Bernard Cornwell es un escritor británico de novelas históricas. Algunas de sus sagas más conocidas y de más éxito son: Las aventuras del fusilero Sharpe, ambientadas a principios del siglo XIX en la conquista de la India y las Guerras Napoleónicas, Crónicas del señor de la guerra, una trilogía sobre la materia de Bretaña, con un desmitificado rey Arturo, Arqueros del rey, ambientada en la Guerra de los Cien Años, y una de mis favoritas, Sajones, vikingos y normandos, que narra las aventuras de un señor de la guerra en el siglo IX, en plena época de las invasiones vikingas a las Islas Británicas.

El protagonista de la saga es Uhtred, un lord sajón capturado por los daneses cuando es un niño y posteriormente adoptado por unos de ellos, Ragnar. Como sus captores, él es pagano, aunque en los reinos sajones la religión mayoritaria es el cristianismo. Esto se presenta como un problema para Uhtred, ya que aunque es sajón ha convivido mucho tiempo con los daneses, con los que además comparte religión. Los problemas que tiene Uhtred sobre su identidad, sus dudas sobre la comunidad cultural a la que pertenece serán uno de los temas centrales en las primeras novelas de la saga, siendo una constante las lealtades divididas.

A lo largo de la saga, y ya van quince volúmenes publicados, Cornwell relata las aventuras de Uhtred, que en cada libro va envejeciendo. Este es uno de los rasgos característicos de la obra de Corwell, que hace que sus personajes envejezcan como recurso narrativo para introducir distintos hechos históricos, construyendo unos personajes, protagonistas y secundarios, muy interesantes y de gran profundidad . Otro rasgo típico de Cornwell que podemos hallar en toda su obra es la crítica al fanatismo cristiano y a su jerarquía, siempre presentados como personajes mezquinos y veniales.

Aunque si por algo destaca Corwell es por alejarse de la épica, muy común en otras obras del género, que construyen personajes idealizados alejados del común de los mortales. El rigor histórico no impide que Uhtred sea un personaje que suelta tacos y sangra cuando le cortan. Con sus virtudes y defectos, no de ja de ser una persona normal. Si no fuera así, si Uhtred fuese el ideal de caballero, nos sería muy difícil empatizar con él. Hasta los supuestos antagonistas tienen más matices, evitando caer en un maniqueísmo que distingue entre buenos y malos. La obra de Cornwell, y esta saga no es una excepción, tiene matices, distintas tonalidades de gris.

The Last Kindom, la adaptación de la BBC, ha pecado de olvidarse de todos estos matices, resultando de ello unos personajes planos y aburridos y una historia sin interés. Al final se ha convertindo en un intento de subirse al carro de series como Vikings o Juego de Tronos, pero sin la enjundia y el empaque de estas, y es una lástima, porque tenían material para hacer otra cosa.

Sin ser el súmmun de la recreación histórica, las novelas se centran en un periodo poco conocido y oscuro de la historia de Gran Bretaña, el de la heptarquía anglosajona que daría lugar al reino de Inglaterra. Muchos de los personajes o hechos históricos de la época forman parte del mito y de la leyenda, siendo difícil discernir qué es cierto y qué no lo es. A pesar de lo cual, Cornwell sale airoso en el intento de recrear los orígenes de Inglaterra, un sueño que estuvo a punto de irse al traste.