'El grito de la muerte' (1970): llega el invierno y llegan los lobos
El grito de la muerte es una película de terror del director Gordon Hessler. De padre danés y madre inglesa, creció en Reino Unido hasta que su familia se mudó a Estados Unidos. Dirigió muchos documentales, series de televisión, colaboró con Alfred Hitchcock y entre finales de los sesenta y principìos de los sesenta rodó varias adaptaciones de Poe y películas de terror para la American International Pictures con Vincent Price como protagonista. Una etapa final que, como le pasó a la Hammer por esos años, incluía más dosis de sangre, colores intensos y tetas. Estrenada en 1971, El grito de la muerte es una de esas películas.
En el siglo XV, Lord Edward Whitman, personaje interpretado por Vincent Price, es un magistrado cruel que persigue a la brujería en su demarcación. Los viejos dioses siguen vivos en sus tierras, y Lord Edward está dedicido a acabar con ellos. Además lo hace desde el descreimiento. La brujería es vista como un desafío al establishment que él representa, no como un poder real. Y como tal desafío, está decidio a acabar con esa amenaza a su poder. Lo hace de una manera cruel. Es un magistrado que impone sus medidas al pueblo de una manera sanguinaria y arbitraria. Es la ley, y puede abusar de cualquiera, aunque se considera una persona recta. Es algo que no gusta a su joven esposa, Patricia, ni a sus hijos Harry y Maureen. Sólo el sádico Sean parece seguir el mismo camino de su padre, que con su banda de jóvenes, más que proteger la ley abusa de ella en su beneficio.
Lord Edward descubre en unas ruinas a un viejo culto pagano liderado por Oona. Acaba con muchos de ellos pero deja a Oona libre para que sufra por la pérdida de sus seguidores. No la considera una amenaza real. Lo que ella hace es maldecirle y maldecir a su familia. Para ello invocan a un espíritu que resulta ser Roderick, el joven amante de Maureen, la hija de Lord Edward. Roderick es un bnashee, un espíritu, un sidhe en la vieja lengua, que acaba poseído por la voluntad de Oona y su círculo para matar y llevar a cabo la maldición sobre los Whitman. Para ello adopta una forma lobuna, motivo por el cual la muerte de Sean, el salvaje hijo de Lord Edward, se atribuirá a un perro rabioso. O más adelante, a un perro embrujado. Roderick es una criatura sin alma nacida del fuego y que sólo puede morir por el fuego.
9 de junio de 2022, 8:35
Solo por Vincent Price y Nick Cave, ha debido ser lo mejor que he podido ver este lunes XD.
Con el presupuesto y tipo de película que tenían estas producciones de los setenta, he acabado por acostumbrarme a ese aspecto de disfraz de los vestuarios, o que no haya especial cuidado a la hora de describir un culto pagano. Lo de meter satanismo por ahí, sí que es un poco de una época donde el tema también estaba bastante presente. También está por ahí Witchfinder General, que es un poco del estilo.
Bueno, y a James Wan con los prespuestos que maneja, si no le salieran las películas como le salen, era para matarlo o mandarlo a hacer telefilmes a syfy.
16 de junio de 2022, 10:56
Es verdad eso que mencionas de las pelis de los setenta, pero en este caso concreto, lo de que parecen gente disfrazada (que los son) canta mucho. Pero yo disfruto igual de la película. Dame grano setentero para hacerme feliz xD.
Lo del satanismo se entiende por el contexto de la época, pero queda raro a día de hoy. ¿Paganos satánicos? ¿Y por qué no? xD Para mí la de Witchfinder General está por encima de ésta, al menos a nivel de producción. Aunque Vincent Price no está tan histriónico. Y eso la verdad es que me gusta bastante.
Lo de James Wan lo decía más que nada por los palos que le han dado con Maligno. Que vale, no es la gran película, pero a mí me pareció bien hecha y muy entretenida. Historia loca muy bien rodada, y con unas escenas de acción que me parecieron chulísimas.