Absentia es una película de terror de bajo presupuesto y reparto desconocido, motivo por el cual algunos la califican de independiente. como si esa etiqueta se refiriera sólo a la falta de medios. Tampoco se trata de una película que con pocos recursos haga algo admirable. No es el caso. Estamos ante una película cercana al telefilm, sin grandes efectos o algo a destacar en ella que cumple, en parte, con lo que promete: una película del terror sin pretensiones, para verla con el cerebro desconectado.
Daniel, el marido de Tricia, lleva desaparecido siete años. Cuando lo van a declarar oficialmente muerto, llega Collie, su hermana pequeña y con problemas de drogas, a vivir con ella. Así, a primera vista, parece más el argumento de una película de sobremesa de las que pone Antena 3 los fines de semana que de una película de terror. No quiere ser una gran película, seguramente tampoco pordría. Sólo aspira a (intentar) entretener. Depende de los gustos que tengas y del momento en que te pille lo consigue o no.

De reparto desconocido, muy limitados todos, lo más destacable de Absentia es su director, Mike Flanegan, que obtuvo cierto reconocimiento dentro del mundillo por una de sus últimas películas, Oculus.
Mezcla varios temas y géneros, como el típico sueño/vigilia, intentando confundir al espectador. También aparecen fantasmas, el drama (barato), la relación filial entre las hermanas, los secuestros y el monstruo, un deus ex machina que contribuye a un final bastante insípido y anticlimático. Toda esta mezcla de temas contribuye, más que a crear una atmósfera y un ritmo trepidante, a una mecla deslabazada que no acaba de funcionar.

Falta de ritmo durante buena parte del metraje, no deja de tener algún momento inquietante, sobre todo al principio (¡malditos fantasmas detrás de las puertas!). Si se salva, no es por otra cosa que por su falta de pretenciosidad. No da más de lo que ofrece.