Si vuelve Twin Peaks y existe una secuela de Padres forzosos, ¿cómo no iban a hacer un remake de un remake como es The Magnificent Seven? Los siete samuráis de Akira Kurosawa, estrenada en 1954, es una genialidad difícil de replicar. No tardaría mucho Hollywood en hacer el intento. Su versión occidental, The Magnificent Seven, se estrenaba en 1960. Dirigida por John Sturges, aunque no estaba a la altura de la película de Kurosawa, no por ello significaba que fuese mala película. Todo lo contrario. The Magnificent Seven es un clásico del western y cuenta con un reparto de lujo, con Steve McQueen y Charles Bronson a la cabeza. Esta versión de 2016 quiere seguir el mismo patrón que la de 1960, con actores como Denzel Washintong, Chris Patt, Etan Hawke o Vincent D'Onofrio. Dirigida por Antoine Fuqua, que ya había trabajado con Washintong en Training Day y The Equalizer, es una digna sucesora del remake de Sturges.
No obstante, el llevar sobre sus espaldas el peso de Kurosawa y Sturges a veces se nota demasiado. La película de Fuqua no pasará a la historia como un clásico, eso seguro.

A pesar de los aciertos que muestra la película, hay ciertos fallos que la acaban lastrando. Hay dos fundamentales: la falta de carisma del villano y la ausencia de química entre los protagonistas. El villano podría ser una amenaza exterior, como en Kurosawa, que lo acaba retratando como si de un fenómeno atmosférico se tratara. O podría ser un villano malo malo, como el interpretado por el mítico Eli Wallach en la película de 1960. En la película de Fuqua el villano es un personaje plano que más que malvado parece gilipollas. Y soso. La química entre los personajes ni se acerca a Los siete samuráis. Hay personajes interesantes, como el de Ethan Hawke, pero otros bastante intrascendentes, como el de Manuel García Rulfo.

The Magnificent Seven es un remake correcto con algunas concesiones contenporáneas, como el gusto por las explosiones y las escenas de acción. Aún así funciona: estrellas de Hollywood en medio de explosiones, disparos, comedia y mucha acción. ¿Qué puede fallar?