A The Last Witch Hunter le di una oportunidad porque el director, Breck Eisner, tiene una película que me gusta mucho, The Crazies. Si no hubiera sido por eso, ni me lo hubiera planteado. Y eso que habría ganado, porque The Last Witch Hunter entra dentro de la categoría de película mala. Da igual que vayas con bajas expectativas. Es mala.

El protagonista es Kaulder, interpretado por Vin Diesel, un poderoso guerrero que logra acabar con la Reina Bruja, no sin que antes ésta le lance una maldición y lo convierta en inmortal. Así se acaba convirtiendo en garante de la paz entre humanos y gente con poderes mágicos. El planteamiento inicial entra dentro de la fantasía urbana, un género poco explotado en el cine. Y en este caso concreto, desaprovechado.

The Last Witch Hunter es sinónimo de que reparto conocido (Vin Diesel, Michael cane, Elijah Wood, Rose Leslie, Joseph Gilgun...) y CGI no son suficientes para hacer buena una película. Ni aceptable. Le falta un guión consistente, con menos agujeros y con un poco de sentido. Ya no se trata de pedir un guión brillante, pero sí de uno que garantice un entretenimiento que, por los medios de los que dispone la película, sea de calidad.

Y es que al final, para lo único que ha servido The Last Witch Hunter es para que Vin Diesel se marque un Nicolas Cage.