La quema de Cíbola es la cuarta de las nueve novelas escritas por Ty Franck y Daniel Abraham que componen la saga The Expanse. Si entre el primer y el segundo libro había una cierta continuidad y hasta el tercer libro podemos hablar de evolución y desarrollo de varios personajes, eso se acaba aquí. Funciona con los elementos que ya se nos han presentado en los anteriores libros.


Lo que ya se podía apreciar en la tercera novela, La puerta de Abadón, se ve acentuado aquí: La quema de Cíbola es una novela de aventuras espaciales. Algo que sobre todo en la serie de televisión se reviste de una pátina de dramatismo e intensidad que no existe en los libros. De hecho, este La quema de Cíbola es lo más parecido a la serie de Joss Whedon Firefly. Y lo es precisamente por ese escenario de frontera tan de western que tenía Firefly y que es por donde se mueven todos los personajes en La quema de Cíbola.

Una vez que las puertas se han abierto y la humanidad a accedido a un millar de sistemas habitables, comienza la colonización de esos nuevos mundos. Una colonización desordenada y que enfrenta a los grandes poderes existentes.
La tripulación de la Rocinante con su capitán James Holden al mando son enviados como mediadores para resolver uno de los conflictos desatados en uno de estos nuevos planetas. Un grupo de refugiados de guerra atraviesa uno de los anillos y coloniza uno de estos nuevos mundos alienígenas que ahora están al alcance de la humanidad. Pero más tarde, debido al potencial de recursos que presenta este planeta, una mega corporación industrial reclama su posesión y envía a un destacamento de seguridad junto a un grupo de científicos para estudiar el planeta. El conflicto está servido: un nuevo mundo rico en recursos y en tecnología alienígena que nadie comprende pero todos quieren poseer, y un grupo de refugiados que encuentra un nuevo hogar pero que se ven amenazados por la codicia de una empresa. 

La temática sobre nuevos mundos y su colonización es todo un subgénero dentro de la ciencia ficción. Desde clásicos como Solaris de Stanislaw Lem hasta la Trilogía marciana de Kim Stanley Robinson. La quema de Cíbola se centra más en el tema de la frontera. Si antes he hablado de una serie de televisión como Firefly, que por su estética y algunas de sus ambientaciones recuerda a la conquista del Oeste, La quema de Cíbola también bebe de otra serie de televisión, en este caso de Deadwood. En Deadwood, un western en toda regla, prima el realismo, mostrando la nueva frontera como un lugar cruel, sin ley y donde en ausencia de ésta sólo se ejerce la ley del más fuerte; una selva en la que es difícil sobrevivir. La quema de Cíbola es la mezcla de estas dos ideas, por un lado las aventuras espaciales de Firefly y por el otro el realismo de Deadwood. Todo salpicado por un humor, especialmente el James Holden, que le da unos toques de comedia muy convenientes. A mí su gag recurrente sobre el café me tiene ganado. Aunque de momento creo que voy a parar aquí por una temporada. Las siguientes dos novelas sirvieron de base para las dos últimas temporadas de la serie de televisión, que tengo muy reciente, y me da bastante pereza ponerme con ellas ahora. Alguna señora victoriana me espera en la pila de lecturas.

Corey, J. S. A. (2019). La quema de Cíbola. Ediciones B.