Lost es el paradigma de una nueva manera de consumir productos culturales y también la consecuencia de un fenómeno: la globalización. Dicho fenómeno no es algo que sólo atañe a la economía, un gran mercado global, también atañe a otros aspectos de la vida: sociales, culturales, políticos... La cadena ABC estrenaba en 2004 Lost, una serie creada por J. J. Abrams y Damon Lindelof. Con una trama serializada llena de misterios y una novedosa (por poco vista) manera de narrar, fue capaz de crear todo un fenómeno fan a su alrededor. También supuso una nueva manera de relacionarse con dicho fenómeno, ya que guionistas y fans estaban en permanente y estrecho contacto. La historia muchas veces seguía los derroteros que marcaban los fans con sus teorías sobre la trama.

La trama de esta primera temporada giraba en torno a un grupo de supervivientes cuyo avión se estrella en una isla. En aquel momento, 2004, sin la información que tenemos hoy día, la serie confundió a muchos. Con dicho resumen de la trama uno podía esperar una serie de aventuras y supervivencia, como los realities del momento que emitían por televisión. Sin embargo, Lost demostraba ser desde el primer capítulo algo muy distinto, una serie de misterio. Osos polares en la jungla, un monstruo que nunca vemos, una francesa medio loca que lleva más de quince años perdida en la isla... Larga es la lista de series que intentaron emular su éxito, y (casi) ninguna lo consiguió.
Los de Bilbao aparcan el barco donde quieren
La serie tenía un ritmo narrativo endiablado, con sus característicos flashbacks que nos mostraban la vida pasada de los personajes mezclados con las tramas y misterios de la isla. Eran esos misterios, muchos resueltos chapuceramente en las últimas temporadas, los que alimentaban ese fenómeno fan. En torno a la especulación sobre ellos se llegaban a elaborar un montón de teorías, algunas disparatadas y otras bastante coherentes. Unido al despegue de la blogosfera y de las descargas por internet, la serie se convirtió en un fenómeno global. Lo de ver las series al ritmo que se emitían en sus países de origen era algo novedoso. Sólo hay que recordar cómo trató Televisión Española a las serie. ¿Cómo te ibas a enganchar a ella si la ponían a las tantas de la noche en La 2? Por no hablar de su cancelación. Una conexión a internet ofrecía la posibilidad de descargar la serie, los subtítulos y el acceso a un montón de webs y blogs donde se hablaba sobre Lost.
La primera temporada fundaba la mitología de la serie, con todos esos misterios: Walt, los otros, los números, la escotilla, Black Rock, Danielle, la infección, el humo negro... Como en una fuga de ideas, los guionistas no dejaban de añadir nuevos elementos misteriosos. Claro que así lo pagaron después, cuando tuvieron que ofrecer respuestas. Al menos en esta primera temporada, la serie quemaba trama como si no hubiera mañana. Y dejaba uno de los finales marca de la casa, con la voladura de la ventana de la escotilla y el secuestro de Walt en alta mar.