The Americans es la serie de FX que mezcla drama con espías de la Guerra Fría. The Americans destaca, entre otras muchas cosas, por su perfecta ambientación en los primeros ochenta. Está todo cuidado hasta el más mínimo detalle, desde el vestuario hasta la decoración de los escenarios. Por no hablar de las pelucas que se 'calzan' Philip y Elizabeth (sobre todo Philip) para realizar cada una de sus misiones.

La anterior temporada de The Americans terminó con Page, la hija de los Jennings, descubriendo que sus padres son espías soviéticos del KGB. Ésta se centra en las consecuencias de ese descubrimiento. No podemos olvidar que Page es una adolescente en la edad del pavo, por lo que puede llegar a ser un poco imprevisible, como cuando le cuenta este secreto de sus padres al pastor Tim, quien a su vez se lo cuenta su mujer.

Mientras parece que todo se desmorona, el matrimonio Jennings tiene que seguir con su trabajo, en el que nunca disfrutan de unas vacaciones. La pareja sigue la dinámica, a veces autodestructiva,  de conocerse más a fondo y de contaminarse de la cultura del país en el que viven. Philip yendo a esa especie de sesiones de autoayuda es un ejemplo claro de esto. Las diferencias dentro del matrimonio, que siempre han existido, siguen creciendo: no saben qué hacer con su hija, pero tampoco saben qué hacer con su trabajo.

Cuando todo parece que se complica con el descubrimiento de Martha como cómplice de Philip (genial ese «Mi secretaria se casó con un agente del KGB» del director de contraespionaje de la CIA), este opta por huir y empezar una nueva vida con su familia. Elizabeth, en esa tensión permanente entre el deber como madre y el deber patriótico, al final también parece acabar apostando por esta salida si las cosas se complican. Si son descubiertos no tienen muchas opciones, y todo parece estar encaminado a esa gran decisión: ¿huida o sacrificio? ¿Familia o país?