La quinta temporada de Lost es la más loca de todas, con los viajes en el tiempo y las distintas líneas temporales narradas a la vez. También es una de las más flojas en cuanto a argumento y consistencia de la trama. En sus 17 episodios se acentúa el descontrol y la inconsistencia que venían de temporadas anteriores.

Hay varias tramas en esta temporada que marcan dos objetivos fundamentales: volver a la isla pero volver en el tiempo correcto. Sayid, Kate, Hugo, John, Jack y Sun logran salir de la isla. Para proteger al resto de compañeros que han dejado atrás, inventan una historia sobre el tiempo que han estado perdidos y su rescate. Pero los acontecimientos de la isla les reclaman y la única manera de volver es hacerlo juntos. Mover la isla ha tenido consecuencias, una de ellas es que la isla ha saltado en el tiempo atrapando a Sawyer, Juliet, Miles, Jin y Faraday en 1977. De los seis que lograron escapar de la isla cinco acaban en 1977, todos menos Sun. Jack tratará de devolver a todos al presente, trastocando la vida de sus compañeros en 1977 y creando lo que conocemos como "el incidente". Una de las reglas de oro de los viajes en el tiempo en Lost es que "lo que sucedió no se puede cambiar". Pero esto es Lost, y donde dije digo, digo Diego. Sí logran cambiar cambiar lo que sucedió, pero en una realidad alternativa. Así es como comienzan los flash sideways de la sexta y última temporada, el nuevo recurso narrativo de la serie que muestra la realidad alternativa creada.

En esta temporada ya hay un anticipo de lo que acabaría convertida la serie. El maniqueísmo y el reducir todo a una lucha entre el bien y el mal con toque de filosofía New Age vendrían a explicar casi todos los misterios de la isla. Seguir viendo Lost ya sólo tenía sentido para disfrutar de las tramas alocadas a las que nos tenían acostumbrados.