En pleno revival de los noventa, volvía a nuestras pantallas una de las series más míticas de la cultura popular de aquella década. Había mucha expectación por ver la nueva temporada de Expediente X, Mulder y Scully regresaban aunque nunca se habían ido del todo. Sus nueve temporadas, en las que hubo de todo, más las dos películas, habían mantenido la llama encendida.

Esta nueva temporada de seis capítulos ha sido un regalo para los fans. Y recalco lo de fans. Quizá por ello alguien que no haya visto la serie y se acerque a ella por primera vez tal vez se haya sorprendido por encontrar otras cosas. La idea que ha calado sobre la serie, incluso cuando estaba en antena, es que iba sobre conspiraciones de alienígenas y monstruos, obviando que en las primeras temporadas, de conspiración no había mucho. Los capítulos conocidos como 'el monstruo de la semana', en los que jugaban con los referentes del género, o aquellos paródicos llenos de referencias a la propia serie, también formaban parte de Expediente X
Mulder y Scully vuelven al FBI para destapar otra conspiración, que no deja de ser una actualización de la conspiración de los noventa. El plan del Sindicato con los alienígenas fue desbaratado, al menos en parte. Su agenda la utiliza otro grupo encabezado por 'el fumador' para sus propios fines: acabar con la mayoría de la población humana y volver a empezar una nueva civilización, algo que sólo podrán hacer unos cuantos elegidos. Un virus ha sido inoculado a toda la población utilizando la vacuna contra la viruela. Este virus desactiva el sistema inmunitario, haciendo a las personas vulnerables a cualquier enfermedad. Sólo aquellos que también hayan sido inoculados con ADN alienígena están a salvo. 
Los monstruos de la semana y la comedia alocada, incluso el terrorismo islamista, han tenido su espacio en esta temporada, con un tema de fondo siempre presenta: las heridas de Mulder y Scully. Tuvieron que dar a su hijo en adopción para salvarlo, y eso ha hecho mella en ellos. En esta temporada esto se convierte en un factor clave por dos razones: la primera es el efecto que tiene que los propios personajes, incapaz de superar el trauma. La segunda es su relación, que se desvela alfinal, con la trama principal de la conspiración. En su ADN está la posibilidad de salvar a la humanidad. Es previsible, si la serie tiene continuidad, que se centren en la búsqueda de su hijo.
El fallo de la temporada, y bastante grande , ha sido intentar resumir todo lo que era la serie en apenas seis episodios. Anunciada como serie evento, tendría que haber aprovechado el formato con una historia más cerrada. Como ejemplo Children of Earth, la tercera temporada de Torchwood, el spin-off de Doctor Who. Expediente X, que contaba con temporadas de veintitantos capítulos, no se puede resumir en seis. La trama de la conspiración se queda un poco coja y hubiese necesitado de más desarrollo. Esto es muy evidente en el último capítulo, donde intentan comrpimir al máximo para que quepa todo. 
El cliffhanger final con el que acaba la temporada y las recientes declaraciones de Chris Carter dejan abierta la puerta a otra nueva temporada de Expediente X. David Duchovny y Gillian Anderson también están por la labor, y pese a la caída en audiencias respecto al primer episodio de la temporada, Fox también parece satisfecha con el resultado. Sólo queda por aclara cuándo. La verdad sigue estando ahí fuera.