Si por algo son conocidos Margaret Weis y Tracy Hickman es por ser los creadores de la saga literaria de fantasía épica Dragonlance, inspirada en el juego de rol Dungeons & Dragons. Para bien o para mal, otros muchos han intentado imitar su estilo. La mayoría sin mucho acierto, todo hay que decirlo. La saga Dragonlance también ha engullido a sus propios autores, eclipsando otras obras que para el lector de fantasía épica son muy recomendables, como El Ciclo de la Puerta de la Muerte.

Compuesto por un total de siete novelas, esta heptalogía fue publicada entre 1990 y 1994. En España ahora está descatalogada, pero la editorial que la publicó, Timun Mas, vendía estos libros en librerías y supermercados, donde no era difícil encontrar estos libros mezclados con otros de la Dragonlance, también publicados por la misma editorial en nuestro país.

La historia está ambientada en un futuro donde la Tierra fue dividida en cuatro mundos por una raza de semidioses, los sartán. Estos llevaron a cabo la destrucción del planeta debido al ascenso imparable de otra raza de semidioses, los patryn, enemigos de los sartán. Los sartán encerraron a los patryn en el Laberinto y se dedicaron a gobernar los otros mundos trasladando a ellos razas consideradas menores: elfos, humanos y enanos. La saga comienza cuando los patryn salen del Laberinto y envían a uno de los suyos a investigar los cuatro mundos y a descubrir qué ha pasado con sus enemigos ancestrales.
La idea de dualidad está muy presente en la novela. Todas las cosas tienen su contrario, que las complementa. No aparecen dioses, pero sí la idea de una armonía natural que se corrige a sí misma.

El Ciclo de la Puerta de la Muerte es una obra ambiciosa, muy bien construida. Así como otras sagas mueren de éxito y empiezan a meter relleno para estirar el chicle, esta heptalogía parece haber sido pensada desde el principio con mucho detalle. Las pequeñas pistas que se nos dan en los primeros libros construyen un mosaico mayor pensado de antemano. Unidad y coherencia. Todas las tramas encuentran un cierre al final, no se dejan cabos sueltos. Sin ser un gran aficionado al género, merece la pena darle una oportunidad a esta saga.