'El archivo de Sherlock Holmes': punto y final
El archivo de Sherlock Holmes es el último libro escrito por Conan Doyle sobre el detective más famoso de todos los tiempos. Luego vendrían más libros, algunos con el beneplácito de la familia y otros directamente piratas, pero el canon holmesiano se cierra aquí. Publicado en 1927, tres años antes de la muerte de Conan Doyle, El archivo de Sherlock Holmes está compuesto por doce nuevos relatos, la mayoría de ellos ya publicados anteriormente en revistas antes de ser recopilados en este volumen.
Los relatos de El archivo de Sherlock Holmes se centran en la época dorada del detective y su acompañante. Sherlock Holmes desarrolla su trabajo en el último tercio de la época victoriana, aunque hay algún relato que lo saca (no en esta recopilación) de su retiro para luchar por su país. Conan Doyle nunca se preocupó de hacer evolucionar a sus personajes. Watson se casa tres veces y enviuda dos, pero no tiene más efecto en él que ver menos a su amigo Sherlock. Sí hay dos relatos donde Conan Doyle se permite jugar un poco más. Son El caso del soldado de la piel blanqueada y La aventura de la melena de león, ambos escritos desde la perspectiva de Sherlock Holmes y no desde la de Watson. Y aunque interesantes por lo que suponen de novedad, es la propia novedad el origen de sus fallos. Conocer los casos a través de los ojos de Watson permite a este ser el contrapunto de Holmes y sorprenderse como se sorprende el lector al seguir el desarrollo de la mente deductiva de este.
El archivo de Sherlock Holmes no contiene los mejores ni más conocidos casos de Holmes. O das por casualidad con el libro o es que ya te has leído todo lo que publicó Conan Doyle sobre el detective y sólo te resta este volumen. En cualquier caso, Sherlock Holmes sigue siendo Sherlock Holmes.
6 de febrero de 2017, 12:28
Quizá se note que a Doyle no le chistó mucho resucitar a Sherlock cuando el cierre del personaje es tan poco memorable (y que en el fondo, ambos no son tanto personajes completos como arquetipos).
Bueno, y con Sherlock terminado, recomiendo muchísimo el Harry Dickson de Jean Ray, que es casi un Antisherlock: deduce por ciencia infusa, se gasta unos disfraces dignos del Conde Olaf en una serie de catastroficas desdichas y todos y cada uno de sus casos rozan el absurdo voluntario.
6 de febrero de 2017, 12:37
Lo bueno del personaje de Doyle es que lo puedes tomas en pequeñas dosis. Unos relatos por aquí, una novela por allá... Salvo el amago de presentar a Sherlock ya retirado y viviendo en el campo, apenas hay evolución del personaje. El tiempo es una cosa indeterminada, de no ser porque aparecen autos y teléfonos.
De Harry Dickson me gusta que todas las historias son muy locas y entretenidas. Geniales para pasar la tarde.