La princesa prometida es una novela de aventuras escrita por William Goldman y publicada en 1973. Pero si por algo es recordada la novela es por su adaptación a la gran pantalla en 1987. Con guión del propio Goldman, protagonizada por Robin Wright, Cary Elwes y Mandi Patinkin, y dirigida por un Rob Reiner en estado de gracia, La princesa prometida es uno de los grandes clásicos de los ochenta, junto a Laberinto, E.T., Los Goonies, Cristal oscuro y otras cintas similares. Convertida en icono ochentero, no son muchos lo que saben de la existencia de la novela, sobre todo en el mundo hispanohablante. La traducción al castellano vino de la mano de Martínez Roca en 1990, tres años después de estrenada la película. Es curioso comparar el caso de Goldman con el de otros autores como Michael Ende y Roald Dahl, cuyos libros todavía son leídos. O lo que sucede con Tolkien, que gracias al cine ha dejado de ser una lectura de nicho.


La novela es una supuesta reconstrucción del libro del mismo nombre, escrito por un tal S. Morgenstern, que el padre del autor le leía cuando este era pequeño. Cuando crece y se convierte en escritor, al conseguir una copia del libro para regalársela a su hijo por su cumpleaños, descubre que la novela no contiene la misma historia que le leía su padre, así que pasa a editar y publicar el libro expurgando las partes se saltaba su padre.  Es algo que no está tan bien adaptado en la película, las continuas digresiones del protagonista en la narrativa de S. Morgenstern, rompiendo el hilo narrativo de este y haciendo comentarios sobre la propia historia, su supuesto autor, los personajes y su vida. También en esta característica reside uno de sus elementos principales: el humor. Hay un capítulo que es sólo media página explicando qué contenía y por qué lo ha eliminado de su edición. También dentro de la propia historia, sin llegar al estilo tan metaficcional de unas décadas después, existen grandes dosis de humor, que emparentan La princesa prometida con otras cobras como Tristam Shandy y El Quijote. Hay aventuras, humor, juegos narrativos y también una gran influencia del cine y de los seriales de aventuras de los cuarenta y cincuenta.


La princesa prometida también es un producto de su tiempo. Publicada a principios de los setenta, hay partes de la novela que no han envejecido tan bien como otras, sobre todo en lo que respecta a su carácter de comedia romántica. En la adaptación cinematográfica está todo más limado y pulido, también por eso funciona mejor que la novela, pese a ser una de las adaptaciones más fieles de un libro que se pueden ver. Y sin que ser una adaptación fiel sea garantía de nada, porque son dos medios distintos.

Íñigo Montoya harto de que hagan rimas con su apellido

En castellano, como dije al principio, existe una edición de Martínez Roca. Desde esa primera edición, le han sucedido unas cuantas reediciones, siendo la más reciente la de Ático de los libros. Yo me hice con una copia en inglés por la portada. No me gusta nada la manía, sobre todo noventera, de utilizar fotogramas de la película adaptada como portada, pero la edición de Futura utiliza el arte de la cartelería, y la verdad es que es una chulada. Quizás un buen consejo antes de leer la novela sea tener bastante en el olvido la película. Yo la tenía bastante reciente y no he llegado a disfrutar del todo de este libro.


Goldman, W. (1990). La princesa prometida, Martínez Roca.
Goldman, W. (2018). La princesa prometida, El ático de los libros.
Goldman, W. (1987). The Princess Bride, Futura.