Se nos fue de las manos es el título en español de la película francesa Babysitting. Ya desde el título original, la intención de los productores de esta cinta es el mercado internacional, en la que quizás es la menos francesa de las comedias francesas del último lustro. De hecho, tal fue el éxito de Se nos fue de las manos en 2014 que no tardó en llegar la segunda parte al año siguiente.

Franck, dibujante de cómic frustrado, trabaja como recepcionista de una gran editorial. Su dueño, Marc Schaudel, un rico egocéntrico, le obliga a hacerse cargo de su hijo pequeño, Rémi. Franck, que ese día celebra su treinta cumpleaños, verá truncado el sueño de reunirse con su mujer ideal, Sonia. Al final, serán sus dos amigos los que organicen una fiesta salvaje en la casa de su jefe. A partir de ahí, se producen situaciones descontroladas con un final feliz: Franck consigue sus sueños, publicar un cómic y salir con Sonia.

Se nos fue de las manos es una comedia blanca, sin la mala leche de otras producciones francesas como Le Placard. No es difícil rastrear las influencias de esta película en el cine norteamericano. El espejo donde se mira son las comedias tipo Resacón el Las Vegas.

El estilo de buena parte de la narración, rodada como falso documental, en teoría debería servir para dar verismo a la historia, pero tiene el efecto contrario. Tampoco llega a sacarte de la película, pero las excusas que se dan y los movimientos de cámara son muy pobres.

No es y nunca ha pretendido ser El apartamento, sólo una comedia más dentro de la tradición de Solo en casa, Poli de guardería, Colega, ¿dónde está mi coche? o Resacón en Las Vegas. En ese sentido, no defrauda, ofrece lo que ofrece sin engañar y, hay que reconocerlo, dentro de ese registro, funciona muy bien como comedia.