John Huston, director de clásicos como El tesoro de Sierra Madre, Cayo Largo o El halcón maltés, adaptó el relato de Rudyard Kipling El hombre que pudo reinar. Huston, que ya había adaptado a Tennesse Williams, Dashiell Hammett y Herman Melville, se atrevió con el libro de Kipling, que tan bien reflejado está en su película.

La película cuenta con un reparto excepcional, donde destacan dos nombres propios de la historia del cine: Sean Connery y Michael Caine, los dos actores protagonistas. No es extraño que citen la película de Huston como la mejor de su carrera. Ambos están grandiosos interpretando el papel de sus vidas, y teniendo en cuenta la larga trayectoria que tienen a sus espaldas, eso es mucho decir.

El hombre que pudo reinar narra la historia de dos ingleses, Peachy Carnehan y Daniel Dravot, dos aventureros buscavidas en la India Británica. Hartos de su vida de contrabandistas, deciden hacer fortuna partiendo al lejano reino de Kafiristán, donde esperan poder convertirse en reyes y amasar una gran fortuna. El hilo conductor de la historia es Carnehan, que relata lo sucedido en Kafiristán a Kipling, periodista en Lahore y masón como él.

Dos perdedores, dos antihéroes, son los protagonistas de uno de los mejores títulos de aventuras. El ascenso y caída (literal) de los protagonistas por culpa de la ambición, la química entre los protagonistas y la excelente factura técnica configuran el paradigma de lo que debe de ser una película de aventuras: entretenida, apasionante y bien hecha.