'Esfera': Michael Crichton y la naturaleza de la imaginación humana
Michael Crichton fue uno de los grandes autores de best-sellers de la segunda mitad del siglo XX. Conocido y reconocido en todo el mundo, es el autor de algunas de las novelas de especulación científica más leídas de las últimas décadas. Gran parte de su obra ha sido llevada al cine, donde destaca, por encima de cualquier otra daptación, Parque Jurásico. Esfera, que fue publicada en 1987, fue adaptada por Barry Levinson en 1998.
En Esfera, Michael Crichton narra el posible primer contacto humano con una inteligencia extraterrestre. Un grupo de científicos es trasladado a una zona aislada del océano Pacífico donde se ha descubierto una nave espacial de origen desconocido. Sumergida bajo el mar, el ejército ha construido una base en el lecho marino para explorar la nave. Allí será trasladado el grupo de científicos encargados de establecer el primer contacto. La sorpresa que se llevan es mayúscula al descubrir que la nave espacial es de origen humano y viene del futuro.
Michael Crichton siempre fue muy consciente de lo que escribía y del proposito que le guiaba para hacerlo. Nunca quiso encasillarse dentro de la ciencia ficción, un género minoritario, aunque siempre estuvo bordeando el género. El tecno-thriller, del que es máximo exponente, se caracteriza por desarrollar una trama donde mezcla acción y especulación científica, siempre en un futuro cercano.
Esfera, partiendo del high-concept, es la novela de Michael Crichton sobre la naturaleza de la imaginación humana. Partiendo de una premisa muy atractiva, la obra combina distintas disciplinas científicas en una intriga psicológica que enseguida te atrapa como lector. De estilo ágil y sencillo, sin manierismo ninguno, Crichton también se ocupa de cierta divulgación científica, que en ningún caso supone una rémora. Un buen entretenimiento.
6 de mayo de 2016, 23:45
Crichton me sorprende un poco como autor: se le puede considerar dentro de los best sellers, pero tiene una carrera bastante equilibrada, y en muchos casos, tocando temas cercanos a la ciencia ficción, sin meterse de lleno en ella. E incluso alejarse del tecno thriller y llegar a escribir cosas tan curiosas como Los devoradores de cadáveres.
Un detalle: Congo siempre me recordó un poco a Arthur Jermyn, de H. P. Lovecraft. Quizá por el tratamiento de los monetes.
17 de mayo de 2016, 14:32
Crichton es un escritor que hace concesiones a lo comercial, lo cual no tiene por qué ser algo malo, pero que a la vez muestra otras inquietudes. A lo mejor nunca entrará en el canon literario, pero ni falta que le hace. Es difícil dar con una novela suya que no sea entretenida. Podrá haber envejecido mal, tener una trama simple, pero siempre entretiene.