'La semilla del diablo / El bebé de Rosemary' de Ira Levin: el terror que hay al doblar la esquina
El bebé de Rosemary es una novela de suspense y terror escrita por Ira Levin y publicada en 1967. Cuenta también con una adaptación cinematográfica, titulada en España como La semilla del diablo, dirigida por Roman Polanski y protagonizada por Mia Farrow y John Cassavetes, y estrenada un año después de la publicación de la novela, en 1968. Casi como precursor de Stephen King, Ira Levin cuenta con numerosas adaptaciones de sus obras a la gran pantalla, siendo esta novela y Los niños del Brasil las más conocidas.
Tanto la propia novela como su adaptación cinematográfica fueron las que abrieron camino a un tipo de terror sobrenatural que llegaría en los setenta y cuyos máximos exponentes son El exorcista y La profecía. También crearía el arquetipo tan popular en el cine de terror de finales de los noventa y principios de los dos mil de madre disfuncional. A pesar de todo esto, El bebé de Rosemary es una novela de cocción lenta, sin elementos sobrenaturales hasta prácticamente el final, más preocupada en crear una atmósfera malsana y opresiva envuelta en misterio que en mostrar el terror de cara. Y aún así tiene algún que otro pasaje terrorífico.
El bebé de Rosemary narra la historia de Rosemary, una mujer joven de provincias que escapó de su hogar tradicionalista para vivir en Nueva York, donde conoció a Guy, un actor sin mucho éxito que ahora es su marido. Pese a liberarse de algunas cadenas que la oprimían y querer convertirse en una mujer independiente, Rosemary cae en una nueva trampa: el matrimonio. Y su objetivo ahora es ser madre y buena esposa. Junto a Guy, la preja se muda a un viejo edificio con bastante mala fama, con historia de rituales satánicos y sectas incluida. Allí conocerán a un viejo matrimonio que ayudará a Guy a conseguir mejores trabajos de actor y que cuidará de Rosemary cuando se quede embarazada. Unos adorables viejecitos que poco a poco se van tornando más siniestros.
El verdadero terror en la novela está en la atmósfera enfermiza y nociva en la que vive Rosemary y en la opresión a la que es sometida. Básicamente se convierte en una muñeca de trapo, una niña pequeña de la que hay que cuidar y que siempre debe estar sometida a una autoridad paterna. La concepción de su hijo forma parte de un ritual satánico en el que es violada salvajemente. Tampoco tiene ni voz ni voto a la hora de llevar a término su embarazo: eligen el médico por ella y no le dejan tener opinión sobre su propio embarazo. Tampoco tiene una gran libertad de movimientos, estando siempre controlada y vigilada por sus vecinos y marido. Y eso es lo más terrorífico de la novela: cómo una mujer independiente o que aspira a serlo acaba convertida en un pelele sin voluntad. Su liberación al final del libro es un cierre en falso: se convierte en la madre de Satán. Ha pasado de hija y esposa a madre.
El éxito del autor y sobre todo de la película ayudaron a que la novela fuera traducida al español un año después de su publicación. Grijalbo tradujo El bebé de Rosemary en 1968. Eso sí, utilizando el título de la película en España, La semilla del diablo. Algo que sería una constante en la edición de la novel, que acabaría adoptando el título de la película. Una de las ediciones más recientes es la de B de Books en 2011. Yo leí la edición en inglés de Corsair que incluye una breve introducción de Chuck Palahniuk, bastante prescindible por otro lado. El bebé de Rosemary es una lectura ligera que se aleja bastante del terror al que estamos acostumbrados y que populariza un nuevo tropo: el del escenario urbano como telón de fondo. El terror no está en lejanos castillos de los Cárpatos, está doblando la esquina.
Levin, I. (2011). La semilla del diablo. B de Books.
Levin, I. (2011). Rosemary's Baby. Corsair.
27 de febrero de 2022, 20:45
La edición que leí hace años era una de Grijalbo en la colección La puerta oscura, donde un demonio más colorado que Hellboy acechaba vistosamente desde un tejado...y que tiempos aquellos en los que se podía cambiar así un titulo sin que el spoiler fuera delito penal xD.
En ese momento no ne dijo nada. El demonio judeocristiano no era algo que percibiera como aterrador, y no fue hasta tiempo después cuando aprecié la caracterización de su protagonista, la paranoia y el entorno (un compañero del trabajo considera que la novela también es una parodia de una parte de la sociedad de los sesenta). Me gustaría releerla y apreciar mejor este cambio de percepción. Eso sí, la secuela de El hijo de Rosemary debería ser enviada al noveno círculo del infierno o a la nochesfera con el padre de Marceline xD.
1 de marzo de 2022, 16:39
Lo de convertir El bebé de Rosemary en La semilla del diablo es de no tener vergüenza xD. Entre eso y las copias italianas de películas de éxito, los setenta y ochenta fueron décadas de mucho humor involuntario.
No sé si esta novela se puede leer como parodia de la sociedad de los sesenta o no. Creo que es una lectura, como la feminista, que no tengo del todo clara. No tiene un subtexto muy claro al respecto, sólo algunas semillitas aquí y allá. Eso sí, si el final no es una parodia intencionada del autor, vaya fiasco xD. Porque Rosemary acunando un bicho/bebé de piel cetrina, ojos amarillos y rabo diabólico me parece una escena muy graciosa.
Yo creo que este es el típico libro que si lo hubiera leído hace unos años no me hubiera gustado demasiado. Que ya te digo que a lo mejor todo ese ambiente opresivo al que es sometida Rosemary y que me parece lo más terrorífico de la novela es una lectura mía que nada tiene que ver con las intenciones del autor. O sí. Pero hace unos años no me habría llamado tanto la atención. Porque por lo demás, las historias sobre demonios, posesiones y otros rollos religiosos no me llaman demasiado la atención. Salvo que hablemos de sectas adoradoras de dioses lovecraftianos, pero eso ya es horror cósmico y no cuenta xD.
Una novela que recuerdo bastante mejor escrita y más terrorífica es El exorcista. Conseguí una copia baratita en inglés y quiero releerla, a ver si me sigue pareciendo tan buena.