'Sole Survivor' (1984): no te subas al avión
Las dos Sicilias es una novela fantástica y de misterio del autor austriaco Alexander Lernet-Holenia. Publicada en 1942, un año después de Marte en Aries, era la favorita del autor. Y quizás también debido a los problemas que le supuso Marte en Aries con el régimen nazi, el argumento de Las dos Sicilias es mucho más blanco y acrítico. Aunque nunca simpatizó con las ideas nazis, sí fue un tipo bastante conservador y aristocrático. De ahí la adopción de su segundo apellido y la nostalgia que recorre casi toda su obra. Una nostalgia por el paraíso perdido del Imperio autrohúngaro y su capital, Viena.
El retrato de Dorian Gray es la única novela de Oscar Wilde, más conocido por sus obras de teatro y su poesía. Publicada por primera vez en 1890, es una novela que también funciona como catálogo que recoge todas las ideas y obsesiones de Wilde. Y también con un estilo muy teatral, donde los protagonistas, como en una película actual, miran a cámara mientras declaman su discurso.
Las manos de Orlac es una novela fatástica del escritor francés Maurice Renard. Mezcla de misterio, ciencia ficción y terror, el libro está como el autor, a medio camino entre dos épocas: la del folletín decimonónico y la del pulp. Nacido en 1875, Maurice Renard no ha tenido la suerte de ser tan traducido como su compatriota Jules Verne o como algunos anglosajones de la época. De hecho, esta novela bebe mucho del estilo de uno de esos autores anglosajones como es H. G. Wells.
Leo Perutz es uno de los escritores más importantes del fantástico europeo de principios del siglo XX. Nacido en Praga en 1882 en el seno de una familia judía, participaría en la I Guerra Mundial y se exiliaría a Palestina durante la II Guerra Mundial. Forma parte, junto a Alexander Lernet-Holenia, Gustav Meyrink, Frank Kafka, Stephan Grabinski, Maurice Renard, Aleksandr Belaiev, Aleksandr Bogdánov, Stephan Grabinski y otros más, de una nómina de escritores europeos que revolucionó el género fantástico a principios del siglo pasado.
El virus Wyndham crece y se expande como un tumor en tu biblioteca |
Edward Hopper estaría contento |
Empezar y acabar con un mismo plano está al alcance de pocos |
El grito de la muerte es una película de terror del director Gordon Hessler. De padre danés y madre inglesa, creció en Reino Unido hasta que su familia se mudó a Estados Unidos. Dirigió muchos documentales, series de televisión, colaboró con Alfred Hitchcock y entre finales de los sesenta y principìos de los sesenta rodó varias adaptaciones de Poe y películas de terror para la American International Pictures con Vincent Price como protagonista. Una etapa final que, como le pasó a la Hammer por esos años, incluía más dosis de sangre, colores intensos y tetas. Estrenada en 1971, El grito de la muerte es una de esas películas.
En el siglo XV, Lord Edward Whitman, personaje interpretado por Vincent Price, es un magistrado cruel que persigue a la brujería en su demarcación. Los viejos dioses siguen vivos en sus tierras, y Lord Edward está dedicido a acabar con ellos. Además lo hace desde el descreimiento. La brujería es vista como un desafío al establishment que él representa, no como un poder real. Y como tal desafío, está decidio a acabar con esa amenaza a su poder. Lo hace de una manera cruel. Es un magistrado que impone sus medidas al pueblo de una manera sanguinaria y arbitraria. Es la ley, y puede abusar de cualquiera, aunque se considera una persona recta. Es algo que no gusta a su joven esposa, Patricia, ni a sus hijos Harry y Maureen. Sólo el sádico Sean parece seguir el mismo camino de su padre, que con su banda de jóvenes, más que proteger la ley abusa de ella en su beneficio.
Lord Edward descubre en unas ruinas a un viejo culto pagano liderado por Oona. Acaba con muchos de ellos pero deja a Oona libre para que sufra por la pérdida de sus seguidores. No la considera una amenaza real. Lo que ella hace es maldecirle y maldecir a su familia. Para ello invocan a un espíritu que resulta ser Roderick, el joven amante de Maureen, la hija de Lord Edward. Roderick es un bnashee, un espíritu, un sidhe en la vieja lengua, que acaba poseído por la voluntad de Oona y su círculo para matar y llevar a cabo la maldición sobre los Whitman. Para ello adopta una forma lobuna, motivo por el cual la muerte de Sean, el salvaje hijo de Lord Edward, se atribuirá a un perro rabioso. O más adelante, a un perro embrujado. Roderick es una criatura sin alma nacida del fuego y que sólo puede morir por el fuego.
El rojo en los labios es una película belga de terror dirigida por el también belga Harry Kümel y estrenada en 1971. Película que le sirvió para financiar Malpertuis, la adaptación de la obra del también belga Jean Ray y la obra más conocida de Kümel, que se estrenó el mismo año. Si para Malpertuis tuvo la suerte y el dinero para contar con un reparto encabezado por Orson Welles, en El rojo en los labios todo es mucho más modesto, aunque cuenta con la francesa Delphine Seyrig que está magnífica en esta película.
Kümel y la sutilidad de los símbolos fálicos |
Las vampiras hacen punto |
La cámara omnipresente en la vida de Cathryn |
Rodada en Irlanda los paisajes son una chulada |
Margaret St. Clair poniendo ojitos a la última peli de Robert Eggers |