Philip K. Dick es un género en sí mismo y Ubik no es la excepción:  en ella se recogen todas las obsesiones e ideas del escritor. Su basta producción literaria tiene altibajos, adoleciendo algunas de sus obras, sobre todo novelas, de finales algo atropellados. No es el caso de Ubik, probablemente la mejor novela novela de Dick, donde los aspectos formales, muy cuidados, lucen de manera brillante. Continente y contenido van de la mano.
 Joe Chip trabaja en la empresa de antipsíquicos de Glen Runciter, que se dedica a exterminar a los telépatas infiltrados en otras empresas. Engañados por un falso encargo, Chip, Runciter y un grupo de antipsíquicos acuden a la Luna para realizar un trabajo, pero son engañados y una bomba los extermina a todos. O no. Dick juega con los distintos planos de realidad, introduciendo el tema de la «semivida». Cuando mueres, existen empresas llamadas que se dedican a monitorizar y conservar un mínimo de la actividad cerebral de los muertos, manteniéndolos en un estado de semivida y permitiéndoles comunicarse con los vivos, pero... ¿qué personajes están muertos y cuáles vivos? ¿Cómo es el mundo de la semivida? ¿Están todos muertos?
La novela da para mucho, ya que el trasfondo, el mundo por el que se mueven los personajes, es una pesadilla, dominado por las grandes empresas y corroído por el individualismo y el mercantilismo. El humor de Dick ayuda a hacerlo más llevadero, como cuando agrega el detalle de las «puertas peaje». Si quieres entrar o salir de tu propia casa o de cualquier establecimiento, tienes que pagar a la puerta. Lo mismo sucede con utilizar el baño, la cocina... No sólo se trata de un libro de ciencia ficción, sino también de una sátira sobre la sociedad de su época.
¿Qué es Ubik? Dios habitando en un bote de spray, la realidad múltiple y cambiante, caleidoscópica, que ha servido de inspiración para muchas obras posteriores; baste recordar Matrix, Dark City, Abre los ojos, Desafío total... Ubik esconde una enorme profundidad y complejidad. tanto por los temas como por la forma en que son tratados, y siembra en el lector la sospecha.