Lights Out es una de esas joyitas, una serie que tras su cancelación en la primera temporada ha ido reuniendo una pequeña base de incondicionales. Sin llegar al fenómeno fan de Firefly, también cancelada tras su primera temporada, su caso se asemeja al de Rubicon. Una buena serie que no funcionó en su momento y que la cadena de turno decidió quitarse de encima con una cancelación.

La serie sigue o pretendía seguir los pasos de Friday Night Lights, una serie sobre deporte que era mucho más. Lights Out es una serie sobre boxeo, sí, pero también es un drama familiar. Al retrato nada halagüeño sobre el mundo del boxeo, en especial la parte del negocio, hay que añadir otro retrato, el de las relaciones personales del protagonista con su familia y su entorno.

Lights Out es la historia de Patrick 'Light' Leary, un exboxeador campeón del mundo arruinado. En los trece episodios de su única temporada Leary debe decidir si volver a boxear para sanear su economía (dejó el ring por su esposa, que no podía soportar las palizas que se llevaba) o aceptar trabajos de matón para un mafioso. El boxeo, desde siempre, ha sido usado muchas veces como metáfora y escenario en la cultura popular. Desde El ídolos de barro a Más dura será la caída pasando por Rocky y Toro salvaje, el mundo del boxeo es el de un ambiente decadente y oscuro, pero también lleno de valor y superación. El boxeo es(era) un deporte popular, el deporte de la clase trabajadora.
El campeón no se rinde
FX, la cadena de The Shield, Sons of Anarchy y Justified, decidió cancelar la serie dándole el 'knock out' definitvo al campeón Leary. A cambio nos dejó una temporada para no olvidar que funciona muy bien como miniserie. Un magnífico drama familiar con el boxeo como telón de fondo. No es original, cae en todos los clichés del género, pero el campeón es mucho campeón.