Aunque Merlín no tiene la fama que sí tienen otras series de la BBC, sin hacer mucho ruido llegó hasta la quinta temporada. Por el tono, más familiar que otras producciones de la misma cadena, está emparentada con otro clásico de la BBC: Doctor Who. A diferencia de ésta, Merlín sí tenía un final, haciendo imposible alargar indefinidamente la historia.

Merlín se centra, a su manera, en el origen del mito artúrico, con un joven Merlín que llega al Camelot del rey Uther y con un Artúro que todavía es príncipe. La prohibición de la magia hecha por Uther, castigada con la muerte, obligan a Merlín a ocultar su condición de mago. Esta doble personalidad, donde una identidad es secreta, acerca a Merlín a las clásicas historias de superhéroes.

Es una serie de aventuras familiar, donde a veces tienen cabida elementos de fantasía. Por ello no se le puede pedir una fidelidad absoluta al tema que trata, utilizando la materia de Bretaña, las leyendas artúricas, como mera inspiración y excusa para contar otras cosas, como el camino del héroe emprendido por Merlín. Ese desarrollo y aprendizaje de Merlín (en menor medida Arturo) es uno de los temas centrales de la serie: de ser un patán don nadie a poderoso mago del rey.

El final no podía ser otro que la muerte de Arturo, algo en lo que la serie sí es fiel. Podían haber buscado un final feliz, pero hubieran desvirtuado el espíritu de la serie; eligieron ser coherentes con la historia que estaban contando. Merlín es la serie que sin hacer ruido y sin grandes pretensiones nos acompañó durante cinco temporadas, entretenida y con un final a la altura.