¿Qué es el J-Horror?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es el J-Horror? ¿Y tú me lo preguntas?
J-Horror... eres tú


El J-Horror o nuevo cine de terror japonés ha evidenciado ser una etiqueta en la que cabe de todo. Incluso se ha aplicado el término a películas de otras nacionalidades. Shutter (2004) es una película tailandesa, pero también aparece en muchas listas de J-Horror. Sólo la pujante industria cinematográfica coreana parece reclamar para sí su propio cajón de sastre.

Habría que delimitar el término para no llevarse a equívocos y separar el grano de la paja. Ha existido cine de temática fantástica y de terror en Japón desde 1945. Uno de los subgéneros más cultivados en esas primeras décadas después de la II Guerra Mundial fue el kaiju, películas con un monstruo como amenaza principal. La más famosa y que ha traspasado fronteras es Godzilla (1954) y sus incontables iteraciones. El otro subgénero popular en esas décadas es el kaidan, películas de fantasmas tradicionales ambientadas en el pasado. De las famosas tenemos Onibaba (1964) y El más allá (1965). Luego existen cosas raras como Housu (1977) o mezclas de distintos géneros como Naked Blood (1995), pero que si bien tienen elementos de terror, no son J-Horror. Así pues, ¿qué es el J-Horror?

Lo primero que tenemos que saber sobre el J-Horror es que es una etiqueta occidental que se usa para referirse a las películas de terror japonesas y que comienza a usarse tras el éxito internacional de Ringu (1998). Alguna de las características de esta nueva corriente cinematográfica es que están ambientados en la actualidad, generalmente mostrando algún tipo de conflicto o drama, en el que suelen aparecer retratadas familias desestructuradas y/o temas como la soledad, el aislamiento y la incomunicación (hola Kairo). Por tanto, un kaidan ambientado en el periodo Edo no es J-Horror. La otra característica, cuasi definitoria del género, es el aspecto sobrenatural, sustentado en la cultura tradicional y folclore nipones. Audition (1999), la película de Miike que adapta la novela del Murakami bueno, no es J-Horror


Con estas breves pinceladas sobre lo que considero J-Horror y sin afán ninguno por pontificar, paso a hablar de algunas películas que me han gustado y que considero que merecen la pena.


Hikiko's Tragedy (2013), como es conocida en su edición en inglés, es una película dirigida por Hisatake Kikkawa. Amumo 98 es la productora detrás de la película. Especializada en la producción de películas de muy bajo presupuesto, casi cine de guerrillas, en esta película hay valores de producción que sin ser una locura, se elevan un poco sobre la media. No hay que olvidar que Omumo 98 es café para los más cafeteros.

Hikiko's Tragedy está rodada como un falso documental y sigue los pasos de un equipo de investigaciones paranormales. Hay un doble girito metanarrativo: el metraje que vemos no es sólo el de este falso programa, si no el de otro cámara, el becario, que graba al equipo para las tomas extras de una supuesta edición en DVD. Es así como descubrimos la fabricación del mito de Hikiko, el espíritu que se venga de los que han abusado de ella en el instituto despellejándolos vivos. No tienen escrúpulo ninguno, ante la falta de evidencias, en inventarse la historia de Hikiko. Es muy interesante el ejercicio sobre cómo la película conecta redes sociales, la retransmisión en streaming del programa, con la creación de una nueva leyenda urbana. Cuando empiezan a aparecer cadáveres de hombres despellejados, el director del programa intenta desvincularse de lo que han creado, pero ya es tarde. La película se vuelve un poco loca al final, con mucho personaje corriendo como pollo sin cabeza, pero no desmerece el viaje. Lo que podía ser una película llena de clichés, que los hay, con la idol presentadora haciendo cosas de idol presentadora, se convierte en una propuesta muy interesante y algo distinta a lo que estamos habituados.


Ura Horror (2008) es una película antológica dirigida por Yohei Fukuda y Koji Shiraishi, ambos directores de guerrilla. El más conocido es Shiraishi, que demuestra una vez más que lo del metraje encontrado es lo que mejor se le da, repitiendo lugares comunes de su cinematografía como esa especie de hilos negros que salen por la boca de uno de los personajes y que representan un espíritu maligno. Ura Horror está en la línea de las más que recomendables Noroi (2005), Occult (2009), A Record of Sweet Murder (2014) y su larguísima saga Senritsu Kaiki File Kowasugi! (2012-2023).

Ura Horror es una peli de segmentos que siguen una misma estructura narrativa: un señor o señora con la cara pixelada y la voz distorsionada presentan una cinta de un programa de televisión que no llegó a ser emitido o que se perdió porque tuvo lugar un suceso sobrenatural. Está la idol que presenta un programa de lo oculto que se va a buscar un santuario maldito al bosque, el doblador de cucharas en una escuela al que el truco le sale demasiado bien, el señor que imprime pensamientos en fotografías instantáneas, la médium que realiza un exorcismo a una niña... Todo segmentos breves, a veces incluso muy breves, con sus zooms a la nada, las repeticiones de escenas a cámara lenta y los cartelitos avisándonos de que lo que vamos a ver a continuación podría dañar nuestra salud física y mental. Koji jefazo.


The Vanished (2006) es una película dirigida por Makoto Tanaka. Con aires de thriller, poco a poco se va adentrando en lo sobrenatural. El prota es un reportero de una revista sensacionalista que investiga la aparición del cadáver de un niño ahogado. Mientras está en la sala de autopsias recabando información del médico, el niño se despierta y desaparece. La pista sobre este niño le lleva a una aldea casi abandonada del Japón profundo y a desentrañar el suceso que la traumatizó muchos años atrás, cuando treinta niños desaparecieron en el bosque sin dejar rastro. O al menos eso parece, porque algunos de esos niños vuelven a casa y piden a sus padres que les dejen entrar en casa. ¿Qué son y qué quieren? ¿Por qué no envejecen? El tema de los niños cambiados por las hadas nos suena en Occidente, pero en The Vanished le dan su toquecito nipón. Más allá del tema, la trama se toma su tiempo para avanzar y crear una atmósfera, que con la fotografía de tonos otoñales, impregna la película de un aire nostálgico y melancólico: la historia de la tragedia que golpea a un pequeño pueblo y a sus habitantes. De las tres películas de las que he hablado, esta es la que exige un poquito más del espectador, pero si entras en la propuesta el viaje merece la pena.


El J-Horror es un mundo donde abunda la purria y donde es difícil encontrar películas que merezcan la pena más allá de los títulos archiconocidos. Hay vida después de Ringu (1998), Dark Water (2002) y Ju-on: The Curse (2000). Sirva esta entrada para desbrozar un poco ese bosque.