Cuando se estrenó Happy Valley no pasó nada. Nadie esperaba, a priori, nada de ella. Quizás, como mucho, otra de esas series policiles con aires costumbristas que se estilan en el norte de Europa. No tenía una premisa high concept de las que se estilan ahora, y lo único que invitaba a echarle un vistazo era el sello de calidad de la BBC. Eso fue antes de su estreno. Después, como un pequeño secreto, la bola de nieve ha ido creciendo y esta segunda temporada confirma las buenas sensaciones de su primera temporada: Happy Valley es una de las mejores en antena.

En un principio la primera temporada era algo lo suficientemente cerrado como no esperar o necesitar otro desarrollo posterior de la trama. Cuando BBC la 'recuperó' para una segunda temporada, estaba la incógnita de hacia dónde decidiría tirar la serie y si sería interesante ese nuevo rumbo: ¿otro caso Catherine Cawood?

Happy Valley vuelve como se fue: si la primera temporada trataba sobre la asunción de responsabilidades de nuestros actos y sus posteriores consecuencias, esta segunda temporada indaga todavía más en este hecho. Hay un asesino en serie que anda suelto, aunque lo importante no es eso, sino que sirve de excusa argumental para contar otras cosas. La trama de los asesinatos se mezcla, magistralmente, con la trama Tommy Lee Royce de la temporada anterior. A través del personaje de Cawood se nos muestran retazos de la vida de otros personajes, sus problemas, sus ambiciones, sus pequeñas miserias y grandezas. Cawood no es una heroína, como ella misma se encarga de recordarnos en su diálogo con el terapeuta, es sólo una persona normal a la que le pasan cosas normales. Ella duda, se equivoca y acierta como nosotros, por eso nos podemos ver reflejados en ella.

El hecho de contar con temporadas cortas de seis capítulos ayuda a no estirar mucho el chicle. Recibir pequeñas dosis de Happy Valley se ha demostrado una fórmula eficaz para la BBC y para los fans de la serie. Si las segundas temporadas son una prueba de fuego para las series, Happy Valley ha pasado la prueba con nota.