Gracias a mi padre he podido leer y conocer obras que, por mí mismo, nunca me hubiese planteado acercarme a ellas. Además de su biblioteca, gracias a la cual le cogí el gusto por la ciencia ficción y la novela negra, también me ha nutrido de libros desde pequeño. Uno de los últimos es este Cuentos de los sabios de la India.

Publicado por la editorial salmantina Sígueme en 2002, sería reeditado en 2007 por Paidós, que se hizo cargo de la colección.

El problema de toda recopilación y antología de lo que sea, y Cuentos de los sabios de la India no es la excepción, es la irregularidad. Los cuentos, muchos de ellos muy breves, tienen una calidad dispar. Otro problema, en este caso específico de este libro, es la falta de una edición más rigurosa, con su prólogo y sus notas a pie de página. Cuenta tan sólo con una breve introducción y con un glosario muy básico. No se trata de hacer una tesis sobre el tema, pero sí de ofrecer información básica para el lector que se acerca por primera vez a la literatura oriental.

Pese a la irregularidad de esta recopilación y a la falta de información adicional, Cuentos de los sabios de la India cumple muy bien con el papel de acercamiento a otro tipo de literatura. No sólo se recupera la tradición oral, tan denostada en nuestros tiempos, sino otro tipo de sensibilidad y de belleza.