Calle Cloverfield 10 es el ejemplo de buena película con desastroso final. Un buen planteamiento, un buen desarrollo y un final que echa todo por la borda. Como en muchos de los libros de Stephen King, el final es un deus ex machina como una casa de grande que acaba desluciendo el resultado final.

La película, narra la historia de Michelle (Mary Elyzabeth Winstead), una joven que sufre un accidente de coche y se despierta encadenada en una habitación. Descubrirá que Howard, un viejo granjero, la rescató del accidente y la llevó a su búnker, pues ha habido un ataque de algún tipo y el exterior es mortal para los seres humanos.

Se juega con la duda razonable durante todo el metraje. ¿Es cierto el ataque? ¿Howard está loco? ¿Tiene sentido escapar si el exterior es inhabitable? Así, se va incrementando la tensión narrativa hasta la resolución final de la trama, que es el gran talón de aquiles de la película. El final debe despejar esa duda razonable planteada al principio, no opacarla con otros temas.

Hay finales muy efectistas, como en La niebla, que funcionan muy bien. No es el caso de Calle Cloverfield 10. El epílogo, porque no puede ser considerado de otra manera, sobra completamente. Si la película acabara cuando se resuelve la ambigüedad inicial, sería perfecta. A pesar de todo, merece un visionado.