El prestigio de T. E. D. Klein como escritor de terror viene dado por su estatus entre ciertos escritores y críticos y su labor académica y editorial que lo convierten en un escritor de culto. Lo cual no deja de ser sorprendente si tenemos en cuenta su escasísima obra literaria. Una novela y un puñado de relatos, casi todos publicados en los ochenta, que no justifican de ningún modo la fama de este escritor. El hecho de ser profesor universitario y editor, apoyando la carrera de literaria de muchos otros escritores y críticos, y de escribir un tipo de terror a contracorriente de lo que era habitual en los ochenta, han convertido a Klein en lo que es hoy en día.


Ceremonias macabras fue publicado en 1984 y es hasta el día de hoy la única novela que ha visto la luz de este autor. Está basada en un relato del propio Klein titulado La granja de los Poroth y publicado en 1972, que a su vez está inspirado en el relato El pueblo blanco de Arthur Machen. La obra de Klein, estudioso de la obra de Lovecraft y de su círculo así como gran conocedor del terror clásico, está inscrita en una corriente que viene de Algernon Blackwood, Arthur Machen, Lord Dunsany y William Hope Hodgson, pasa por H. P. Lovecraft, Clark Ashton Smith, Frank Belknap Long y Arthur Machen, y culmina con Ramsey Campbell, James Herbert, Joe R. Lansdale y el propio Klein entre otros.

La novela narra la historia de Jeremy, un joven profesor universitario que decide pasar el verano en el pequeño pueblo de Gilead, hogar de una secta religiosa, para preparar las clases del próximo semestre. Antes de irse a la pequeña granja del matrimonio Poroth, sitio donde se va a hospedar en Gilead, conoce a Carol, una empleada de la biblioteca donde está preparando su tesis. Lo que no puede sospechar Jeremy al inicio de sus vacaciones es que Gilead también es el hogar de una criatura maligna que está esperando su momento para destruir el mundo y que tanto él como Carol van a jugar un papel importante en este acontecimiento. Ritos olvidados durante siglos, ceremonias milenarias, lenguas perdidas... Todo eso formará parte del plan de la criatura para desencadenar el apocalipsis. También es uno de los aciertos de Klein como escritor, que se aleja del pastiche al situar todos esos ritos y ceremonias no en libros ocultos y malditos, cuyo mayor ejemplo es el Necronomicón de Lovecraft, sino dispersos aquí y allá en obras de fácil acceso para todos lo públicos. Lo único que hay que saber es buscar, y para ello hay que tener ciertos conocimientos de lo oculto. Pero una vez los tienes, es fácil unir todas las piezas. 

Es curioso que siendo los ochenta una década muy propicia para el terror en el cine, no se adaptara esta novela a la gran pantalla. Vale que no iba en la línea literaria que estaba de boga en aquella época, pero peores cosas se han adaptado con el sello de Aprobado por Stephen King. ¡Si hasta King se animó a dirigir una película! También resulta llamativo que con el revival de horror folk que estamos viviendo los últimos años nadie se haya atrevido con Ceremonias macabras. Vale que tiene una parte bastante problemática con el personaje de Carol y con la relación de ésta con Jeremy, que ha envejecido tirando a muy mal, pero existe una buena base sobre la que construir una adaptación: la historia de un pequeño pueblo, sede de una comunidad religiosa, que es también el origen del mal primigenio capaz de destruir el mundo, me parece que tiene bastante potencial. Si con menos y nada tenemos El ritual.

Ceremonias macabras es una novela de horror cósmico escrita en los ochenta, con todo lo que eso conlleva. No he leído el relato en el que está basada, pero sí tiene pasajes que se hacen un poco tediosos y a los que una buena labor de edición en forma de recorte no le vendría mal. También tiene unos personajes, el insufrible Jeremy que sólo piensa en meterla en caliente y la insulsa Carol dama en apuros, que a día de hoy no son muy atractivos ni simpáticos, sobre todo Jeremy. Pero en conjunto, aunque un pelín larga y con un final algo regulero, la novela es entretenida y buen ejemplo de un terror más clásico. En castellano la tradujo, cómo no, Martínez Roca. Decía Nietzche aquello de que si miras mucho al abismo el abismo mirará dentro de ti; eso lo dijo porque no vio la portada de esta edición.

Klein, T. E. D., (1987). Ceremonias macabras. Martínez Roca.