'The Ghost Stories of M. R. James': agárrame esos fantasmas, James
M. R. James es el típico autor del que todo aficionado/a al género ha oído hablar y del que seguro que ha leído un par de relatos. Es bastante habitual encontrarse con su obra en antologías dedicadas al fantástico, junto a otros nombres también populares como Poe, Lovecraft o Hawthorne. Lo que ya no es tan habitual es leerse un libro suyo. Así que después de ver La noche del demonio, película basada en uno de sus relatos, decidí poner solución a esto.
Montague Rhodes James (1862-1936) fue muchas cosas en su vida: anticuario, profesor medievalista experto en manuscritos antiguos, pero por lo que es recordado es por sus historias de fantasmas. Y eso a pesar de que las escribía como mera distracción de sus tareas más serias. O al menos más serias para él, que siempre le quitaba gravedad al asunto de escribir historias de terror. Provenía de una rica familia que debía su fortuna a las plantaciones jamaicanas que poseía. Educado en el Eton College primero y después en el King's Collegue, es la quintaesencia de las élites británicas, que desde entonces y hasta ahora, tan poco han cambiado: gente conservadora, clasista y con un punto sádico. Al menos al bueno de Monty le dio por escribir historias de fantasmas y no por invadir Polonia. Minipunto para Reino Unido.
James, obsesionado con su trabajo de anticuario y dedicado al estudio de viejos manuscritos, trasladó esta personalidad tan meticulosa a su otra afición, la escritura de cuentos de terror. Desarrolló su propio estilo y lo siguió a rajatabla, sin salirse nunca ni un ápice. Y este es uno de los principales problemas, aunque no exclusivo, de su obra. Su estilo es reiterativo. No es nada malo y también le sucede a otros muchos autores y autoras, pero es bueno tenerlo en cuenta. Otra cosa que puede molestar, o no, es el uso de latinajos. Es de lo que controlaba el hombre, de manuscritos antiguos, escritos muchos en latín. Y a pesar de ese estilo reiterativo salpimentado con ocasionales latinajos, los cuentos de M. R. James son muy buenos. Es precisamente ese estilo, tan preocupado es construir una atmósfera, el que convierte en brillantes muchos de sus relatos. Siempre presenta a su personaje sumido en su día a día. En una visita a unas ruinas, o una vieja librería sitio similar, encuentra un objeto maldito. A partir de entonces, la atmósfera se empieza a enrarecer y hace acto de presencia una entidad sobrenatural que busca venganza. Si a eso le sumas que los protagonistas de sus relatos, trasuntos de sí mismo, son personajes reprimidos y pomposos, le añaden un extra de opresión a la ya de por sí enrarecida atmósfera de sus historias.
James, obsesionado con su trabajo de anticuario y dedicado al estudio de viejos manuscritos, trasladó esta personalidad tan meticulosa a su otra afición, la escritura de cuentos de terror. Desarrolló su propio estilo y lo siguió a rajatabla, sin salirse nunca ni un ápice. Y este es uno de los principales problemas, aunque no exclusivo, de su obra. Su estilo es reiterativo. No es nada malo y también le sucede a otros muchos autores y autoras, pero es bueno tenerlo en cuenta. Otra cosa que puede molestar, o no, es el uso de latinajos. Es de lo que controlaba el hombre, de manuscritos antiguos, escritos muchos en latín. Y a pesar de ese estilo reiterativo salpimentado con ocasionales latinajos, los cuentos de M. R. James son muy buenos. Es precisamente ese estilo, tan preocupado es construir una atmósfera, el que convierte en brillantes muchos de sus relatos. Siempre presenta a su personaje sumido en su día a día. En una visita a unas ruinas, o una vieja librería sitio similar, encuentra un objeto maldito. A partir de entonces, la atmósfera se empieza a enrarecer y hace acto de presencia una entidad sobrenatural que busca venganza. Si a eso le sumas que los protagonistas de sus relatos, trasuntos de sí mismo, son personajes reprimidos y pomposos, le añaden un extra de opresión a la ya de por sí enrarecida atmósfera de sus historias.
M. R. James es un autor traducido al castellano frecuentemente. Es fácil hacerse con sus libros. La colección El Club Diógenes de la editorial Valdemar incluye varios de sus títulos. Yo, por evitar caer en el tedio de lo repetitivo del estilo del autor, opté por una antología, The Ghost Stories of M. R. James, publicada por la British Library. No llega a las doscientas páginas e incluye once de sus relatos más famosos. Me parece la medida justa para no sufrir un empacho de libros malditos escritos en latín y anticuarios pomposos de turismo rural. El libro forma parte de una colección sin título de la British Library dedicada a editar en tapa dura a autores como Edgar Allan Poe, Margaret Oliphant, Sheridan Le Fanu y M. R. James. Tapa dura, papel de buena calidad y buena encuadernación a buenos precios. Obviamente, que estén impresos en República Checa tiene bastante que ver con esto. A finales de este mes de junio de 2022 se publica The Whisperers and Other Stories: A Lifetime of the Supernatural, de Algernon Blackwood. Sí, lo habéis adivinado, se viene para casa.
James, M. R. (2018). The Ghost Stories of M. R. James. British Library.
Blackwood, A. (2022). The Whisperers and Other Stories: A Lifetime of the Supernatural. British Library.
Blackwood, A. (2022). The Whisperers and Other Stories: A Lifetime of the Supernatural. British Library.
9 de junio de 2022, 8:07
James es un clásico de la literatura de fantasmas pero creo que no podría leer seguida más de alguna recopilación pequeña (de las de diez relatos y no más de 200 páginas) que algo más extenso, precisamente por utilizar un tipo de personaje tan similar entre un cuento y otro. Es más bien por preferencia porque en cambio, podría leer durante días las desventuras de los personajes de Jean Ray enfrentándose a palanqueta y puñetazo contra todo lo sobrenatural que se encuentran XD.
Aunque siempre me dio esa impresión de "clásico", es verdad que muchos de sus argumentos resultan bastante más modernos de lo que parece al principio y el tema de la magia está especialmente presente. Además de corazones perdidos, también tengo bastante simpatía por Las runas, aunque solo sea por la adaptación cinematográfica y el muñecote que aparecía al final.
16 de junio de 2022, 10:49
James es muy formulaico en sus cuentos. Es sota, caballo y rey. Stephen King dijo eso de que hay escritores de mapa y escritores de brújula. Y aunque con muchos matices y cogida con pinzas esa dicotomía, sirve para explicar la prosa de James, que en grandis dosis, a mí me agota. Del bueno de Ray no me canso. Puedo leer cinco novelas de Harry Dickson y apetecerme otras cinco más. Un escritor que también tenía un particular método de escribir, pero cuyas historias, como buen pulp, tienen unos giros loquísimos.
A mí también me pasaba que le colgaba la etiqueta de clásico casi como sinónimo de victoriano, y los fantasmas de James tienen poco de victorianos. Las runas está muy bien, y la película es muy entretenida. Yo me hubiese ahorrado el moñeco, pero oye, ya que aparece en la peli, pues se disfruta xD.