Pese a ser un país pequeño, todos los años nos llegan de Irlanda un par de películas de terror. Grabbers, From the Dark, The Canal... Mejores o peores, todas llegan al mercado internacional. En 2015 fue el turno de The Hallow, el debut en la gran pantalla de Corin Hardy como director y guionista.

The Hallow no es original ni lo pretende. La historia comienza cuando un matrimonio joven y su bebé se instalan en una casa de un entorno rural. A pesar de las advertencias de uno de los lugareños sobre el peligro que corren en esa casa, hacen caso omiso. Poco a poco lo sobrenatural acaba haciendo aparición y amenazando sus vidas.

El folclore irlandés, lo relacionado con lo sobrenatural del bosque y sus criaturas, se desaprovecha utilizándolo sólo como trasfondo. The Hallow acaba convertida en una película de mosntruos al uso donde la mejor parte, casi siempre, es aquella en la que se dedica a sugerir y no a mostrar.

El final desmerece la tensión in crescendo que se ha ido creando. Las interpretaciones son correctas, los efectos especiales están muy logrados pero la historia no acaba de funcionar, transitando por lugares comunes sin llegar a destacar en nada.