundson, M. (2021). A Vanished Hand and Others. Swan River Press.
Broster, D. K., & Edmundson, M. (2022). From the Abyss: Weird Fiction, 1907-1940, Handheld Press.
de Guerry Simpson, H., & Edmundson, M. (2022). The Outcast and The Rite: Stories of Landscape and Fear, 1925-1939. Handheld Press.
Riddell, C., & Edmundson, M. (2022). The Uninhabited House. Pinnacle Press.




'La quema de Cíbola' (The Expanse 4) de James S. A. Corey: el mito de la frontera

La quema de Cíbola es la cuarta de las nueve novelas escritas por Ty Franck y Daniel Abraham que componen la saga The Expanse. Si entre el primer y el segundo libro había una cierta continuidad y hasta el tercer libro podemos hablar de evolución y desarrollo de varios personajes, eso se acaba aquí. Funciona con los elementos que ya se nos han presentado en los anteriores libros.


Lo que ya se podía apreciar en la tercera novela, La puerta de Abadón, se ve acentuado aquí: La quema de Cíbola es una novela de aventuras espaciales. Algo que sobre todo en la serie de televisión se reviste de una pátina de dramatismo e intensidad que no existe en los libros. De hecho, este La quema de Cíbola es lo más parecido a la serie de Joss Whedon Firefly. Y lo es precisamente por ese escenario de frontera tan de western que tenía Firefly y que es por donde se mueven todos los personajes en La quema de Cíbola.

Una vez que las puertas se han abierto y la humanidad a accedido a un millar de sistemas habitables, comienza la colonización de esos nuevos mundos. Una colonización desordenada y que enfrenta a los grandes poderes existentes.
La tripulación de la Rocinante con su capitán James Holden al mando son enviados como mediadores para resolver uno de los conflictos desatados en uno de estos nuevos planetas. Un grupo de refugiados de guerra atraviesa uno de los anillos y coloniza uno de estos nuevos mundos alienígenas que ahora están al alcance de la humanidad. Pero más tarde, debido al potencial de recursos que presenta este planeta, una mega corporación industrial reclama su posesión y envía a un destacamento de seguridad junto a un grupo de científicos para estudiar el planeta. El conflicto está servido: un nuevo mundo rico en recursos y en tecnología alienígena que nadie comprende pero todos quieren poseer, y un grupo de refugiados que encuentra un nuevo hogar pero que se ven amenazados por la codicia de una empresa. 

La temática sobre nuevos mundos y su colonización es todo un subgénero dentro de la ciencia ficción. Desde clásicos como Solaris de Stanislaw Lem hasta la Trilogía marciana de Kim Stanley Robinson. La quema de Cíbola se centra más en el tema de la frontera. Si antes he hablado de una serie de televisión como Firefly, que por su estética y algunas de sus ambientaciones recuerda a la conquista del Oeste, La quema de Cíbola también bebe de otra serie de televisión, en este caso de Deadwood. En Deadwood, un western en toda regla, prima el realismo, mostrando la nueva frontera como un lugar cruel, sin ley y donde en ausencia de ésta sólo se ejerce la ley del más fuerte; una selva en la que es difícil sobrevivir. La quema de Cíbola es la mezcla de estas dos ideas, por un lado las aventuras espaciales de Firefly y por el otro el realismo de Deadwood. Todo salpicado por un humor, especialmente el James Holden, que le da unos toques de comedia muy convenientes. A mí su gag recurrente sobre el café me tiene ganado. Aunque de momento creo que voy a parar aquí por una temporada. Las siguientes dos novelas sirvieron de base para las dos últimas temporadas de la serie de televisión, que tengo muy reciente, y me da bastante pereza ponerme con ellas ahora. Alguna señora victoriana me espera en la pila de lecturas.

Corey, J. S. A. (2019). La quema de Cíbola. Ediciones B.