Dead Rising: Endgame es la secuela de Dead Rising: Watchtower. Si la primera era una película correcta de zombis, ésta no se queda atrás tampoco en cuanto a diversión se refiere. Ayuda a esto conservar parte del reparto de la anterior película. Suele ser habitual en producciones de este tipo el querer aprovechar el éxito de la primera película para lanzar directamente una secuela al mercado del DVD. 30 Days of Night: Dark Days es un caso paradigmatico. Algunos personajes se mantenían, pero el reparto era distinto, resintiéndose mucho la película.

Como en la anterior película, no es necesario conocer el videojuego para seguir la trama. Sí, seguro que te pierdes la mayoría de los guiños que se hacen al videojuego, pero no son necesarios par seguir la trama.

La historia continúa unos años después de Dead Rising: Watchtower. El protagonista sigue siendo Carter, esta vez se dedica a investigar una conspiración para acabar con millones de personas. Debido al anterior brote zombi, a los infectados se les ha implantado un chip que les inyecta la cantidad necesaria de Zombrex, una medicina, para no convertirse en zombis. Pero lo que Carter acaba descubriendo es que ésa no es la única función del chip.

Si en la primera película el tema de la conspiración ocupaba una parte importante, en esta segunda se amplía ese universo de la conspiración. Todos los que hablan de lo que no deben, acaban desapareciendo. Todo apunta a que este será el hilo conductor de otras secuelas. En esto recuerda a Resident Evil.

Aunque se notan las prisas por sacar la secuela, mantiene los aciertos de la primera película: da lo que promete, que no es otra cosa que entretenimiento. Yo sigo esperando una tercera parte.