John Erick Dowdle (Quarantine, As Above, So Below...) es el encargado de dirigir esta película basada en una historia de Shyamalan. Es la primera de lo que iba a ser una trilogía conocida como Night Chronicles, que iba a abordar temática sobrenatural, pero después de casi siete años, no ha habido noticias de las otras dos. En España, siguiendo la larga tradición de reventar el argumento de una película con la traducción libre del título, decidieron titularla La trampa del mal

A pesar de estar basada en Los diez negritos de Agatha Christie, se nota, y mucho, la mano de Shyamalan. Hay cinco personas que se quedan encerradas en el ascensor de un edificio de oficinas. Una a una, irán siendo asesinadas cada vez que se apaga la luz. El detective Bowden, que todavía arrastra el drama de la pérdida de su mujer e hijo en un accidente de coche (ay, Shyamalan...), será el encargado de averiguar qué es lo que pasa en ese ascensor.

Que es una historia made in Shyamalan se nota en esas pequeñas pistas que va plantando a lo largo de la historia y que al final encajan, o también se nota en la manía de dar demasiadas explicaciones, todo bien machacado para no dejar nada a la libre interpretación. Además de la moraleja final, marca de la casa. La reflexión, algo puritana, viene a ser que si el diablo existe y nos pone a prueba, también existe dios. Mal de muchos...

La película es una serie B con un reparto correcto y con un buen director, además de contar también con un guión que pese a sus trampas (algunas) funciona muy bien, manteniendo la tensión hasta el final. Si por un lado contar con Shyamalan como creador y productor ha permitido desarrollar esta historia con algo más de medios y un reparto a la altura, el sello Shyamalan también ha supuesto un lastre debido a la animadversión que genera en ciertos sectores. Devil es una película que cumple de sobra con el propósito de entretener.