Las tres caras del miedo es una película de Mario Bava estrenada en 1963. Película de segmentos, está presentada y protagonizada por Boris Karloff. Adapta libremente varias historias de Chéjov y Tolstoi. Es junto a Operación miedo la película más famosa y reconocida de esta primera etapa, al menos en lo que a horror gótico se refiere.

Las tres caras del miedo está compuesta de tres segmentos: El teléfono, El Wurdalak y La gota de agua. El teléfono está ambientada en el presente, y es la historia que más difiere de las otras dos, pues ya anticipa lo que vendría a ser el giallo y el slasher. Una mujer recibe una llamada de teléfono de un asesino (hola Wes Craven), alguien de su pasado al que traicionó entregándolo a la policía. Al final se descubre que la llamada la realizó otro personaje, también del pasado de la protagonista. Sin embargo, el asesino anda suelto, y aunque no haya realizado una llamada a la protagonista, busca su venganza. De los tres segmentos de la película, por su ambientación contemporánea y su tono, más cercano al thriller que al gótico, es el más flojo. En El Wurdalak, una especie de vampiro zombi que vuelve de entre los muertos para acechar y convertir a sus seres queridos en wurdalak, es el segmento más redondo de la película y cuenta con la mejor historia. En un páramo aislado, un viajero encuentra a una familia acechada por esta criatura. Este viajero se enamora de la hija soltera, que espera el regreso de su padre. Este, protagonizado por Karloff, volverá convertido en wurdalak y no parará hasta acabar con su familia. En La gota de agua una maquilladora de muertos robará el anillo de una condesa recién muerta y atraerá con ello una maldición que acabará con su vida. Se verá acechada por este personaje y el sonido de las gotas de agua, que anteceden a su aparición. 

Cuando ves la nueva factura de la luz


Las tres caras del miedo reafirma lo que ya había mostrado Bava en otras películas: mucho zoom, muchos planos detalle, excelente fotografía y buenos afectos especiales. Especialmente en este apartado destaca el último segmento de la película, La gota de agua, que se puede ver como antecedente lejano de Ringu en cuanto a historia de una maldición y la cara que se le queda al muerto. O la excelente El wurdalak, tan deudora del expresionismo alemán, con esos juegos de sombras donde el personaje ha salido de escena pero su sombra no, que recuerda a M de Fritz Lang. O el uso del color que hace en La gota de agua, también un precedente del que tomó buena nota Dario Argento para su cine. Mario Bava es un director fundamental para entender el fantástico italiano y europeo de mediados y finales del siglo pasado, cuyas aportaciones al cine todavía siguen vigentes y siendo utilizadas mucho más de lo que pensamos.

En las academias de baile de Friburgo utilizan la misma iluminación

Las tres caras del miedo es una buena muestra del cine de Mario Bava y también una de las mejores películas de episodios de la época, que ya anticipa lo que sería unos años después las producciones de Amicus, nunca tan redondas como esta película. Por ponerle un pero, el primer episodio, El teléfono, basado en un relato de un desconocido F. G. Snyder, es el más convencional de los tres. No deja de ser una historia muy influida por Hitchcock y el cine negro, donde Bava saca petróleo de una historia desarrollada en un solo escenario y con solo tres personajes. En Las tres caras del miedo hay terror, erotismo, su pizca de thriller y un humor macabro que recuerda al de Historias de la cripta. Encima, como guardián de la cripta tenemos a Boris Karloff.