Creada por Neil Cross y emitida por la BBC, Luther empezó siendo algo más que una mera serie policial. A pesar de las cortas temporadas a las que nos tienen habituados las series británicas, la apretada agenda de Idris Elba, protagonista absoluto de Luther, ha hecho que desde su estreno en 2010, los capítulos nos lleguen con cuetagotas. Hemos tenido que esperar casi dos años y medio, hasta diciembre de 2015, para ver el regreso de Luther a nuestras pantallas.

John Luther es un policía con unas excelentes habilidades deductivas, pero también es una persona con mucho carácter y con un pasado oscuro marcado por varios hechos macabros, lo que hace que siempre esté en la cuerda floja, de abismo en abismo. En esta cuarta temporada se nos presenta aun Luther que, literalmente, vive en una casa al lado de un precipicio, marcado por los traumas de su pasado reciente, heridas que siguen sin cicatrizar.

Son dos los acontecimientos que ponen a Luther otra vez en marcha: la muerte de su amiga Alice Cooper y el asesino en serie que anda suelto por Londres. Vuelve a la policía para resolver el asesinato de Alice y para parar al asesino en serie. En el camino de Luther se cuzan un capo mafioso al que secuestra equivocadamente y un viejo caso de su pasado sin aparente conexión con ninguna de las tramas actuales.
Los dos capítulos, en una serie ya de por sí de temporadas cortas, ha obligado a hacer muchas elipsis, precipitando algunas tramas, embarullando otras y dejando sin respuesta unas cuantas preguntas. Es el unico punto negativo, aunque no menor, de esta cuarta temporada, el intentar abarcar más de lo que dan de sí dos capítulos de una hora. A pesar de lo cual, esta temporada ha sido un regalo para los seguidores de la serie, que nos quedamos a la espera de que los astros se alieneen de nuevo. ¡Idris Elba, ponte el abrigo de Luther otra vez!