'Childhood's End': vinieron para ayudarnos
Chilhood's End es una adpatación de la novela homónima de Arthur C. Clarke. La cadena SyFy vuelve a los orígenes con una miniserie de ciencia ficción que nos recuerda a otras de la misma factura como The Lost Room o The Triangle. Además, viene acompañada del estreno de The Expanse, otra serie de ciencia ficción.
Nuestro planeta es visitado por unos alienígenas de los que no conocemos su aspecto físico hasta mucho después, manifestándose a través de avatares de nuestros seres queridos fallecidos y de un embajador humano que ellos mismo seleccionan para transmitir sus mensajes. Estos alienígenas o overlords , como se les llama en la serie, acaban con las guerras, el hambre, las desigualdades y las enfermedades, dando lugar a una edad de oro de la humanidad. Pero claro, no todo iba a ser tan perfecto, y es que tras la fachada de ayudar al ser humano los alienígenas esconden su verdadero plan: ayudar a evolucionar a la siguiente generación, que se unirá a una conciencia universal, y destruir a la humanidad. Y mientras los alienígenas están empeñados en cocernos a fuego lento como a una rana, también se gesta un movimiento en contra de esta invasión y de lo que se precibe como una falta de libre albedrío.
Aunque tangencialmente, la idea de un caballo de Troya ya está presente en otras series como V, donde aquellos lagartos disfrados de humanos nos ofrecían la paz pero lo que realmente querían era merendar humanos. La tercera temporada de la magnífica Torchwood, Children of Earth, explota la idea de unos alienígenas controlando y hablando a través de niños humanos. La sombra de Arthur C. Clarke es alargada.
En la obra de Clarke siempre está presenta la idea de una inteligencia superior, una conciencia similar a dios, que en la serie se denomina overmind. Los overlords, como ya se preocupan de aclarar, son meros encargados de llevar a cabo el plan de esta conciencia universal, convidados de piedra incapaces de evolucionar como las demás razas para entrar a formar parte del overmind.
Aunque el formato de miniserie es el adecuado para adaptar la novela de Clarke, los capítulos de hora y media lastran un desarrollo más ágil de la trama. Además, hay hilos argumentales que no aportan nada, salvo más metraje, como la historia romántica entre Ricky y Ellie Stormgren, y otros en cambio se quedan faltos de ese metraje, como la explicación final, que se mete con calzador deprisa y corriendo. A pesar de estas pegas, Childhood's End es una buena serie, y el fomato miniserie ideal para verla estas vacaciones.