Creep supuso el debut en la gran pantalla del británico Christopher Smith, que posteriormente rodaría otras películas como Triangle, Black Death o Severance. Al igual que sucedió con otras cintas posteriores (a excepción de Triangle), Creep pasó sin hacer mucho ruido y recibiendo críticas bastante tibias. La película comienza con dos trabajadores del alcantarillado de Londres descubriendo un nuevo túnel, aventurándose en él y siendo atacados por una criatura. Ese el el punto de partida.

Smith narra la historia de Kate, una chica que después de asistir a una fiesta, coge el metro de Londres para volver a casa. Se lleva una sorpresa cuando descubre que el metro está cerrado y se ha quedado atrapada dentro. Le sigue uno de sus compañeros de trabajo, asistente también a la fiesta, que la intenta violar, pero es atacado por algo y desaparece. Kate busca ayuda, encontrando a una pareja de 'sin techo' que habita en el metro y a la que antes le había dado algo de dinero. A partir de ahí, persecuciones en los túneles del metro, criatura deforme (pero que lleva pantalones, WTF!) asesina y Kate superando una prueba tras otra para salir de allí con vida.

Pero Creep no es sólo una película de terror con monstruo, también es el viaje iniciático de Kate, el personaje principal, y su transformación.  Se nos presenta en un principio como una persona frívola y hedonista que sólo mira por sí misma y por disfrutar, y a lo largo de la película se tendrá que enfrentar a dististas pruebas y superarlas, saliendo transformada de las mismas. El plano final es buen ejemplo de ello, cuando un hombre la confunde con un mendigo y le da algo de dinero, tal como hizo ella al principio.
Eso es una buena resaca y lo demás son tonterías
Es este planteamiento el que acaba haciendo aguas. No termina de funcionar como película de terror ni como película de viaje iniciático, quedándose entre dos aguas y desconcertando al espectador. Allí donde una película como The descent sí triunfaba en ese doble planteamiento, Creep se lía y no sabemos qué quiere contar. Si la ves conectando el piloto automático sin buscar lógica y coherencia a lo que estás viendo, es divertida, si buscas algo más, probablemente te lleves una decepción.