'Haunted Houses: Two Novels' de Charlotte Riddell: el fantasma de Iberdrola
Charlotte Riddell (1832-1906) fue una escritora británica nacida en Irlanda. Nacida en una familia venida a menos, tras la muerte de su padre encontró en la escritura profesional una forma de ganarse el sustento para ella y su familia. En 1855, después de la muerte de su padre, se mudó a Londres con su madre; tras la muerte de ésta un año después se casó con un personaje algo turbio al que tuvo que mantener.
La literatura y el periodismo fueron casi la única salida profesional para las mujeres de clase media en el Reino Unido del siglo XIX. Riddell, nacida en una rica familia angloirlandesa caída en la pobreza, escribió más de treinta novelas y un gran número de relatos. También participó del creciente mercado de las revistas, principio de lo que luego sería la cultura de masas del siglo XX. Así que entre novelas, relatos y artículos periodísticos encontró el sostén para mantenerse a flote en una época, no lo olvidemos, de profundos cambios y crisis económicas. Es precisamente este contexto en el que desarrolla Riddell uno de los rasgos característicos de su obra: el humor ligado a la economía. Cómo conseguir dinero y las maneras de perderlo. De hecho parte de su obra literaria, además de una aproximación dickensiana a los problemas sociales, también crea un nuevo género dedicado a las finanzas. Algo que puede sonar extraño a día de hoy pero que le reportó sus primeros éxitos.
Haunted Houses: Two Novels reúne, como el propio título indica, dos novelas de Riddell que comparten aparentemente temática: las casas encantadas. La primera es Fairy Water, cuyo protagonista es un modesto rentista y leguleyo que se dedica a comer fuera siempre que puede y a asistir a actos de la sociedad. Este diletante, que busca que sus rentas crezcan, medio engaña a su primo rico para que le alquile una casa con tierras, Crow Hall. Como el protagonista de Nut Bush Farm, nuestro diletante primero va a explorar el terreno y a hacer sus cábalas antes de comprometerse a la adquisición de Crow Hall. Como no podía ser menos, la casa tiene su propia historia familiar, con fantasmas y tesoros escondidos incluidos. Pero lo que desencadena la acción es un protagonista que quiere aumentar sus rentas vía compra o alquiler de tierras. La segunda novela se titula An Unhabited House, donde Riddell narra las penurias económicas de Miss Blake, una señora irlandesa venida a menos, que no consigue sacarle partido a la propiedad de River Hall. Será uno de los empleados de su contable, enamorado de sus sobrina y sin medios para casarse con ella, el que vaya a la casa para tratar de solventar el misterio. La narración es toda una oda a la cultura materialista que se estaba desarrollando e incluye algunas advertencias en contra de la codicia y la avaricia. También es buen ejemplo de la movilidad social y de las crisis sistémicas de la época que luego desembocarían en un siglo lleno de horrores.
Publicado en 2019 por la British Library en su colección Tales of the Weird, Haunted Houses: Two Novels ha sido un libro hasta cierto punto incomprendido. Como siempre las expectativas pueden jugar una mala pasada. Tanto la colección donde está publicado como el título del libro parecen apuntar en una dirección, el género de terror, que aparece muy tangencialmente en estas novelas. Hasta cierto punto es una reformulación de los códigos de ese género incluyendo las preocupaciones contemporáneas de las clases medias y populares de la época. Son un buen reflejo de una sociedad cambiante y de las ansias y frustraciones aspiracionales de sus individuos. Si ya estás preocupado por deberle dinero al banco, te tienes que preocupar también por el puto fantasma que no te deja llegar a final de mes. Imagino que un terror moderno es el del fantasma que te enciende las luces por el día para que pagues más a Iberdrola.
24 de noviembre de 2022, 9:38
¡Ningún mes sin señoras victorianas! XD
Otra cosa a favor de ellas: que además de enfocar el relato de fantasmas desde una perspectiva distinta a la de los autores tradicionales, también reflejan el cambio de mentalidad y el materialismo que empezaba a hacerse presente.. Bueno, lo cierto es que si en un relato sobrenatural sale un rentista o un propietario de inmuebles, creo que todo lo que le pase a partir de ahí está plenamente justificado, y hasta es poco...
Y lo que más envidia me da es que la colección de Tales of the Weird sigue creciendo y siendo de esas publicaciones que en España nos costarían un riñón.
24 de noviembre de 2022, 15:01
"Ningún mes sin señoras victorianas" me vale como frase para una camiseta; o para gritar en una mani xD.
Es un poco lo que venía a decir Érica Couto en su ensayo sobre casas encantadas y cómo estas reflejan los miedos de la época, que pueden parecer y a veces son individuales pero que están también relacionados con lo colectivo y con lo que sucede en ese momento. Riddell es un buen ejemplo de esto.
A mí los Tales of the weird ya no me caben en la estantería xD. La verdad es que aquí juegan con ventaja, que te vas a los archivos de la British Library, das una patada a una estantería y puedes editar veinte antologías. Han sacado un "Celtic Weird: Tales of Wicked Folklore and Dark Mythology" que me está tentando mucho. Están los preppers que acumulan recursos para el fin del mundo y estoy yo con mis señoras victorianas. A ver quién sobrevive en un apocalipsis, si ellos o yo xD.