Uno de los principales problemas de Casino, la película de Martin Scorsese, es la contínua comparación de ésta con Uno de los nuestros, rodada por el mismo Scorsese cinco años antes. No sólo la temática, un retrato del mundo de la mafia, es la misma, aunque cambie el escenario, es que los actores protagonistas, Robert De Niro y Joe Pesci, son los mismos, sólo falta Ray Liotta, que en esta película es 'sustituido' por Sharon Stone. Hasta Nicholas Pileggi, autor del libro en el que está basada Casino, participó en el guión de Uno de los nuestros.

Basado en el libro de Pileggi, Casino narra la vida de Sam 'Ace' Rothstein y el auge y caída de un tipo de mafia en Las Vegas. Rothstein es un jugador y apostador profesional que por sus espectaculares habilidades para ganar dinero es enviado por la mafia a Las Vegas para dirigir un casino. Su pareja de baile, el encargado de protegerle, es Nicky Santoro, personaje interpretado por Joe Pesci, un violento matón.

La película se caracteriza por una voz narrativa en off, ofreciendo distintas perspectivas de cada personaje, llegando a ofrecer también diferentes puntos de vista de una escena. Las escenas funcionan como pequeños esquemas sin desarrollar, es la voz en off la que se encarga de explicar qué es lo que vemos. La estétitca visual es muy acertada, con un vestuario y una fotografía muy cuidados, además de una banda sonora acorde con lo que estamos viendo.
El inicio es brutal. Suena el último coro de La pasión según San Mateo, de Bach, Rothstein se introduce en su coche y... ¡explota una bomba! No sabemos qué ha pasado, pero una voz en off se retrotrae en el tiempo para explicarnos cómo se ha llegado a esa escena. Como única pega, decir que se nota muchísimo el cambiazo que hacen. Sustituyen a De Niro por un maniquí.

A pesar de esa eterna comparación con Uno de los nuestros, Casino funciona de manera independiente, tiene significado por sí misma. Puede que una obra menor dentro de la filmografía de Scorsese, pero es que el nivel está muy alto.