De todas las películas de monstruos de la Universal, quizás ésta sea la más redonda. Basada en la novela del mismo nombre de H. G. Wells y siendo una de las adaptaciones más fieles, la película abandona la ciencia ficción para adentrarse en el terror y, por momentos, la comedia. Como en otras películas del género, su acción se comprime en apenas 70 minutos de metraje, haciendo de este título título una historia ágil y amena.
Tuvo multitud de secuelas, ya con Vincent Price como protagonista, pero ninguna estuvo al nivel de ésta.
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Echando un cigarrito |
Dirigida por James Whale, conocido por su anterior película de 'Frankenstein',
cuenta con Claude Rains como actor protagonista, que a pesar de ser su primer papel en el cine, lleva a cabo una interpretación inolvidable. Sólo veremos su cara en el último plano. Rains intervino en otras películas como 'The Adventures of Robin Hood', 'Lawrence of Arabia' y 'Casablanca', interpretando algunos personajes que han pasado a la historia.
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Louis Renault y Juan sin Tierra |
Uno de los cambios con respecto a la novela son los motivos del personaje.
No es sólo la ambición lo que lleva a nuestro protagonista a convertirse en un científico loco, también el amor. La trama amorosa es lo más flojo que tiene la película, pero con su brevedad, tampoco da tiempo para aborrecerla.
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La cara que se te queda cuando es lunes |
Uno de los apartados que más descatan de la película son los efectos especiales. Sobre todo para la época, y que han hecho que esta película envejezca muy bien. El encargado de llevarlos a cabo fue
John P. Fulton. Vista hoy la película, resulta increíble el trabajo y la labor de Fulton, consiguiendo que Rains, el hombre invisible, desaparezca delante de nuestros ojos.
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