Hap and Leonard, la serie basada en las novelas de Joe R. Lansdale que ha estrenado SundanceTV, ha tenido muy buen recibimiento, tanto por parte de público como sobre todo de crítica. Son las buenas críticas lo que ha empañado un primer acercamiento a la serie, con análisis demasiado sesudos, queriéndola comparar con algo que no es. Sí, está muy bien hecha, sí, también es muy entretenida, pero no tiene las dobles o triples lecturas que algunos le han querido atribuir.

Esta primera temporada adapta la primera novela de la saga creada por Lansdale. En el pueblo ficticio de LaBorde, en Texas, malviven Hap Collins (James Purefoy) y Leonard Pine (Michale K. Williams), que forman parte de esa clase media proletarizada que malvive a base de trabajos precarios. Hap fue un insumiso en los sesenta, y Leonard un veterano que combatió en Vietnam. Ambos tienen una historia común que los une desde la infancia: el accidente en el que pierden a sus padres por culpa de un niño rico borracho. Cuando vuelve a aparecer la exmujer de Hap, Trudy, todo se complica para ambos. La promesa de un tesoro, antiguos izquierdistas y dos psicópatas con ganas de fiesta será el cóctel que se agite en esta primera temporada.

En la presentación de los personajes son muy importantes los flashbacks, que a modo de puzle completan la historia de su pasado. De Leonard sabemos que tras perder a su padre es acogido por su tío, que desprecia a Leonard por su condición de homosexual. También conocemos el pasado de Hap, activista en los sesenta reconvertido en cínico tras el abandono de Trudy y su paso por la cárcel por insumiso.Será este trío protagonista el que cierre veinte años después una historia que dejó muchas heridas sin cicatrizar.

Una de las mejores cosas de esta primera temporada es la relación entre Hap y Trudy. Hap es un hombre bueno pero de vuelta de todo, cínico. Trudy sigue siendo igual de idealista pero más pragmática. «La causa», como ella dice, parece que está por encima de todo. A lo largo de la trama vemos como ambos personajes acaban por converger en un punto medio: Hap recupera cierto idealismo y Trudy se aleja del pragmatismo.  

Seis episodios que se hacen pocos en una primera temporada excepcional, con una presentación de personajes y escenarios que nos hacen desear que llegue pronto la siguiente aventura de estos dos antihéroes.