Black Books es una de esas pequeñas joyas que nos regala la televisión británica, que si bien no puede competir comercialmente con lo que se produce al otro lado del Atlántico (pocos pueden hacerlo), sí puede competir en calidad. El humor inglés que alumbró toda una tradición literaria que va desde Laurence Sterne hasta Tom Sharpe, pasando por P. G. Woodhouse y Terry Pratchett, también está presente en muchas series. SpacedLittle BritainThe IT Crowd, Father TedThe Office... la comedia británica siempre ha gozado de buena salud. Black Books, quizá, es una de las mejores.

Dylan Moran, comediante, actor y escritor, es el creador y uno de los protagonistas de esta serie. Moran interpreta el papel de Bernard Black, propietario de la pequeña librería Black Books. Black, alcohólico y de vida desordenada, contrata a un antiguo contable, Manny Bianco (un genial Bill Bailey), para que le ayude a llevar el negocio. Junto a Fran Katzenjammer, una dependienta que trabaja en la tienda de al lado, son los tres protagonistas de la serie. Los diálogos y las situaciones descacharrantes se suceden uno tras otro.





Customer: Look, there's no other way to say this, but I didn't come in here to be insulted.
Bernard: Well, I didn't ask for the job of insulting you. In another life, we could have been brothers. Running a small, quirky taverna in Sicily. Maybe we would have married the local twins instead of wasting each other's time here in this dump. But it was not to be. So hop it.


Como casi todas las series británicas, es muy corta. Los 18 capítulos distribuidos en tres temporadas saben a poco. Aunque viendo las últimas temporadas de Community o The Big Bang Theory, tal vez sea mejor una retirada a tiempo dejando el pabellón bien alto que arrastrarse durante años y dilapidar todo el crédito ganado anteriormente.

Black Books es una farsa llena de momentos delirantes cargados de surrealismo, con un Moran histriónico en el papel de librero avinagrado y con mala leche, al que le da la réplica Bill Bailey interpretando a un apocado e inocentón Manny. Probablemente, lo más parecido que se ha hecho en nuestro país es el momento antológico de Fernando Arrabal en La 2El caos más alocado y gamberro tiene nombre: Black Books.